Secretaría Distrital de Integración Social

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Llamadas de un ‘Ángel Azul’ que, se hacen por el celular, pero llevan al cielo

 

 
Bogotá, julio 30 de 2019. ¿Qué sentirías si de repente recibes una llamada y te dicen que están cerca de un familiar que dejaste de ver hace años atrás, tal vez décadas, y que por cosas de la vida terminó habitando la calle o consumiendo drogas?

Ahora piensa cómo esa persona que te llamó, se convierte en la mensajera de un reencuentro que llevaba años esperando, de buenas noticias y que en esa llamada que muchas veces no supera el minuto, hace que los hogares, familias, padres, hermanos, hijos y demás vuelvan a soñar con estar juntos.

Esa es la historia de Sandra Flórez, un ‘Ángel Azul’ de la Secretaría de Integración Social, quien hace cuatro años y medio ejerce su carrera como trabajadora social, y se convierte en la mujer, quien hace posible que aquellos habitantes de calle que aceptan a diario los servicios de los hogares de paso, puedan volver a encontrar a sus seres queridos.

Llegó a ser ‘Ángel Azul’ luego de un paso en varias entidades que se encargan del trabajo con población vulnerable. Como ella mismo decía, llevaba años pidiéndole a su Dios que le diera un trabajo en donde más que ofrecer un servicio, pudiera hacer más por las personas, entre eso quería, que las familias se volvieran a unir. “Me siento una persona que sabe que el soporte para todo es la familia y si tú estás unido con ellos, todo puede ser posible”, resalta Sandra.
 

Hace mucho tiempo, Sandra hace una de las tareas más difíciles dentro de un proceso de recuperación personal para un ciudadano habitante de calle, y es el restablecimiento de redes de apoyo, en otras palabras, lograr el primer contacto con las familias luego de años de ausencia y de diferentes conflictos que originaron tal vez la decisión de tomar las calles y el consumo de drogas.

“Tener el teléfono en la mano y esperar del otro lado que me contesten no es fácil. Decirle a alguien que no conoces, que tienes cerca a unos de sus familiares al que tal vez dieron por muerto en algún momento y que ahora escuchas, que vive y más aún que habita la calle y consume drogas, eso es difícil para mí comunicar, cómo será para esas personas que reciben mi mensaje”, comenta Sandra quien no oculta ese sentimiento confuso que se genera en cada episodio.

Pero no es solo realizar llamadas. Sandra en compañía de sus compañeros psicólogos y trabajadores sociales de los hogares de paso, hacen un trabajo fuerte en cada habitante de calle que llega al servicio. Allí, no solo tienen la posibilidad de recibir servicios de autocuidado personal como duchas con espacios dignos, alimentación nutricional, dormitorios para un descanso cómodo, y lo más importante un acompañamiento profesional que motiva día a día para dejar las calles y el consumo. Adicionalmente, es el inicio de un proceso de recuperación personal que trae consigo la reconstrucción de lazos familiares.

“Recuerdo mi primera búsqueda familiar. Llevaba mucho tiempo tratando de ubicar a la familia del ciudadano habitante de calle que se llamaba Guillermo, no recuerdo el apellido. Sin tener resultados y con fallidas marcaciones telefónicas, decidí pedir información exacta del lugar donde vivió el ciudadano años anteriores. Tomamos rumbo en busca de la casa con tal fortuna que llegamos al sitio mencionado. Lo más sorprendente es que la familia nunca se había ido de ese lugar, incluso tuvieron la idea de salir del país pero la esperanza de volver a ver a su familiar, los motivó a quedarse allí en ese barrio esperando a que Guillermo algún día tocara de nuevo la puerta. Un sueño que ese día se hizo realidad, era como volver a nacer”, recuerda Sandra quien llora recordando cómo cada día son más las familias que encuentran a sus allegados.

