Secretaría Distrital de Integración Social

Secretaría Distrital de Integración Social

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Centro Bakatá continúa en aislamiento por seguridad de usuarios y trabajadores

 

 
Bogotá, 12 de junio de 2020. Desde que se identificaron los primeros casos positivos de COVID-19 en el centro de atención Bakatá de la Secretaría Distrital de Integración Social, en mayo, se han tomado las medidas necesarias para velar por el bienestar de las personas que permanecen allí y para contener la propagación del virus en este hogar de paso que atiende a población habitante de calle.

Según el reporte epidemiológico, a la fecha se han presentado 113 contagios entre los usuarios y 18 entre el equipo de funcionarios de la entidad, cifra que ha variado de acuerdo con los resultados de nuevas pruebas y con las medidas que se han implementado.

Entre las acciones que se han desarrollado, están la adecuación de áreas para el aislamiento de las personas que permanecen en el centro de atención, la verificación permanente de aparición de síntomas, el seguimiento de los casos en los domicilios de los funcionarios y contratistas que resultaron positivos y la aplicación de pruebas para descartar contagios por contacto.

“Los reportes epidemiológicos varían de acuerdo con la evolución de casos. Ya tenemos varios resultados negativos en las segundas pruebas realizadas y estamos atentos a lo que arrojen los demás que se están analizando. En este momento, estamos haciendo seguimiento a todos los casos que principalmente son asintomáticos. En general las personas se encuentran en buenas condiciones físicas”, aseguró el secretario de Salud, Alejandro Gómez.

Por su parte, la secretaria de Integración Social, Xinia Navarro, manifestó que: “Seguimos acompañando a nuestros equipos y a nuestros usuarios. Sabemos que enfrentamos una situación difícil, que no es posible evitar totalmente y que, por el contrario, nos exige estar muy atentos de manera permanente. Tengan por seguro que acatamos todas las recomendaciones de Salud frente al tema y seguiremos reforzando las medidas, mientras continuamos cumpliendo nuestra labor social”, concluyó.
 

 
 
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Secretaría de Integración rechaza ataques contra habitantes de calle y recicladores

 

 
• La secretaria de Integración Social, Xinia Navarro, repudió las acciones que se han presentado contra personas vulnerables en diversas localidades de Bogotá

• Con sus escasas pertenencias incineradas han quedado personas que hoy habitan en espacios públicos de la ciudad

Bogotá 05 de Junio de 2020. La secretaria de Integración Social, Xinia Navarro, rechazó de manera rotunda los ataques que han sufrido personas vulnerables,específicamente habitantes de calle,que han sido víctimas de hechos de violencia y discriminación en los últimos días. En diferentes localidades de la ciudad se han quemado cambuches con el propósito de buscar su expulsión porque se les señala de ser foco de contagio del Covid-19.

“A los habitantes de calle no los podemos discriminar ni perseguir. Causan impresión esas posiciones radicales de algunos sectores que afirman que tenemos que recogerlos y llevarlos en un camión para que la gente no se contagie. Han llegado a la Secretaría derechos de petición en las que se pide que los encierren”, indicó la secretaria.

“El problema no es que la gente vea los cambuches, sino entender cuáles han sido las condiciones sociales que han llevado a esas personas a vivir en esos lugares. Es un problema que incluye el consumo de substancias psicoactivas, problemas familiares, exclusión y salud mental”, afirmó la secretaria.

Integración Social trabaja en la búsqueda de las ayudas necesarias para atender esta población que ha sido relegada y desconocida siendo fruto justamente de las desigualdades sociales que hay en la ciudad.

En Bogotá hay alrededor de 10 mil habitantes de calle, de acuerdo con un censo del Dane de 2017. Integración Social tiene en sus 11 unidades a 1.200 habitantes de calle en confinamiento. De estas, 6 son hogares de paso, hay un hogar transitorio, 3 son comunidades de vida y hay un centro de alta dependencia.El nuevo Plan de Desarrollo prevé un incremento de 850 cupos más para la atención.

