Bogotá, mayo 31 de 2018. El abrazo de la fría mañana capitalina se siente con más vigor en Ciudad Bolívar, localidad donde habitaba Eduardo Santos Letrado Corredor, de 79 años, persona mayor quien mostraba señales de abandono, por su rostro demacrado y una expresión de tristeza, su contextura delgada y apariencia desaliñada.

Las canas de Eduardo denotan la lucha en la que se ha convertido su diario vivir. Ya que su movilidad disminuye rápidamente a causa del Parkinson, enfermedad que hace de cada actividad un desafío.

El lugar donde residía, fue adquirido a través de una mujer quien le ha cedió un espacio en su hogar, al lado de un galpón de gallinas. La poca luz que logra atravesar las cobijas viejas que cuelgan de las ventanas, no permiten visualizar por completo el estado del espacio donde Eduardo residía, pero es claro que no es apto para ningún ser humano. La ventilación no es adecuada. Hay ropa vieja, basura y otros objetos regados en la habitación. Santos se exponía a sufrir un accidente, al tener que usar unas peligrosas escaleras y al no contar con un baño había decidido usar vasos y bolsas para depositar sus desechos.

A pesar de sus dificultades y no contar con apoyo familiar, sabía que tenía que hacerse a un sustento por sus propios medios, por lo que se desplazaba diariamente desde el Barrio Acapulco, donde se hospedaba, hasta el Portal Tunal sin importar el sol o la lluvia, para vender bolsas plásticas. En el trayecto siempre era acompañado por personas que al ver su condición, generaban sentimiento de lástima hacia él.

Una luz en el camino

La carencia de cuidados médicos y sus quebrantos de salud que lo limitaban a conseguir su propio sustento, lo convirtieron en un personaje conocido en el barrio donde residía. El voz a voz del ‘’viejito abandonado’’ llegó a los líderes de la comunidad, quienes dieron a conocer su caso durante la ‘Mesa Territorial’ llevada a cabo en el barrio Divino Niño de ciudad Bolívar, y que se han establecido en sectores en donde es necesario fortalecer la presencia de las entidades de la ‘Bogotá Mejor Para Todos’, para crear lazos con ciudadanos que quieran generar un cambio positivo en su sector.

Eduardo no imaginaba que su vida estaba a punto de cambiar. Fue visitado por servidores de la subdirección local para la integración social de Ciudad Bolívar, quienes conocían de primera mano las condiciones en las que habitaba esta persona mayor y en tiempo récord fue trasladado al Centro de Protección Social ‘Bosque Popular’.

Gracias a la gestión de los servidores Rubén Gualdrón y María Isabel Castaño, Eduardo recibió atención y cuidados médicos y posteriormente fue llevado al Centro de Protección ,Hogar Nazareth, ubicado en Zipaquirá.

El temor a lo desconocido y a sufrir maltrato, hizo que Eduardo fuera rebelde a la ayuda que le estaban ofreciendo. Sin embargo, la calidez de las y los servidores que se acercaron y escucharon su historia de vida, generaron que finalmente aceptara los servicios de la Secretaría Social y empezara a crear vínculos con sus nuevos compañeros y compañeras.

Ahora el aire limpio y fresco de Zipaquirá acompaña las mañanas de Santos y es sólo el comienzo de un día muy especial. Cumple 79 años un mes después desde que vive en el Centro de Protección ‘Hogar Nazareth’. Recibe la visita de los mismos servidores que le ayudaron días atrás. Con una deliciosa torta celebran su historia de éxito y un año más de vida que apenas comienza, pero que tiene un futuro prometedor.

Santos es un hombre renovado, con un mejor aspecto y pensamientos claros, manifestó su alegría al verlos y compartió que se encuentra muy bien en esa institución, que su movilidad ha mejorado gracias a los medicamentos y atención médica especializada.

La cita concluyó con la promesa que será visitado prontamente para hacer seguimiento a su estado de salud y con una sonrisa en su rostro Santos agradeció a la Secretaría Social por haber mejorado su calidad de vida.

El caso de Eduardo, es para la Secretaría Social la continuación de un trabajo que a diario se realiza para proteger los derechos de los más vulnerables, transformando de ser necesarias las realidades actuales de personas que, como él, hoy sonríen por primera vez en muchos años, gracias a la ‘Bogotá Mejor Para Todos’.