Bogotá, junio 11 de 2019. Diana Cagua y su hijo Cristian Daniel, acaban de bajar uno a uno los escalones que los llevan a internarse a un pequeño mundo de conocimientos. Con cada paso, el silencio que ocupa el espacio se rompe con una nota musical, un ‘Do’, un ‘Re’, un ‘Mi’.

Un gesto de alegría se ha dibujado en sus rostros, se detienen un instante para entender que cada una de las notas que escucharon se activaron cuando sus pies tocaron cada escalón. Sonríen espontáneamente y Cristian, no aguanta las ganas de repetir esa experiencia por lo que Diana, muy cómplice, lo impulsa a devolverse, a subir los peldaños.

Por un momento, ella se convierte en espectadora exclusiva del momento en el que su hijo baila y alza sus brazos. Una situación inadvertida para algunos de los presentes, pero de mucho valor para Diana y su hijo, ella cuidadora y él un chico con discapacidad.

De esa manera inició la visita de un grupo de 11 participantes del proyecto Una Ciudad Incluyente y Sin Barreras, de la localidad de Barrios Unidos y Teusaquillo, al Museo Interactivo de Ciencia y Tecnología ‘Maloka’. Una oportunidad de encontrarse y reconocerse entre sí, compartiendo el asombro y la sorpresa de descubrir y experimentar de una manera tan cercana la ciencia, la tecnología y el conocimiento.

 

 

 

Un cúmulo de experiencias sensoriales que los llenó de emotividad, como a la señora Martha Inés Páramo, quien al estar sentada en el cine domo observando una proyección del espacio infinito, los planetas y las estrellas, sintió por un momento alejarse de la tierra como si tripulara una nave espacial, o los rostros de asombro del grupo, al encontrase de frente con Juliana, la réplica de una Tiranosaurio Rex con un esqueleto de 11 metros de altura y un modelo en 3D de su sistema nervioso.

Permitir que personas con discapacidad y cuidadores visibilicen sus capacidades y se integren a diferentes entornos sociales, culturales, recreativos y deportivos, es el objetivo de las acciones de inclusión comunitaria, como el recorrido a 'Maloka', acción en particular que permitió que de 78 personas con discapacidad y cuidadores de las subdirecciones locales de Barrios Unidos/Teusaquillo, Kennedy, Santa Fe, Tunjuelito y Ciudad Bolívar; tuvieran la oportunidad no sólo de salir de su rutina sino de acceder sin los obstáculos habituales e impuestos por las limitaciones económicas y la negativa de conductores de servicio público a transportarlos.

Otra acción de inclusión que se cumplió con éxito fue la visita al Jardín Botánico ‘José Celestino Mutis’. Allí 13 personas tuvieron contacto con la naturaleza, abrazaron árboles, escucharon los sonidos del agua y el cantar de algunos pájaros. También participaron de un canto ceremonial ‘Huitoto’ en agradecimiento a la tierra. Dentro de la maloca llamada Casa de la ‘Humanidad y la Abundancia’ sentados en círculo alrededor del fuego, generaron conciencia y reflexiones frente al uso de los recursos y el valor de la biodiversidad. Las dos experiencias acercaron de una manera muy cercana a las personas con discapacidad y cuidadores al conocimiento, ambos de forma sensorial y experiencial, uno más científico y el otro más místico y ancestral.

Al final 'La Maloca' y 'Maloka' fueron un gran espacio para la inclusión social. 

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