“Aló, no él no está muerto, aquí está a mi lado, ¿se lo paso?"…

Hace apenas unos días atrás, Sandra recibió en el hogar de paso ‘Bakatá’ a un habitante de calle llamado Obed. Como es de costumbre se acercó a él para entablar un diálogo y conocer más sobre su proceso. En ese momento se enteró que hacía 33 años, él no sabía de su familia.

Allí empezó la misión, apenas un número fijo que después de una gran búsqueda resultó siendo efectivo en la ciudad de Medellín, lugar en donde encontró a los hermanos de Obed y a quienes logró convencer para que aceptaran venir a la ciudad de Bogotá y se reencontraran con él luego de décadas de no estar juntos.

“Ese día me contestó una de las hermanas de Obed. Me presenté, le dije que era un Ángel Azul de la Secretaría de Integración Social de la ciudad de Bogotá, y tenía a mi lado a Obed uno de sus hermanos. Un silencio que no superó los cuatro o cinco segundos pasaron, luego escuché un llanto, gritos y alegrías, eso sí que hace estremecer a cualquier persona, hasta me hizo llorar, yo que me la paso en esto a diario”, afirma Sandra.

También han existido llamadas en donde no todo es color de rosa. Un rechazo inicial, una palabra de no creer, o tal vez un no quiero saber más de esa persona puede escucharse, pero se trabaja en minimizar ese daño personal y que a través de esos reencuentros las familias puedan volver a empezar.

Es claro que una de las mayores situaciones que generan el consumo de drogas o la habitabilidad en calle son los problemas familiares y para ello el trabajo profesional de Sandra y los cientos de ángeles azules en calle y centros de atención al momento de generar estos reencuentros familiares, se debe asumir con responsabilidad, confianza y respeto.

De ahí que un proceso de recuperación personal se pueda llevar a buen éxito en donde el ciudadano exhabitante de calle no solo retome sus hábitos personales, sus obligaciones y deberes sino adicionalmente pueda tener cerca a su familia; la medicina más fuerte y el remedio más efectivo para muchos problemas.

Sandra Flórez continúa todos los días con la misión de buscar y unir familias. La cuenta ya pasó por 50 y sigue cada día más y más motivada. Llora en cada encuentro, ya que no dejará nunca de sentir esa espinita del deber cumplido. Actualmente avanza en el desarrollo de una Maestría para su crecimiento profesional y espera cada día seguir compartiendo sus conocimientos con los habitantes de calle, quienes a diario acuden a los hogares de paso del Distrito. 

 
 
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Obed salió del canal ‘Los Comuneros’ a los brazos de sus hermanas: reencuentro tras 38 años de infierno

 

 
Bogotá, julio 22 de 2019. Desorientado aún por los trajines del operativo Obed solo atinó a mirar al Ángel Azul a los ojos. No entendía sus preguntas. No entendía siquiera que hacía en el lugar, con otros habitantes de calle como él.

“¿Don Obed, ¿tiene familia?,¿recuerda dónde contactarlos?”. Muy adentro de sus memorias y a pesar de tener dificultades para recordar datos, Obed se transportó por allá al año 81, cuando salió corriendo de Medellín, con una mochila con apenas un par de prendas y su cabeza llena de confusión y trajo consigo el número de una de sus hermanas.

“2676484”, respondió con algo de duda. Minutos después Gloria, una de sus 13 hermanos, le contestó al Ángel Azul. Habían pasado tres décadas para escuchar de nuevo su voz.

“Llegué acá a Bakatá el jueves, que hicieron el operativo en Los Comuneros, a las 2 de la mañana. Por la mañana me llamó la señorita Sandra Flórez a conversar, y me dijo que si me podía comunicar con alguien, que si sabía algún número. Entonces yo me acordé del número de la casa de mi hermana, quien quedó como mayor cuando mi mamá murió y yo me comuniqué y ella me la pasó y para mí fue una alegría y a la vez una enorme tristeza. Ella me preguntó qué quién era yo, y le dije que Obed, y me dijo que cómo así y se puso a llorar y seguimos charlando y yo al final no fui capaz y le pasé a la doctora. Sentía una alegría y al mismo tiempo se me quería partir el corazón, de pensar todo el tiempo que estuve sin ellos por la droga”, asegura Obed, minutos antes de ver, de frente y sin barreras, a sus hermanas.
 
