Un manizaleño de nacimiento y bogotano de corazón que disfruta de una vejez digna, activa y feliz

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Bogotá, septiembre 18 de 2019. Don Hugo Álvarez es un manizaleño de 79 años que tiene alma de “cachaco”, desde muy joven decidió aventurarse a esta ciudad en busca de nuevas oportunidades, ha vivido en la capital más de 39 años de su vida. Ahora con boina, traje formal y periódico en mano recorrió el centro histórico de Bogotá recordando así los primeros días cuando llegó a esta ciudad.

A las 7:30 de la mañana ya estaba en la Subdirección Local de Chapinero para iniciar su salida, al llegar a la Plaza de Bolívar, las ganas de saber qué nuevo aprendizaje tendría y qué nuevo descubrimiento haría, a pesar de todo el conocimiento que poco a poco ya ha acumulado, lo llenaban de emoción.

Don Hugo tiene 11 hermanos que viven en otras ciudades del país y él fue el único que decidió venir a Bogotá, un lugar caracterizado por su clima frio muy diferente a la ciudad de las puertas abiertas.

Cuando se dirigía a la primera parada, el Capitolio Nacional o como en antaño era apodado “El enfermo de piedra” por la demora en su construcción que tardó casi 80 años, recordó cómo era la Bogotá de antes, cuando la carrera séptima no era peatonal, los días cuando salía a comer helado con sus amigas, hasta la toma del Palacio de Justicia y muchas cosas más que lo devolvieron en el tiempo y llegaron a la mente, Bogotá una ciudad que mezclaba arquitectura colonial con la republicana que ostentaba una riqueza cultural maravillosa. Una ciudad ahora muy distinta con el paso de la modernidad.
 
 
 

Después de iniciar el recorrido turístico, ingresando al Capitolio Nacional de Colombia, donde queda la sede del Congreso de la República, pudo conocer el salón del Recinto del Senado y el Salón Boyacá y los vitrales redondos que los adornan. Mientras caminaba por los pasillos contemplando las estatuas conmemorativas de Jorge Eliécer Gaitán y Rafael Núñez, recordó su época de infancia, cuando estudiaba con Humberto de la Calle en el Colegio Mayor de Nuestra Señora, uno de los colegios privados más importantes de Caldas, y como si fuera un adolescente empezó a deslizarse por todos los pasillos, su sonrisa reflejaba la emoción de recordar antiguas travesuras.

La segunda parada fue el Museo del 20 de Julio o Casa del Florero, un lugar lleno de historia donde se conmemoran más de 200 años de la Independencia Nacional. Sentado y atento como el mejor de los estudiantes, prestó atención al guía que narró lo que sucedió con el florero de Llorente, ligado a la anécdota de la trifulca.

Don Hugo trabaja el arte country, así que los acabados rústicos y los colores son su mayor pasión, por eso disfrutó mucho el último recorrido en el Museo de Oro, un lugar que alberga las colecciones arqueológicas, patrimonio y orgullo de todos los colombianos.

Actividades como esta son desarrolladas por el Proyecto “Envejecimiento, digno, activo y feliz”, de la Secretaría Distrital de Integración Social, en articulación con el Instituto Distrital de la Participación y Acción Comunal (IDPAC).

Don Hugo lleva 6 años en el proyecto recibiendo el servicio de apoyos económicos, que le permiten mejorar su calidad de vida así como las de otras personas mayores habitantes de la localidad de Chapinero, en situación de vulnerabilidad.

Junto a él otras 29 personas mayores disfrutaron de este recorrido turístico en el que pudieron visitar lugares históricos de Bogotá, entornos que los ayudan a recordar su niñez y sobre todo salir de la rutina. Así mismo contribuyen a su crecimiento personal y a continuar aprendiendo constantemente. Descubren y disfrutan, ayudando a preservar la historia de la ciudad a través de sus narraciones y sus memorias. 

 
 
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