La Secretaria de Integración Social recordó que la entidad ha estado atendiendo de manera decidida a esta población sin importar el espacio donde estén, mediante la operación territorial conocida como ‘Cambuche y parche’. “Con todas las medidas de seguridad, los hombres y mujeres valientes de la Secretaría han estado acompañándolos en los puentes, en las alcantarillas y en todos los lugares necesarios. Son ellos quienes deciden si quieren acceder a los servicios que ofrece la Secretaría, porque la Corte Constitucional ha manifestado que a los habitantes de calle no se les puede obligar”, aseguró.

Además, es importante señalar que la atención a la población habitante de calle se hace como sector social: Idipron atiende a la población de 17 a 28 años, e Integración Social atiende a las personas de 29 años en adelante.
 

 
 
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El principio del fin: estudia una carrera después de 10 años de vivir en la calle

 

 
• Con 60 años, Mauricio Soler está estudiando salud ocupacional en la Universidad Libre. Busca ser promotor social para contar su historia de consumo y evitar que otros la vivan. 

• La drogadicción le arrebató la vida y el hogar que había formado. Vivió durante 10 años en la calle y ahora se esmera por recuperar su proyecto de vida.
 
Bogotá, 01 de Junio de 2020. Mauricio Soler Páez pasó 10 años habitando la calle y lleva uno en la Comunidad de Vida El Camino, centro atendido por la Secretaría de Integración Social, donde adelanta un proceso para recuperar sus hábitos y proyectos de vida.

Inició su consumo a una edad madura, ya sobre los 40 años, y pensó que lo podía manejar. “Tenía mi hogar y una vida exitosa hasta que conocí la cocaína. Inicié como consumidor social, pero se me salió de las manos y terminé empujado por una fuerte adicción habitando la calle y consumiendo bazuco”, recuerda este bogotano, ahora con 60 años, convencido de que nunca es tarde para volver a empezar.

A estas alturas Soler vestía como indigente y hablaba con jerga de ‘ñero’, como el mismo afirma.“Si no hago ese ejercicio de adaptación los demonios que reinan en la calle me tragan. Para financiar mi consumo, hice cosas que jamás pensé hacer, como robar”, recuerda. Como no se sintió cómodo con eso, empezó a reciclar cartón y a vender ponqué en la olla.

Pero estar ahí es muy fuerte y por eso, pasado el tiempo, Mauricio se siente afortunado al haber salido con vida de allí. “Me vi involucrado en dos balaceras de las mafias que controlaban el lugar. Muchos cayeron y yo milagrosamente me salvé. Tengo en mi espalda un costal cargado de vivencias muy duras”, dice.

Agobiado por los fantasmas de la muerte y el consumo,un día pensó que era hora de salir de ese estilo de vida y tomó la decisión de dejar las calles.“Los ‘Ángeles de la Calle’ me hablaron de la comunidad de El Camino, así que tomé la decisión con conciencia de cambio, pensando que a lo mejor es la última oportunidad que me queda y hay que aprovecharla”.

Gran parte de su deseo de salir adelante está centrado en su familia, en su esposa, una psicopedagoga en una entidad del Distrito; su hija, ingeniera ambiental, y su hijo, publicista.

“Validé el bachillerato el año pasado estando aquí en El Camino, y a comienzos de este año tuve la fortuna de acceder a una beca para estudiar salud ocupacional en la Universidad Libre. Me dedico varias horas a la semana a estudiar virtualmente, gracias a las facilidades y colaboración que me dan. Quiero reivindicar mi vida y tener mi cartón junto a los títulos de los otros integrantes de mi familia”, dice Soler.

Antes de su adicción, Mauricio había sido una persona proactiva y diligente: estudió mecánica industrial en el SENA, trabajó en una entidad bancaria y hasta en una petrolera en Venezuela.