 

Han pasado 10 días desde que Obed decidió salir del canal Los Comuneros, del infierno, de la droga, y está a poco de encontrarse con su nuevo destino: su familia.

Gloria, su hermana, tras escucharlo por teléfono decidió venirse, desde Medellín, con Luz Mila, otra de las hermanas de Obed y quien lo daba por muerto.

Ellas, no sabían nada de él desde que había escapado de Medellín pocos días después de que falleció su mamá. Eso, según él, lo llevó a las calles, al vicio, a vivir una vida de ultratumba.

“Después de que mi mamá se murió había mucho disgusto en el hogar y empecé con las drogas y como en Medellín no se podía fumar porque mataban al que estuviera metiendo droga o durmiendo en la calle, me fui para Barranquilla. De ahí salí para Ciénaga (Magdalena), de donde escapé corriendo porque un día un caimán casi me traga por meterme a soplar a un barco abandonado. Llegué a la ‘Calle del Cartucho’ y empecé a exagerar con el vicio. No comía, dormía en las calles y aunque empecé un proceso, cuando me faltaba poco en un permiso no volví y me fui para el Bronx donde trabajé en una chatarrería hasta que me robé una plata”, recuerda Obed, quien pasa rápidamente del llanto a la risa. Los nervios lo invaden y cada vez que suelta una carcajada, recuerda que no tiene dientes, no por vicio, sino por una paliza

“Estaba en la carrilera, ahí en el barrio Santa Fe. Allá también era una olla de vicio y seguí metiendo vicio y durmiendo en la calle. Una noche llegaron como ocho ‘gomelos’ y empezaron a patearme y a golpearme con puños y palos. No entendía nada y cuando intenté buscar ayuda, no había nadie y veía era volar mis dientes por el aire. Me patearon como 20 minutos y cuando terminaron, en vez de irme al hospital me fui para donde uno de los vecinos y le dije que me había pasado eso, porque iban a robarse el contador del agua y yo no lo había permitido. Me dio plata y con eso seguí drogándome”, dice Obed, quien cuando escapó de Barranquilla, se metió 52 ‘pencas’ de bazuco, como las llamaban allá y sintió que nunca iba a terminar de recorrer el Puente Pumarejo. Casi se bota del susto.

A pocas horas de un nuevo comienzo

El avión aterrizó. Más angustiadas que Obed, quizás, se bajan Gloria y Luz Mila, hermanas de Obed, y Jackeline, una de sus sobrinas. Soportan el sol picante de Bogotá con la ilusión y la única esperanza de ver a su hermano. Quedan apenas minutos para una cita que postergó el destino y las malas decisiones.

Al llegar a Bakatá no pueden disimular su emoción. Suben las escaleras rápido, como si acelerando el paso fueran a borrar tantos años de sufrimiento y angustia. Angustia de no saber qué había pasado con su hermano. Sufrimiento de no poder contarle las cosas que las han agobiado por décadas.

Segundos después de ingresar al salón, donde Obed espera sentado, se escucha un fuerte grito de alegría. Obed reconoce a Gloria y se bota a sus brazos. Los de Luz Mila los rodean a los dos y las lágrimas no cesan. Es un momento sublime para los tres. Una familia, una esperanza, un amor inquebrantable se manifiestan. Obed está de nuevo con los suyos.

“Un milagro, es un milagro de Dios”, repiten Gloria y Luz Mila mientras lo consienten como a un niño. Esas caricias llevaban años esperando.

