Luz Marina, convirtió su accidente en un ejemplo para los demás

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Bogotá, agosto 13 de 2019. Son las 5:30 a.m., de la madrugada en la fría Bogotá, pero para doña Luz Marina Vélez Contreras, de 46 años de edad, con tres hijas y oriunda de la Costa, más que una mañana es una nueva oportunidad de vida y de lucha por su trabajo y familia. 

Sin sus manos, ni su pierna, esta gran mujer se alista todos los días de la semana con un café caliente y sus prótesis para atender en la Comisaría de Familia de Engativá de la Secretaría Distrital de Integración Social a personas víctimas de violencia intrafamiliar y ser un ejemplo de vida de quienes la ven en su oficina para enfrentar la vida con amor, respeto, tolerancia, empuje y servicio hacia los demás.

“Yo me levanto muy temprano en mi casa. Sin mis aparatos me alcanzo a cepillar mis dientes y con la ayuda de mi esposo me baño y él me arregla colocándome los aparatos para salir y después de tomarme un tinto. Bajo luego a la esquina de mi hogar para tomar el SITP en Suba Bilbao que me lleva rumbo a mi trabajo. Llevo ocho años de servicio en las Comisarías de Familia de Bogotá. Tras un arduo trabajo y lucha para llegar hasta acá gracias al sector privado quien me dio la primera oportunidad de trabajar. Yo me accidenté en el año de 1997 por un incidente eléctrico de alta tensión en mi hogar que me dejó sin mis dos manos y el pie izquierdo totalmente perdido”, aseguró doña Luz Marina.

Con los ojos iluminados de vida, su rosto lleno de anhelos, retos, incertidumbres, momentos tristes y alegres, doña Luz Marina, sonriente frente a su computador y carpetas de archivos dentro de su oficina, recuerda mientras oprime tecla por tecla con sus prótesis, esa mujer que hoy la empodera y la enorgullece frente a los miles casos de conflictos intrafamiliares que atiende diariamente.
 

“Mi recuperación no fue fácil. Los primero años me dio muy duro. Hasta pensé en suicidarme pero bueno, salí adelante y ustedes me creerán que sufro más en la casa que en el trabajo que es mi aliento, porque en la casa me quito esto y ya, no pasa nada, en cambio al llegar acá salgo, me muevo, me tomo un tinto, almuerzo con mis compañeras, o le sirvo a ellos también. Ahora el trabajo para mí es mi fuerza. A propósito de esta historia de vida de superación e inclusión laboral a las personas con discapacidad, la Secretaría Distrital de Integración Social ha sensibilizado a 4.673 personas en la toma de conciencia para la participación de las personas con discapacidad en los diferentes entornos sociales. Le agradezco mucho a la entidad, que me ha ayudado a salir adelante a través de las Comisarías de Familia y las personas que me ayudan como mi jefe en su comprensión. Cada mañana que me despierto le doy gracias a Dios por lo que tengo ya que hay días que siento el cansancio normal de mis prótesis que son bastante pesadas pero que animan a vivir”, expresó con una sonrisa doña Luz.

Por otro lado la Secretaría Distrital de Integración Social ha capacitado en competencias para la atención inclusiva a 1.249 servidores públicos de todas las entidades del Distrito para ofrecer a la población con discapacidad una atención adecuada, digna y de calidad.

Finalmente doña Luz Marina envió un mensaje de paz, respeto y comprensión a la violencia intrafamiliar que se presentan en los hogares capitalinos así como también un llamado a la inclusión laboral y apuesta al talento de las personas con discapacidad.

“Hay que tener más tolerancia. Hay que bajarle a la forma como se piden las cosas como es el caso de las parejas cuando las doctoras hablan. Definitivamente el diálogo es lo que más recomiendo para solucionar los conflictos. A todas las personas les digo que estamos completos y que no importa el tipo de discapacidad que se tenga, solo las ganas de hacer y trabajar apostándole a la inclusión laboral desde cualquier actividad”, concluyó Luz Marina Vélez. 

 
 
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