Ahora, “quisiera ser promotor social para aprovechar mi experiencia y devolver lo recibido en Integración Social. Tengo mucho que aportar sobre la habitabilidad en calle y el consumo de sustancias psicoactivas. Quisiera tener un espacio para hablar sin tapujos y contar mi historia para que no se repita”.

La filosofía de Mauricio:

El Camino: “El sitio donde el afecto y la fraternidad brillan para que las personas retomen una vida digna”

El Bronx: “Un infierno donde cada quien sobrevive como puede”

Los Ángeles de la calle: “Unos héroes con vocación de servicio que recuperan vidas”

Servicios integrales para los ex y habitantes de calle

Más de 1.200 ciudadanos habitantes de calle permanecen en su etapa de aislamiento en los 13 centros de atención del Distrito, donde reciben servicios integrales para su recuperación personal, minimizando el consumo y la habitabilidad en calle.

También hay una estrategia móvil para llegar con elementos de aseo, agua, y alimentación a los ‘cambuches’ en donde los habitantes de calle adelantan su aislamiento preventivo.

“Estamos con todos los ‘ángeles’ en los centros de atención y en territorio. Así mismo, tenemos una estrategia móvil de autocuidado con acciones diarias en aseo personal y dotación de elementos de protección como tapabocas, gel y demás. Estas jornadas se han venido haciendo antes del asilamiento, solo que se refuerzan con los protocolos de seguridad para afrontar el coronavirus”, destaca Daniel Mora, subdirector para la Adultez de la Secretaría de Integración Social.

Más información sobre atención de habitantes de calle haciendo clic aquí 

Inicialmente estuvo en una olla en Villa Luz pero terminó en ese infierno conocido como ‘El Bronx’.

Allí Soler junto con 109 participantes (exhabitantes de calle) adelanta un proceso Con 60 este bogotano considera que nunca es tarde para salir de las calles, siempre y cuando haya voluntad.
 

 
 
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Medidas especiales de aislamiento en hogar de paso Bakatá

 

 
• Tras la identificación de nuevos casos positivos de Covid-19, la Secretaría Distrital de Integración Social implementa medidas epidemiológicas para afrontar la situación.

Bogotá, 29 de mayo de 2020. El más reciente reporte epidemiológico de la Secretaría de Salud ha señaladola existencia de casos positivos para Covid-19 en el Hogar de Paso Bakatá, un lugar de la Secretaría Distrital de Integración Social que atiende a población habitante de calle.

De acuerdo con el reporte, 11 contratistas de la entidad dieron positivo para COVID 19 y hoy están en sus casas aislados y con seguimiento riguroso encaso de presentar síntomas o enfermedad respiratoria aguda, para informar a las autoridades sanitarias.

Hasta este momento los casos reportados son asintomáticos y están en buenas condiciones físicas. Así mismo se han practicado pruebas a todos los contratistas y beneficiarios del centro y paulatinamente se estarán conociendo los resultados.

Hasta el momento, el parte reportado por el equipo epidemiológico es de tranquilidad y, bajo el acompañamiento permanente de la Sub Red Centro Oriente, las personas contagiadas estarán en cuidado especial hasta el próximo 12 de junio, de acuerdo con los protocolos correspondientes.

En video-conferencia con los funcionarios afectados, y que permanecen en aislamiento en sus hogares, la Secretaria de Integración Social, Xinia Navarro, manifestó su agradecimiento y exaltó la labor comprometida por la atención de quienes más lo necesitan, dando un parte de tranquilidad sobre la continuidad de los contratos de prestación de servicios y sobre el acompañamiento a todo el centro Bakatá en medio de esta emergencia.

“Ustedes son personas muy valientes que están enfrentando una situación difícil ante un virus que nos puede llegar a todos, y más en los servicios sociales. Quisiera que el contagio no se presentara, pero es algo que no es posible de evitar. Sin embargo, seguimos dando respuesta y mitigando al máximo la situación. Por ustedes vale la pena seguir trabajando. Les agradezco profundamente todo lo que hacen”, expresó Xinia Navarro, secretaria de Integración Social.

