Bogotá, agosto 2 de 2019. “Somos artesanas constructoras de nuevas cosas y hoy compartimos un almuerzo donde hay limpieza, normas, respeto y sobre todo una mano amiga. El encuentro en una mesa tiene un gran valor, más cuando se ha olvidado hacerlo en familia por culpa de los celulares y los televisores”.

La expresión de agradecimiento hacia los servicios que recibe de la Secretaría de Integración Social, nació de Luz Carmenza Zamora Garay, licenciada en pedagogía, quien junto con Leonor Carrasquilla Castelo una poeta , Liliana Gallo Arias, administradora de empresas y Clara Liliana Barragán, diseñadora de interiores, decidieron darle la cara a la ciudad, para decir: “Hacemos parte de la pobreza oculta”.

Las cuatro profesionales, quienes por diferentes circunstancias perdieron sus trabajos y en sus vidas fueron saliendo paulatinamente de la zona de confort, como ellas mismas lo dicen, hicieron parte de uno de los paneles del foro ‘Pobreza oculta en el corazón de Bogotá – Chapinero social’, organizado por la Universidad de La Salle y la Subdirección Local de Integración Social de Chapinero.

 

 

 

El encuentro que fue presidido por el rector de la Universidad, Alberto Prada Sanmiguel, la Secretaria y subsecretaria de Integración Social Gladys Sanmiguel Bejarano y Maritza Mosquera, respectivamente; y el subdirector local Fabián Alfonso Belnavis Barreiro, permitió hacer un análisis de la problemática sobre este flagelo, como un fenómeno por descubrir en Bogotá.

Hoy Carmenza, Leonor, Liliana y Clara, habitantes de la localidad de Chapinero, son conscientes de la situación por la que han atravesado y que ha venido siendo superada, gracias al apoyo de sus familias y de varias instituciones de la administración del Alcalde Enrique Peñalosa, que les han abierto sus puertas.

“Gracias a la atención, al bono y la alimentación que recibimos de los comedores comunitarios de la Secretaría de Integración, no nos amilanamos ante las dificultades. Para nosotras la Secretaría es una bendición de Dios, nos reciben con amor, con los brazos abiertos, con calidad, calidez, paciencia y claridad en la información que nos brindan.

Aunque todo no es color de rosa, seguimos tocando puertas de la mano de la Secretaría para dejar de ser una carga y poder subsistir por nosotras mismas. A pesar de nuestra edad, somos aptas para seguir trabajando”, dijeron las participantes.

De acuerdo con la secretaria de Integración Social, Gladys Sanmiguel, los bajos ingresos, el cambio de trabajo con menor remuneración y la pérdida de empleo de uno de los integrantes de la familia, está conllevando a los cambios en los hábitos de compra y consumo de algunas personas, que a pesar de ser propietarias del lugar donde habitan, sus ingresos por lo insuficientes no les permiten cubrir sus necesidades.

“Este fenómeno que se viene presentando en Bogotá, especialmente en familias de estratos 3, 4 y 5, se conoce como pobreza oculta y los ha llevado, como en el caso de la capital, a acudir a algunos servicios que presta la Secretaría de Integración Social, como los comedores comunitarios para cubrir sus necesidades de alimentación. Las localidades donde más se ha detectado esta problemática son Usaquén, Barrios Unidos, Teusaquillo y Chapinero”, destacó la Secretaria.

La nueva forma de pobreza fue analizada desde otras perspectivas y basada en el trabajo a través de los medios de comunicación, especialmente la televisión, y a cargo del periodista Felipe Arias e Indira Serrano de la ‘Sociedad Colombiana de Gestión–Actores’.

De acuerdo con Indira Serrano, las redes sociales tienen un gran impacto en todos los sectores de la sociedad. “Nos enseñan a mostrar nuestra mejor cara, el éxito, pero no se muestra cuando alguien está mal económicamente, es decir se crea una fantasía de farándula y lo que no se sabe es que en el caso de los actores sus ganancias no superan el 25% del valor de un contrato, toda vez que les toca pagar directamente su seguridad social e impuestos, entre otros. Un actor cuando está en su mejor momento, al año trabaja 6 de los 12 meses y a través de las redes aparecen mostrando su mejor cara y no se sabe si esos actores hacen parte de la pobreza oculta”.