“Lo veo divino, divino. Nunca pensé imaginármelo de esta manera. Me lo imaginaba como estaba: perdido. Pero así de esta manera, mejorcito. Cuando me llamaron pensé que era un robo o algo así, pero cuando lo escuché no podía moverme de donde estaba, se me movió el mundo y más que me habían intentado cambiar el número de teléfono hace un mes y yo no sé por qué, les dije que no, que en ese número era donde me conocía la gente”, asegura Gloria, mientras le aprieta las manos. Pareciera que no lo quisiera soltar nunca más. Teme perderlo de nuevo.

“Lo veo muy cambiado, pero con las mismas facciones. Él era un niño muy lindo, muy organizado, muy puestecito como hombre. Al menos no lo vi como un gamín, nunca lo ví por ahí deambulando. Ahora solo quiero que esté bien”, dice Luz Mila. Es un poco más fuerte aparentemente. Su escudo engaña, al segundo, sucumbe antes las lágrimas.

Obed no sale del asombro. Llora y ríe al tiempo. Es como si una avalancha de emociones lo abordara sin tiempo de respuesta. Sin embargo, concluye siempre, en cada una de sus palabras, que todo se trató de Dios y su milagro.

“Hace como un mes llegó un ‘man’ todo cachaco y me llevó a una fundación a Patio Bonito. Allá se oraba dos veces al día y había una cadena de oración de 10 de la noche a las 4 de la mañana y mi oración era siempre pidiéndole y llorándole a Dios para que yo me reencontrase con mi familia, que me comunicara con ellos. Esa era la oración imagínese. Y como que mi Diosito me sacó un día para que me despidiera del diablo, porque yo salí de esa fundación y me fui para Comuneros y no alcancé a fumar mucho cuando yo me vi rodeado de gente y eran los Ángeles Azules y me parecía una película. A lo último salí y vi que ya no había sino una última camioneta y salí y me vine para acá, y me llegué a bañar a las 2 de la mañana y me acosté y ya cuando al otro empezó todo este sueño que no termina”, sentencia Obed, quien espera que su historia le sirva de ejemplo a otros como él, para que no solo se den una oportunidad con la vida, sino con sus familias.

El principio del fin no será fácil. Debe afrontar cerca de 9 meses un proceso de recuperación para regresar con su familia. Gloria, Luz Mila y Jackeline, regresarán esta misma noche. No les importó verlo tan solo unas horas. Ese tiempo les devolvió años de desasosiego y les dio una nueva esperanza. ¡Vamos Obed, sí se puede! 

 
 
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“Vívia en conjunto ‘El Cañito’, bloque 8, apto 302, hasta que llegó el demonio”

 

 
Bogotá, julio 18 de 2019. Aún tiene el cabello mojado y pareciera que con cada gota que cae de su cabeza, cayeran también los últimos vestigios de una vida en las calles.

Asegura ser el fundador de ‘El Cañito’, como llama al sector de ‘cambuches’ que había en el canal ‘Los Comuneros’, camuflados entre las paredes de los puentes, y en los cuales vivían unos pocos, según su relato.

Ayer, en medio del operativo que le devolvió la oportunidad de vivir a 175 personas, quienes fueron rescatados del caño, se subió a un bus con la plena intención de cambiar sus hábitos y sus días. Ya logró ‘coronar’ uno. Le quedan miles.

“Pero tenaz, no me cogió en el ‘conjunto’ me cogió mercando en la calle, por allá en la 30 haciendo compras. Decidí venirme al centro, me trajeron y chéveres”, dice Carlos Arturo Ayala Sánchez, de 38 años, y quien pasó siete de ellos en el canal ‘Los Comuneros’, el mismo tiempo que lleva ‘soplando’, en las calles.

Llegó al frío y áspero asfalto por malos amigos, por ‘bruto’, como él mismo asegura, y por una mujer que le causó una herida, que aún hoy, lo carcome lentamente.

“Llevo 7 años soplando, en el canal. El demonio es tenaz. ¿Amigos? Amigo el ratón del queso. No falta la bruta que lo daña a uno y uno piensa que ese bazuco le va ayudar a uno y no, es peor, lo vuelve a uno mier…”. Sus palabras, lentas pero bien pronunciadas, salen como si previamente hubieran pasado por un clasificador. Habla con cuidado, en ocasiones, no quiere que lo escuchen sus ‘parceros’.