La Secretaría Distrital de Integración Social continúa con su compromiso por la atención de las poblaciones más vulnerables y cuenta con las medidas recomendadas por las autoridades de salud para atender las situaciones de contagio que se presenten ante la contingencia.
 

 
 
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Carlos Montaño, de niño en abandono a ángel de los habitantes de calle

 

 
• Pasó su infancia y adolescencia en el Instituto Distrital para la Protección de la Niñez y la Juventud, y ahora hace parte del equipo de ‘Ángeles de la calle’ de la Secretaría Distrital de Integración Social. 

Bogotá 29 de mayo de 2020. Egresado del Instituto Distrital Para La Protección De La Niñez y La Juventud, (IDIPRON), Carlos Montaño relata su historia con pasión y mucho orgullo, porque pasó de ser un niño en condición de abandono a ser un ángel para los habitantes de calle. Es un ejemplo a seguir.

A los 8 años llegó a IDIPRON, gracias al programa de trabajo en calle denominado ‘Operación amistad’ que orientaba el padre Javier de Nicoló, quien lo encontró en situación de calle dada la extrema pobreza de la familia.

“Estando allí aprendí variedad de cosas, ya que el padre basaba su pedagogía en los intereses individuales y ponía todo un abanico de posibilidades para que los jóvenes participantes como yo aprendieran un oficio”, dijo Montaño.

Se inclinó por el arte e ingresó al grupo de danzas, con el que representó al Instituto en muchas lugares del país. Su ciclo en Idiprón terminó en 2005, y al salir encontró una realidad con muchos obstáculos para laborar. Fue vendedor ambulante, monitor de rutas y auxiliar de cocina en un hotel.

Pero ninguno de estos trabajos lo llenaba. Quiso trabajar con las poblaciones vulnerables de Bogotá, y el mismo Instituto le dio la oportunidad como instructor de danzas y luego como facilitador social. "Esta experiencia cambió mi vida y me llevó a tomar la decisión de servir a los más vulnerables. Me parecía gratificante y sentía mi lugar era trabajar con los más necesitados", cuenta Montaño.

En el 2012 se presentó a una convocatoria de la Secretaría Distrital de Integración Social
Fue seleccionado y empezó a trabajar con la subdirección para Asuntos LGBTI.

“Trabajar allí me trajo un conocimiento y respeto profundo por las orientaciones sexuales y la diversidad. Esto me permitió entender las diferentes formas de amar y de pensar y la riqueza que tenemos como seres humanos cuando entendemos que no todos somos iguales”, cuenta Carlos. De hecho, ahora Carlos se reconoce como un hombre homosexual y ha encontrado en su entorno mucho respeto y aceptación.

Después de un tiempo en esa área, Carlos ingresó al proyecto de adultez de la Secretaría como un 'Ángel de la Calle', ese equipo que recorre las calles de la ciudad atendiendo las necesidades de los ciudadanos que no tienen un techo.

"Estoy muy feliz de hacer parte de este equipo. Llevar comida, saludar, escuchar y hacer acompañamientos a diferentes personas es una forma de cercanía, de decirle al ciudadano habitante de calle que es importante y que el Estado, por medio de nuestro trabajo, está presente sea cual sea la situación. Doy lo mejor de mí, la empatía siempre es mi consigna", cuenta Montaño.

Son cerca de 700 ‘ángeles’ los que visitan día y noche ‘cambuches y ‘parches’ para llevar ayuda y aliento y, reforzar las medidas de autocuidado en esta época de aislamiento preventivo en la que el cuidado es primordial.

Mientras tanto, otros 2.000 ciudadanos habitantes de calle permanecen en su etapa de aislamiento en los 13 centros de atención del Distrito, donde reciben servicios integrales para su recuperación personal, minimizando el consumo y la habitabilidad en calle. 
 