Para el periodista Felipe Arias, las redes son una falacia y deben ser manejadas con responsabilidad. Sobre la pobreza oculta, destacó que el grave problema es la indiferencia de todos quienes están a nuestro alrededor. “No debemos vivir de apariencias y cada uno de nosotros debemos conocer las circunstancias en las que están nuestros compañeros de trabajo, nuestras familias, debemos identificar los problemas, las dificultades y debemos comenzar al interior de las organizaciones, empresas y nuestras familias y no esperar que todo nos lo dé el Estado”.

Por su parte Liliana Pulido Villamil, directora de la Dirección de Análisis y Diseño Estratégico DADE de la Secretaría, destacó la labor que durante esta Administración se ha adelantado para reducir cifras de pobreza monetaria y multidimensional, siendo así como se logró un gran avance en la reducción de la pobreza al pasar de un 5.9%, en el 2016, al 4.3% , lo que significa que 114 mil personas lograron mejorar sus condiciones de vida en cinco dimensiones como son salud, educación, trabajo, condiciones de los niños y jóvenes en sus hogares y las condiciones de sus viviendas.

“Se ha logrado romper factores de pobreza como el embarazo en adolescentes y se ha avanzado de manera sustancial, porque en todo el proceso de búsqueda de los más vulnerables estamos aplicando una encuesta que determina si ese hogar está en inseguridad alimentaria y personas que tienen sus casas pero no tienen con qué comer se pueden detectar. Esperamos antes de concluir la administración, poder publicar los resultados técnicos y poder socializarla para que sirva como herramienta para la próxima administración y defina estrategias que pueda mejorar la calidad de vida de estos hogares en pobreza oculta o poder disminuir su situación”.

Hablar del tema, es comenzar a romper barreras

El espacio académico se dio gracias al apoyo de la Universidad de La Salle, que desde hace un par de años, según su rector, el hermano Alberto Prada Sanmiguel, varios jóvenes economistas presentaron como trabajo de grado un estudio de determinantes de la pobreza oculta que deja ver que ese fenómeno debe tener mayor comprensión del conjunto de la sociedad, que se está presentando en estratos altos por causas diversas como el desempleo, el desempleo precario o definitivo que hace que las personas no tengan los ingresos requeridos para suplir sus necesidades.

En el lenguaje coloquial, dijo el rector, “para la sociedad son los pobres vergonzantes, quienes aunque tengan un nivel profesional y vivienda, no tienen acceso a ingresos y recurren a la marginación de la vida precaria”.

“Este análisis del fenómeno como punto de partida en la localidad de Chapinero requiere de un intercambio profesional y académico así como de alianzas entre el sector público, el sector productivo y la academia para proponer soluciones y así contribuir al desarrollo armónico de la localidad, la ciudad y el país”, concluyó Prada Sanmiguel.

A su vez el docente de la universidad César Sánchez, hizo una contextualización y los elementos para el abordaje de este fenómeno, presentando estudios que analizan la pobreza oculta en Bogotá y que para él es un fenómeno que se presenta igualmente a nivel internacional. Para el educador el fenómeno no es reciente y hoy nos estamos encontrando con nuevas formas de pobreza.

Finalmente el director del programa de Economía de la universidad, Sander Alberto Rangel, destacó que existen una serie de variables y elementos que deben ser analizados a profundidad para poder tener unos elementos concluyentes y un análisis académico y sobre todo político.

“Es necesario un trabajo articulado que incluya los componentes cuantitativos (cifras), con los cualitativos (rostros, testimonios, historias de vida), y mientras no se trabaje el tema de redistribución de los ingresos y de generación de empleo, cualquier política va a quedar corta frente al fenómeno de pobreza.

Se debe realizar un trabajo integral desde el componente político y desde el componente de la sociedad civil, de igual forma el papel para la academia. Los académicos somos muy críticos y nos quedamos encerrados en las universidades con un montón de estudios. Hay que hacer tres trabajos. Uno lo que se hizo hoy y es sensibilizar sobre el tema, lograr hacer estudios y análisis de fondo y la articulación con los actores tomadores de decisiones para que esos estudios logren hacer parte de las políticas públicas”; concluyó el docente.

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