1. El deber y el derecho de la paz: enciende la Llama de la Paz, la paz te llama
En cumplimiento del artículo 22 de la Constitución Bogotá Humana
realiza desde el 15 de enero de 2015 todos los jueves un plantón ciudadano para respaldar el proceso de paz que se adelanta entre el gobierno nacional y la guerrilla de las Farc. La iniciativa incluye encender la llama de la paz como un acto simbólico para acompañar las conversaciones en La Habana, para crear un espacio permanente de movilización y participación social en el que se exprese la voz multicolor y diversa de las ciudadanías convocadas a construir paz. Durante 21 jueves consecutivos han encendido la Llama de la Paz alrededor de 12 mil ciudadanos habitantes de calle, servidores públicos, jóvenes, personas mayores, gente de la ruralidad, pobladores urbanos, pueblos indígenas, congregaciones religiosas, la afrocolombianidad, personas con discapacidad, mujeres, periodistas, personas LGBTI, el presidente de la República y el Alcalde Mayor de Bogotá, niños, niñas y adolescentes. Hoy la Llama de la Paz recorre todas las localidades, empieza a encenderse en otras ciudades y en otros países.
2. Una exigencia ciudadana: ¡Alto ahí, no disparen más!
La Llama de la Paz reivindica a todas las víctimas del conflicto, reafirma la memoria, construye solidaridad con quienes han padecido o padecen la crueldad de la guerra. La Llama de la Paz busca verdad, procura justicia y se prende como un hecho de reparación simbólica hacia las víctimas y como una forma de exigir que no se repita nunca más la tragedia. Por eso se ha escuchado con contundencia la voz ciudadana que exige a la guerrilla que no mate más policías, ni soldados, ni atenten contra la población civil y que retomen la tregua unilateral e indefinida. Por eso se ha escuchado a la gente reclamar del gobierno que no mate más guerrilleros en bombardeos, que no mueran más civiles. A unos y otros las ciudadanías les exigen que hagan realidad el imperativo de sacar a la niñez de la guerra, que se dediquen al desminado y no a minar el proceso de paz, que desde ya decidan un cese bilateral, que desescalen el conflicto mientras firman la paz.
3. La gente debe sentir el sabor de la paz: la juventud sujeto social del postconflicto
Si bien el acuerdo lo firman quienes han hecho la guerra, la paz la hacen realidad quienes la han padecido. Las ciudadanías son las protagonistas de la paz siempre y cuando la construcción de esa paz se asuma como un asunto de realización de derechos políticos y sociales. Un país que logra superar el uso de la violencia para eliminar al diferente o al que piensa distinto debe asegurar derechos para todos. Si durante el conflicto se ha avanzado en la inclusión social de las víctimas, en el postconflicto la prioridad es la gente que ha visto postergados sus derechos. Es el Estado social de derecho como una realidad, como una garantía cierta de inclusión y justicia social en las zonas rurales de la guerra y en los espacios urbanos de la marginalidad y la pobreza. Entre las ciudadanías convocadas a la paz debe tener un enfoque preferencial la juventud, si se quiere que sea el sujeto social del postconflicto. Durante años los jóvenes han sido llamados a hacer la guerra, llamémoslos ahora para hacer realidad una paz con educación de calidad, trabajo digno, cultura, deporte, respeto por sus derechos.
4. En Bogotá la paz es inclusión social
Bogotá avanza en una revolución social que se hace a través de la superación de la segregación socio espacial, adaptación de la ciudad al cambio climático y defensa de lo público. 490 mil personas han salido de la pobreza multidimensional en los últimos tres años. Esto ha sido posible gracias a la inclusión de 225 mil niños y niñas en el ciclo de la atención integral de la primera infancia, a la jornada completa en la educación pública para 220 mil niños, niñas y adolescentes, al mínimo vital de agua para 600 mil familias, a 104 mil subsidios para personas mayores de 60 años sin pensión ni ingresos, entre otras políticas sociales exitosas. El apoyo de Bogotá Humana a la paz no es retórico, aquí se hace realidad el compromiso de construir una sociedad más justa. No podía ser de otra manera si el alcalde mayor viene de un proceso de paz exitoso, un alcalde que le cumplió a la democracia y ahora cumple con un plan de gobierno orientado a hacer sostenible socialmente la paz que se avecina.
La persistencia de la paz : pedagogía e información
En Noviembre de 2014 Bogotá Humana asumió con el gobierno nacional el compromiso de formar 10 mil Gestores de Paz en la ciudad, un proceso pedagógico para informar sobre el proceso y hacer de la ciudadanía un sujeto activo de la paz. Ya son 7200 ciudadanos y ciudadanas que hacen parte de esta gestión de paz que multiplican su trabajo en todas las localidades. Desde esta construcción de Gestores de Paz y en el escenario permanente de los jueves, cumplimos con el deber constitucional de la paz. Como las Madres de la Plaza de Mayo en Argentina que no cesan en su empeño hasta encontrar a sus hijos y nietos desparecidos, en Colombia hay ciudadanías que persisten en la búsqueda de la paz. Bogotá Humana convoca a encender todos los jueves la Llama de la Paz y no apagarla hasta el día en que firmen los acuerdos.
Jorge Rojas Rodríguez
Secretario Distrital de Integracion Social