Entre danzas, ritmos tradicionales y mucha convivencia, exhabitantes de calle se tomaron el teatro de la Fundación ‘Gilberto Álzate Avendaño’.

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Bogotá, 12 de junio de 2018. “No pensé que volviera a bailar frente a un público tan especial en éste teatro tan inmenso”, expresó Henry Cárdenas, una mujer ‘Trans’ que hace más de tres meses abandonó la calle, luego de que un día los ‘Ángeles Azules’ la encontraran en una zona de la ciudad y le hicieran una invitación que le cambiaría por ahora su forma de ser, pensar y soñar.
 
El alma de bailarina, tal vez como ella piensa, viene de la sangre. Nació en Palmira – Valle, una ciudad donde el sabor de la salsa era el ritmo que a diario entre calle y calle se escuchaba. Su vida desde muy pequeña y con solo ocho años de edad, no fue la más normal como cualquier otro niño o niña. Luego de tener que despedirse para siempre de sus padres que de manera repentina fallecieron, pasó al cuidado de una tía. Durante esas épocas de crecimiento, su inclinación sexual y su pensamientos frente al género femenino no la impulsaba a pensar hacia el género opuesto, al contrario se sentía diferente y su atracción hacia otros niños era un mayor impulso el cual no podría ser normal.

Luego de un corto paso por el colegio, y al sentir tanto rechazo a su decisión de vida, decide tomar rumbo hacia otra ciudad, en busca de nuevas metas y aceptación. Hace más de ocho años con una entrada que no precisamente la llevó a las tablas de un teatro o el mejor lugar de su vida, la desplazó desde muy joven a las calles de la capital del país. El consumo que había adquirido durante su adolescencia en su tierra natal, ya la había llevado a un camino de drogas que día a día entre alcohol y la prostitución, se ‘disfrazaban’ en su mente y cuerpo, y la venían consumiendo poco a poco.
 

Al llegar a Bogotá, buscó sitios para poder trabajar de manera honesta, aunque sabía que por medio estaría su dignidad, su cuerpo y el riesgo de poder ser agredida o abusada. El trago el cual era su más fiel parejo de baile, la llevó a caminar muchas veces por el antiguo sector del ‘Bronx’. Entre canciones de las cientos de Rockolas que visitó, allí entre la lujuria, el deseo, el estasis del cigarro de bazuco que consumía y las altas dosis de todo tipo de bebida alcohólica, la llevaban hasta el borde de la locura.

“Una vez en el ‘Bronx’, me pase de tragos, me puse a bailar y hacer mucha ‘bulla’; estaba tan ebria que empecé a gritar y bailar hasta sin ropa. Allí, en ese lugar, pues no le gustaba a los ‘duros’ ese tipo de situaciones, entonces pues me cayeron y me dieron duro para calmarme, me rompieron la cabeza, casi me matan”, menciona Henry recordando ese día.

No volvió a frecuentar el ‘Bronx’, aunque su vida no ha sido habitar la calle, si consumía. Pagaba su pieza diaria y trataba de estar siempre bien, aunque reconoce que el estar “bien” en la calle, no es lo mejor. Se ha dedicado al trabajo como estilista y ofrece algunos servicios. Cuando laboró un tiempo por la zona del barrio ‘Santafé’, estuvo por primera vez en un hogar de paso. Aunque su falta de voluntad y su adicción que no era la mejor compañía, la llevaron de nuevo a las calles.

Un sueño que baila, y danza al ritmo de una nueva vida

“Yo era bailarina en Cali, la pasaba muy bien y hoy de nuevo volver a bailar, me emociona mucho”. Así inicia su relato Henry Cárdenas, hoy muy contenta por participar en el ‘Segundo Encuentro Intercentros de Danzas’ el cual reunió a más de 150 exhabitantes de calle de los centros de atención de la Secretaría Social.

El camino de la calle a un hogar de paso, para Henry vino gracias a los ‘ángeles azules’, que por muchos días se la encontraban en la calle y le insistían en cambiar de vida y poder iniciar de nuevo un proceso de recuperación personal lejos de esa vida y el vicio. Esta vez ella, se vinculó de nuevo a un hogar de paso. Ya lleva tres meses, en donde no consume, vive más tranquila y le entrega más atención a su vida.

Hace menos de un mes, se vinculó a la convocatoria que desde los centros de atención hicieron a los exhabitantes de calle que reciben los servicios, para participar y hacer parte de los grupos de danzas que representaría cada delegación en el encuentro de danzas de la Secretaría Social. Luego de las actividades diarias de recuperación personal en su nueva casa, se dedicaba a ensayar, tenía a cargo un baile moderno y una danza contemporánea que requería toda su concentración y entrega.

“En el Centro de Atención Transitorio, la paso muy bien, la convivencia con otros hombres, mujeres y demás personas LGBT; es un ambiente de respeto. Los ‘ángeles azules’ del hogar, nos enseñan todos los días a respetar y a recuperar los valores que hoy en día el ser humano ha perdido”, resalta Henry en su actual experiencia de vida.

Ahora, trata todos los días de cuidar su cuerpo y mente. Iniciará sus estudios validando su bachillerato. Sueña con poder viajar y ser bailarina. Se ha sentido contenta con su proceso y más cuando tuvo la oportunidad de mostrarse de nuevo sobre las tablas de un escenario y ante un auditorio de muchas personas que aplaudieron cada movimiento, cada sonrisa y destacaron el trabajo que ella y su grupo de danzas realizaron. Ahora Henry Cárdenas, vive feliz y dispuesta a cambiar.

Fueron más de 25 bailes tradicionales entre danzas típicas colombianas y la puesta en escena de algunas obras musicales con mensajes claros sobre el daño que el consumo y la habitabilidad en calle puede generar en la vida y cómo poder prevenirlos.

“Todas estas personas presentes, han tomado la decisión de abandonar esa vida que llevaban en calle, y hoy tienen la oportunidad de vincularse a estos encuentros culturales, siendo nuevos espacios en donde los exhabitantes de calle, comparten, interrelacionan y lo más importante, disfrutan de todo lo que a diario cualquier otra persona puede vivir en su cotidianidad”, menciona Myriam Stella Cantor, subdirectora para la adultez, quién dio la bienvenida a los artistas, invitados especiales y ángeles azules en el segundo encuentro de Danzas.
 

 
 
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