 
 
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Habitantes de calle merecen total consideración

 

 
Llamado de la secretaria de Integración Social, Xinia Navarro, para tener un trato sin discriminación con las personas que no tienen techo y deambulan por las calles, cuatro años después de la intervención en el Bronx.

Bogotá 28 de mayo de 2020. En 2016, exactamente hoy hace cuatro años, la ciudad conoció de la intervención realizada en el sector conocido como el Bronx, en donde se desarticuló una importante red de microtráfico pero a su vez quedó al descubierto y con mayor notoriedad, una situación que se vive en la capital: la de los habitantes de calle.

“Hace cuatro se hizo la intervención en el Bronx en la localidad de Los Mártires, la cual generó gran atención de la ciudadanía, con personas a favor y en contra, y con la que se develó la realidad social presente en todos los barrios de Bogotá como lo es la habitabilidad en calle”, expresó Xinia Navarro.

La Secretaría Distrital de Integración Social tiene un programa dirigido a esta población que está en la Subdirección de Adultez. “Es un programa basado en la sentencia de la Corte Constitucional que señala que a los habitantes de calle se les debe atender bajo el principio fundamental de la voluntariedad. Es decir, a los habitantes de calle no se les puede exigir ni obligar a que acudan a uno de nuestros servicios sino que los equipos territoriales, con aquellas personas conocidas como los ángeles, son las que van hasta esas alcantarillas y puentes para decirles a las personas que hay otra opción en la vida y que se puede salir del mundo de las drogas y que se puede tener un proyecto distinto sin importar la edad o lo que haya sucedido en la vida”, indicó la secretaria.

Xinia Navarro extendió una invitación a la ciudadanía para que a los ciudadanos habitantes de calle se les trate como ciudadanos, igual que al resto de la población: “no los debemos discriminar. Debemos, al contrario, determinar acciones de solidaridad que implican conexión con el Estado y que reporten a Integración Social cuando vean un habitante de calle en riesgo o que merezca alguna atención específica”, puntualizó.
 

 
 
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Siete años viviendo en la calle: una familia que a pesar de todo sigue unida

 

 
• Una mujer y sus dos hijos, ambos mayores de edad, viven del reciclaje y luchan por permanecer unidos y recuperar la posibilidad de una vivienda digna. 

• Aprovechan la estrategia móvil de la Secretaría de Integración Social y las jornadas de aseo personal y dotación de elementos de protección.

Bogotá 28 de mayo de 2020. Para Jaquelín Ortiz Rodríguez cada día de los últimos siete años ha sido una lucha por la supervivencia en las calles de Bogotá. Vive del reciclaje junto a sus hijos Antonio, de 24 años, y Paola, de 22, y para ellos no ha sido posible lograr una estabilidad económica que les permita volver a tener un techo.

Con rabia y melancolía, Paola recuerda las situaciones que han pasado desde el momento que un andén se volvió su hogar tras diferencias con los dueños del lugar donde vivían. “Primero falleció mi abuela. Luego, a mis 16 años, me llevó el Bienestar Familiar porque mi familia no me podía brindar las garantías en alimentación, salud y educación. Y para completar mi hermano estuvo en la cárcel dejando a mi mamá sola”, cuenta la joven, quien alcanzó a culminar el bachillerato y sueña con estudiar criminalística.

Ella estuvo 8 meses en el ICBF y su hermano 9 meses en prisión. Fueron tiempos difíciles que les hicieron anhelar la unión familiar en la que han permanecido desde entonces sin importar las circunstancias. Para ellos, eso es lo más importante y, a pesar de todo, agradecen a la vida porque juntos han superado todo los problemas.

En sus jornadas diarias alcanzan a sentir la discriminación de algunas personas que desprecian a los habitantes de calle. "Nos sentimos incómodos en la calle, no tenemos dónde cocinar, compramos alimentos preparados con lo que nos da el reciclaje o algunos vecinos. Para bañarnos íbamos a un centro de habitante de calle, pero ahora en época de Covid eso es más difícil por la cuarentena. Entonces debemos esperar a los 'Ángeles de la Calle' que ofrecen los servicios de autocuidado. Ahí es cuando sentimos que somos importantes para alguien", dice Paola, en el cambuche que armaron en un rincón de Fontibón.