Pasó su primera noche en el Centro de Atención Transitoria ‘35’. No fue fácil. Llevaba años durmiendo pegado al cemento de una pared y escuchando en las calles, ahí en el caño, gritos de compañeros suyos, quienes sufrían a manos de ‘sayas’, los mismos que pretendían formar un nuevo ‘Bronx’, en el lugar.

“Oiga soy la misma persona pero sentí cambio extremo porque me quité malas energías. Me quité de todo, me siento nuevo, quiero quedarme es aquí, intentarlo porque sí se puede. Cuando ‘El Bronx’, vivía en mi conjunto –refiriéndose al canal-, yo fui uno de los fundadores, nadie molestaba. Incluso la gente de los barrios le daba a uno cositas. Se dañó cuando llegó el ‘parche’ nuevo, dañaron todo, estamos pagando justos por pecadores, hasta los conocidos me decían: ‘sálgase de ese caño, usted no merece estar ahí’, y sí, porque la gente me quería, me hice coger la buena, comidita, ropita, me daban la liguita, me ayudaban el reciclaje”, dice Carlos, quien recuerda que en años anteriores la ‘cosa era a otro precio’.

No se va a rendir. Aunque es el segundo proceso que inicia, ya estuvo en ‘El Oasis’, 37 días, piensa que esta vez sí lo va a lograr. “Esta vez voy por los 60, 90, o los días que me cueste recuperarme”, grita mientras sostiene un cepillo de dientes en sus manos. Parece tonto, pero su primer paso, es aprender de nuevo a lavarse la boca. Queda mucho camino, pero poco para un alma con voluntad.

 
 
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Alcaldía Peñalosa, Policía y Personería se toman integralmente el Canal Los Comuneros y garantizan vigilancia en la zona

 

 
• Más de 600 funcionarios entre Alcaldía de Bogotá y Policía Metropolitana, participaron en el operativo.
• 175 habitantes de calle aceptaron la oferta social de la Alcaldía Peñalosa.
• Las autoridades lograron la incautación de cerca de 200 armas cortopunzantes y varias dosis de bazuco.
• 45 ‘Ángeles Azules’ ofrecieron los servicios a los habitantes de calle en el Canal Comuneros.
 
Bogotá, D.C julio 17 de 2019 (@Bogota). Ante la petición de la comunidad que habita en los barrios aledaños a la Avenida Sexta, y por indicación del alcalde Enrique Peñalosa, la Alcaldía de Bogotá, en coordinación con la Policía Metropolitana, intervino integralmente el Canal de Los Comuneros en el centro de la ciudad, que estaba siendo ocupado por población habitante de calle, desde la carrera 24 hasta la Avenida NQS.

“Este trabajo coordinado entre varias entidades de la Alcaldía de Bogotá y la Policía Metropolitana, permitió salvar vidas de habitantes de calle que arriesgaban su integridad habitando en este lugar y, además, generar espacios más seguros para la ciudadanía de los barrios aledaños, quienes nos estaban pidiendo recuperar este lugar ante los hechos de inseguridad que se han venido presentando últimamente”, explicó el secretario de Seguridad, Convivencia y Justicia, Jairo García.

En la intervención, la Alcaldía de Bogotá logró que 175 habitantes de calle aceptaran la oferta social dispuesta por la Secretaría Social e Idiprón, entre ellos, 17 jóvenes, 29 mujeres, 128 hombres adultos y una persona LGTBI.
 
 
 
 
 

“Desde la semana pasada, los Ángeles Azules han estado interviniendo el Canal Comuneros, visitándolo, sirviendo a la comunidad y ofreciendo la oferta social del Distrito a todos los habitantes de calle. Garantizaremos nuestra presencia en los barrios y en los parques aledaños al Canal de Los Comuneros y seguiremos atendiendo a los habitantes de calle con profesionales que están dispuestos a servirles y apoyarles en el proceso de rehabilitación y reintegración a la vida social”, expresó Gladys Sanmiguel Bejarano, secretaria de Integración Social.

