Bogotá, marzo 22 de 2018. Una huerta de plantas aromáticas y decorativas se convirtió en el proceso insignia del proyecto ‘Ecopáramo’ del jardín infantil, ‘Diego Páramo Rocha’ de la localidad de Fontibón. Esta es una apuesta por la creación de un pensamiento medioambiental y más verde en los niños y niñas desde temprana edad, de la mano de experiencias sensoriales y vivenciales en relación con la tierra y el planeta.

La huerta surgió hace aproximadamente 6 meses en medio del proyecto ‘Ambientes seguros e inclusivos’ de la mano del Proyecto Institucional de Gestión Ambiental (PIGA), en donde se plantean maneras pedagógicas de fortalecer en distintos aspectos medioambientales que involucran los jardines infantiles de la Secretaría Social. Allí, de la mano de las profesoras Norma Ospina y Gabriela Jiménez, la idea de tener una huerta en el espacio verde se fortaleció.

A pesar de los obstáculos y los problemas, las ‘profes’ no dudaron en poner en marcha el proyecto y desarrollarlo. Como lo cuenta la profesora Norma, "fue duro darle inicio al proyecto, porque nosotras no sabíamos bien como iniciar la huerta. Sembramos ciertas plantas, pero no crecían bien, y nos dimos cuenta de que, si queríamos hacer crecer el proyecto, debíamos contar con el apoyo de alguien que supiera mucho del tema".

Fue para entonces que llegó el ingeniero Bryan Rojas, un trabajador de una empresa cercana y quién decidió hacer una obra social con el jardín a través de su apoyo a los proyectos medioambientales. Con su experiencia y compromiso hoy en día la huerta tiene otra mirada. Un espacio natural con mucha vida y colorido, fortalecido con los procesos pedagógicos actuales que se plantean en el jardín.

"Nosotros hemos apoyado este proceso porque vemos que es algo que no solo beneficia a los niños sino también a los padres y a la comunidad en general y que también ayuda al medio ambiente en la medida en que se genera una herramienta muy didáctica para acercar a la comunidad a temas medioambientales. Es por eso que nosotros estamos comprometidos con el proyecto y con el proceso que aquí se lleva", comentó el ingeniero.

Todo este crecimiento que ha tenido el proyecto es solo un abrebocas de lo que se viene en el 2018 para este espacio. El proyecto físico más importante es la construcción de un canal de aguas lluvias que permitirá fortalecer las plantas, además de la adecuación que ya se iniciaron, como la instalación de estibas de madera, ‘polisombras’ y cercas de guaduas alrededor de las plantas ya sembradas.

Desde ya los maestros y maestras plantean una serie de actividades que fortalezcan de manera sensorial a los niños y niñas, el sentido de pertenencia el cuidado del medioambiente en los espacios del jardín con un propósito de corresponsabilidad con los padres, a través de la riega y siembra conjunta.

Será un año de muchos aprendizajes y crecimiento para los niños y niñas de la institución, quienes son los más beneficiados con esta iniciativa local.