Los 'Ángeles de la Calle' son miembros de un programa de la Secretaría de Integración Social que busca que los habitantes de calle vayan a los centros, inicien un proceso de recuperación de hábitos y rehagan sus vidas. Gabriel Rosero es uno de ellos y ha estado encargado del acompañamiento de esta familia.

"Hemos trabajado mucho con ellos porque realmente muestran interés por su cambio en el estilo de vida. Están cansados de la vida en calle”, manifiesta Rosero, quien también estuvo en la calle durante siete años y ha logrado una relación de camaradería con esta familia.

El equipo de la Subdirección para la Adultez de la Secretaría Distrital de Integración Social se encuentra trabajando para lograr la reubicación de esta familia en los centros que aplican según la edad: el Instituto Distrital para la Protección de la Niñez y la Juventud (Idipron) para Paola y Antonio, y uno de los centros de persona mayor para Jacquelín, para que puedan buscar alternativas que les permitan lograr una vivienda digna en donde puedan seguir como siempre: juntos.

Servicios integrales para los ex y habitantes de calle

Más de 1.200 ciudadanos habitantes de calle permanecen en su etapa de aislamiento en los 13 centros de atención del Distrito, donde reciben servicios integrales para su recuperación personal, minimizando el consumo y la habitabilidad en calle.

También hay una estrategia móvil para llegar con elementos de aseo, agua, y alimentación a los ‘cambuches’ en donde los habitantes de calle adelantan su aislamiento preventivo.

“Estamos con todos los ‘ángeles’ en los centros de atención y en territorio. Así mismo, tenemos una estrategia móvil de autocuidado con acciones diarias en aseo personal y dotación de elementos de protección como tapabocas, gel y demás. Estas jornadas se han venido haciendo antes del asilamiento, solo que se refuerzan con los protocolos de seguridad para afrontar el coronavirus”, destaca Daniel Mora, subdirector para la Adultez de la Secretaría de Integración Social.

Más información sobre atención de habitantes de calle haciendo clic aquí 
 

 
 
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110 exhabitantes de calle avanzan en la búsqueda de una segunda oportunidad

 

 
• 1.200 ciudadanos exhabitantes de calle permanecen en su etapa de aislamiento preventivo en centros de la Secretaría Distrital de Integración Social.
• La Secretaría cuenta con 13 unidades operativas para la atención de habitantes de calle en Bogotá.

Bogotá, 21 de mayo de 2020. Con 51 años de edad, Luis Eduardo Jaramillo ha transcurrido más de la mitad de su vida consumiendo drogas. Para él, como para los 110 ex habitantes de calle que están en proceso de recuperación en la comunidad de vida ‘El Camino’, “entrar a las drogas es fácil pero salir de ellas requiere mucho amor propio”.

Fernando Lara es otro de los participantes de esta familia. Deambuló sin rumbo fijo durante 7 años, y la drogadicción le arrebató su voluntad.

“Uno se ve acabado cuando toca la calle y no le encuentra motivación a nada. Pero cuando aparecen los ángeles de la Secretaría nos brindan una oportunidad para poder empezar de nuevo”, cuenta Lara.

En El Camino, los ciudadanos ex habitantes de calle que deciden seguir en proceso de recuperación rediseñan sus proyectos de vida y recobran sus redes familiares. Para eso deben superar otras etapas en centros como Bakatá o el Centro de Atención Transitoria, donde fortalecen sus hábitos de cuidado y estilos de vida saludables.
 

Luis Eduardo, Fernando y el resto de la comunidad participan en talleres de capacitación en los que aprenden oficios a través de convenios con el SENA y la Secretaría de Educación, que les permitan tener autonomía para alejarse definitivamente de las calles.

