Hernando, el exhabitante de calle carpintero, quien talla y pule su proyecto de vida

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Bogotá, septiembre 4 de 2018. Hernando Tascón, experto en el trabajo de la madera, luego de tantos años fabricando improvisadas ‘pipas’ y fumándose unos buenos ‘porros’ de bazuco, pasó a tallar pino y roble pero esta vez para crear artesanías y elementos para el hogar.

De raíces caleñas, llegó a Bogotá hace más de 12 años. Allí en la ciudad de Cali la buena vida que vivió gracias al trabajo que adelantaba en marquetería y carpintería quedó en tinieblas cuando empezó a cambiar su propio dinero producto de su ardua labor por ‘bichas’ y vicio. Conoció las drogas y los malos caminos entre la parranda, el trago y la diversión.

“Yo me vine de Cali. Allí ya consumía, pero me dijeron que me viniera para Bogotá a hacer un trabajo. Me traje unas herramientas para adelantar las cosas pero acá me robaron todo y no pude trabajar y llegué a la calle, conocí para mi mala fortuna ‘El Bronx’ y de ahí en adelante todo fue oscuro”, comenta Hernando, quien frotando sus manos suavemente trata de olvidar ese pasado.

Estuvo divagando en muchas calles de la ciudad. Luego de bastante tiempo –no recuerda cuánto-, paró el ‘chorro’, como dice él mismo, y decidió contactarse con sus familiares en Cali a donde retornó de nuevo a su hogar. Allí duró tres años libre del vicio y concentrado en las labores diarias de la carpintería.
 

Luego de este tiempo regresó de nuevo a la ciudad capitalina y de nuevo esas viejas amistades lo llevaron a tener una recaída en donde de nuevo empezó a fumar bazuco. “Yo ya no quería nada de eso, entonces, pues me puse a andar por la calle y un día me encontré a los ‘Ángeles Azules’, quienes me llevaron al hogar de paso de la ‘Carrera 35’ y pues ahí decidí quedarme y empezar un proceso”, resalta Hernando.

Una hija muy pequeña había dejado atrás en su hogar. Por culpa del vicio perdió su familia. Ahora, luego de ingresar al hogar de paso volvió a ubicar a su hermosa hija. Ella vive en el exterior, pero desde allí, todos los días viene apoyando su proceso de recuperación. “Mi hija es mi adoración. Volví a hablar con ella gracias a los profesionales del hogar que lograron encontrarla. Ahora ella me dice que me ponga juicioso porque quiere que yo me vaya a vivir a su lado, eso me pone contento y motivado”, dice Hernando, recordando a su hija.

Hernando es restaurador de maderas. Aprovechó un curso en articulación con el SENA que adelantó en el hogar de paso. Gracias a ese aprendizaje perfeccionó su estilo y técnica para darle vida y belleza a algunos palos y trozos de madera que ahora convierte en un verdadero arte.

Hoy ofrece sus obras artísticas en el seminario de las ‘Nuevas Masculinidades’, realizado en el ‘Centro de Atención Transitorio’ de la Secretaría Social. Casitas de madera, balones rompecabezas, bancas, cavas para vinos, cofres y materas son algunas de las artesanías, que junto a sus compañeros han elaborado.

Además de mostrar sus productos, Hernando fue invitado a participar del seminario. Allí alrededor de sus compañeros de procesos, atendieron, opinaron y hasta conversaron sobre un tema que para muchos hombres, y debido al actual ‘machismo’ en la actual sociedad no se trata todos los días. “Yo tengo una hija, yo no fui malo en mi hogar, siempre ayudaba, caí en el vicio pero siempre trato de ser respetuoso con mi familia. Ahora veo como muchos de nosotros los hombres maltratan y doblegan a las mujeres, o se creen los ‘duros’ y no debe ser así. Hoy estamos hablando de cómo comportarnos y salir adelante”, afirma Hernando que muy atento en el seminario, toma apuntes de las conferencias en un cuaderno que lo acompaña, y en donde también dibuja los próximos diseños para sus artesanías.

Para Hernando tallar la madera es darle vida a algo que no existe. Trata de no pintarla o dañarla mucho. Piensa que debe respetarla y mostrar lo linda que es, gracias al regalo que brinda la ‘madre tierra’ y la naturaleza. Observa su trabajo y lo compara con la vida que actualmente está llevando. No consume hace un año vicio. No maltrata de nuevo su cuerpo y mente, siente que es como un pedazo de esa madera a la que debe empezar a cuidar.

Hoy él habla sobre su rol no solo con la vida, sino con la convivencia a las mujeres y su entorno. Practicará todos y cada uno de los consejos que recibió gracias a los panelistas invitados al seminario. “Estos temas no se hablan en la calle, eso es muy duro el día a día. Allí nadie valora a nadie. Pero uno acá en los hogares cambia por dentro y por fuera. Es volvernos más personas, es tener más respeto por nuestros compañeros, vecinos y demás”, sentencia Hernando. Le queda mucha vida por tallar y debe hacerlo con amor.

 
 
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