“En este servicio buscamos recuperar el concepto de convivencia en comunidad, y a través de las ferias de empleo y emprendimiento que realiza la Secretaría de Desarrollo Económico buscamos la posibilidad de que nuestros participantes accedan a un empleo digno”, cuenta Daniel Mora, subdirector de Adultez.

Para ese propósito la entidad también gestiona acercamientos con empresas privadas para establecer una vinculación de clúster laboral donde los perfiles de los ciudadanos ex habitantes de calle que ya hayan recuperado su conciencia y hábitos puedan vincularse laboralmente.

Los procesos de estadía en El Camino duran de 9 meses a 1 año y son guiados por 12 profesionales: 3 psicólogas, 3 pedagogos, 2 trabajadoras sociales, 1 educador físico, 1 psicoterapeuta y una terapeuta ocupacional.

A la fecha, más de 1.200 ciudadanos habitantes de calle permanecen en su etapa de aislamiento preventivo en los 13 centros de atención del Distrito por cuenta del COVID, donde reciben servicios integrales (salud y formación) que les permitan retomar el rumbo.
 

 
 
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Secretaria de Integración Social lideró jornada de atención para habitantes de calle en Avenida de las Américas

 

 
• 44 personas en 25 cambuches recibieron atención de autocuidado. Adicionalmente se atendieron mascotas y se realizó desinfección de carretas.
 
• 2.000 ciudadanos habitantes de calle permanecen en su etapa de aislamiento en los 13 centros de atención del Distrito.

• Funcionarios de la Personería de Bogotá junto a personal de las secretarías de Salud, Gobierno y Seguridad acompañaron la jornada.

Bogotá, 20 de mayo de 2020. Xinia Navarro, Secretaria de Integración Social, lideró en la mañana del miércoles 20 de mayo una nueva jornada de atención integral de habitantes de calle en el sector de la Avenida de las Américas con carrera 36, uno de los sitios de concentración de habitantes de calle identificados por la entidad.

Allí, la estrategia móvil conocida como los ‘Ángeles de la Calle’ realizó la oferta institucional de los servicios que tiene la entidad para los ciudadanos que habitan las calles y dispuso además espacio para el corte de cabello, baño, entrega de ropa y de alimentación a la población que se encuentra en ‘cambuches’.

“Hemos identificado en la zona a 44 personas, la mayoría dedicada al oficio del reciclaje quienes manifiestan no querer aislarse en los servicios que les ofrecemos en la secretaría”, dijo la Secretaria, Xinia Navarro, quien aprovechó para recordar a los ciudadanos habitantes de calle el compromiso de cuidarse frente al virus del covid 19.
 
 
 

“Asumimos el liderazgo del acompañamiento humanitario en la zona junto con las Secretarías de Seguridad, Gobierno, Salud, las alcaldías locales de Teusaquillo y Puente Aranda, la Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos (UAESP) y el Instituto Distrital de Protección Animal”, indicó la funcionaria.

La jornada de atención de este miércoles incluyó atención a animales de compañía y desinfección de las carretas. Todo, enfocado a sensibilizar a los ciudadanos habitantes de calle sobre la importancia de las medidas de prevención frente al Covid 19.

La Secretaría Distrital de Integración Social ofrece atención permanente a las personas habitantes de calle a través de su equipo de ‘ángeles de la calle’, trabajadores que diariamente realizan acompañamiento humanitario en la ciudad, buscando que las personas que han optado por vivir en las calles salgan de ellas y recuperen sus proyectos de vida, perdidos en muchos casos por el consumo de drogas.

A la fecha la Secretaría de Integración ha adelantado jornadas diurnas y nocturnas permanentes en las 19 localidades urbanas de la ciudad. Más de 2.000 ciudadanos habitantes de calle permanecen en su etapa de aislamiento en los 13 centros de atención del Distrito, donde reciben servicios integrales para su recuperación personal, minimizando el consumo y la habitabilidad en calle.
 

 
 
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El sueño de una ex habitante de calle para el día de las madres

 

 
• Testimonio de una exhabitante de calle que sintió el apoyo de los ‘Ángeles de la calle’ de la Secretaría Distrital de Integración Social y está en proceso de recuperación de hábitos en la Comunidad de Vida Hogar ‘El Camino’.
 
Bogotá, 09 de mayo de 2020. María Jazmín Castro Marín tiene 38 años. A los 15 decidió irse de su ciudad natal en Caldas hacia Manizales en compañía de una amiga de la familia que, con engaños, la fue sumergiendo en la prostitución, al punto de negociar su virginidad.

Con mucho esfuerzo, María Jazmín se liberó de las garras de la supuesta amiga y se instaló en Bogotá para empezar una nueva vida, pero contrajo una enfermedad que le impidió cumplir su meta y la hizo caer en depresión. No tenía ganas de vivir.

Con el tiempo estableció una relación sentimental de la que nacieron dos hijas, que ahora tienen 20 y 17 años y que son el motor que hoy la impulsan a cambiar su estilo de vida, porque la droga la alejó de ellas cuando la mayor tenía 8 años, y desde entonces estuvo perdiéndose esos momentos que no se repiten en la vida de los hijos.

Empezó a habitar calle en la Localidad de Chapinero y luego se fue a expender droga en el barrio Santa Fe. Y entre andanzas y recaídas estuvo 23 años en la calle hasta cuando conoció a los ‘Ángeles de calle’ de la Secretaría de Integración Social, quienes realizan recorridos por la ciudad convocando a los ciudadanos habitantes de calle a usar los servicios de la entidad y, en el caso de Jazmín, a hacer un proceso de recuperación de hábitos y vida en comunidad.
 

“En la calle yo era una mujer solitaria, mis hijas no sabían nada de mí. Y la calle, que es tan dura, tan fría…” Llegó a pensar en quitarse la vida porque no le encontraba sentido a nada. “Los ‘ángeles me encontraron tirada en un andén, y gracias a ellos estoy haciendo de nuevo un proyecto de vida. Me siento fortalecida, recuperé mi autoestima y mi salud ha mejorado”, cuenta Jazmín ya después de haber ganado peso y restablecido su situación nutricional.

Le agradece a esos ángeles su transformación, y los considera “personas muy valientes, con vocación, que llegan a uno alegremente y brindan confianza, carisma y empatía. Ellos arriesgan sus vidas por salvar otras”, dice convencida del valor del trabajo de estos servidores públicos.

Con el apoyo de la Secretaría, Jazmín busca finalizar su etapa de recuperación y terminar su proceso en la Comunidad de Vida Hogar ‘El Camino’, donde, junto a sus 110 compañeros, trabaja con voluntad para demostrarse a sí misma que puede volver a vivir dignamente.

En el programa de recuperación, los exhabitantes de calle están acompañados por un equipo interdisciplinario que se encarga de la atención psicosocial y de la inclusión socio laboral y habitacional de los usuarios.

El primer anhelo de Jazmin es ser cocinera para aprovechar lo aprendido en una experiencia laboral que tuvo en un restaurante italiano. Quiere hacerlo por su desarrollo profesional lejos de la calle y las drogas, pero también para alcanzar una estabilidad que le permita sentirse segura para lograr su anhelo final: encontrarse con sus hijas y compartir con ellas como lo que es, una madre y abuela.

“Soy abuela, y ese es motor para salir adelante. He soñado que vamos a integrarnos como una familia y que las voy a recuperar. He soñado que voy a vivir con mis hijas y mis nietos. Y quiero apoyarlos hasta el final porque, a pesar de todo, ellas todavía me dicen que también soy su motor”.

Llena de ilusión y de confianza en su proceso, a otras madres les aconseja “valorar a sus hijos porque los años pasan y el amor verdadero está en la familia”.
 

 
 
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