El operativo contó con el acompañamiento de la Personería de Bogotá y entidades como Aguas de Bogotá y la Uaesp, quienes hicieron un trabajo de recuperación del espacio público e invitaron a la población habitante de calle a abandonar el lugar, debido al peligro que corren al permanecer en cambuches, sobre todo en épocas de lluvia que generan la creciente del canal.

Durante varias horas de intervención, las autoridades incautaron en el lugar cerca de 200 armas cortopunzantes y varias dosis de droga.

Intervenciones en el Canal durante 2019

Esta intervención se suma a los 25 operativos realizados durante el año 2019 en el Canal Comuneros, en el que las autoridades lograron que 60 habitantes de calle aceptaran la oferta institucional de la Alcaldía de Bogotá. En materia de seguridad, la Policía capturó en el primer semestre del año a 13 personas por porte ilegal de estupefacientes y armas, se incautaron 2.800 dosis de bazuco y 529 armas cortopunzantes, mientras que las entidades distritales lograron recolectar seis toneladas de basura.

En este mismo lapso, la Administración del alcalde Enrique Peñalosa sostuvo reuniones con la comunidad del sector a través de tres Juntas Locales en los barrios Santa Isabel y Ricaurte, donde la ciudadanía expresó su preocupación por hechos de inseguridad en los entornos al Canal y pidió una intervención más profunda en el lugar.

Luego de este operativo, la Alcaldía de Bogotá y la Policía continuarán con la presencia institucional en el Canal Los Comuneros, a través trabajos de prevención y control al delito.

De igual manera, las 24 horas del día, los 7 días de la semana, el equipo de 700 ‘Ángeles Azules’ de la Secretaría de Integración Social, adelantan la búsqueda y oferta de servicios a habitantes de calle en los 15 centros de atención integral.

En lo corrido del año 2019, 7.169 habitantes de calle han sido atendidos en calle y en los centros de atención de la Secretaría Social. En la presente Administración, 2.323 habitantes de calle han desarrollado procesos para mejorar su vida, de ellos 618 culminaron con éxito logrando alejarse de las calles.

 
 
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Se refuerzan acciones sociales con habitantes de calle en ‘Canal Comuneros’

 

 
• Seis hogares de paso estarán disponibles con atención integral inmediata para los habitantes de calle.
• 700 ‘Ángeles Azules’ conforman el equipo de contacto activo, educación en calle, atención en los centros y localidades.

• 15 centros de atención en la ciudad para la población habitante de calle que acepte salir de su condición.

Bogotá, 16 de julio de 2019. Desde la reciente intervención en el ‘Canal Comuneros’ el pasado viernes, continúan las acciones diarias con los ‘Ángeles Azules’ en calle y centros de atención. Esta semana ya van 13 ciudadanos habitantes de calle que han aceptado la oferta institucional, y se suman a los 36 que voluntariamente decidieron ser trasladados a los hogares de paso de la Secretaría de Integración Social, la semana pasada.

Las acciones en calle continúan alrededor del ‘Canal Comuneros’ con un equipo diario de ‘Ángeles Azules’, quienes invitan a los habitantes de calle que pernoctan en el sector a los hogares de paso como ‘Cr 35’, ‘Bakatá’, ‘Cr 35’, ‘Calle 18’, ‘Mujeres Diversas’ y ‘Carreteros con animales de compañía’ todos ellos ubicados en las localidades de Puente Aranda, Los Mártires, Santa Fe y Candelaria.

“Estamos muy atentos a todo lo que pasa en el sector del ‘Canal Comuneros’. Sabemos que la ciudadanía está preocupada, pero lo más importante es contarles que tenemos a nuestros ‘Ángeles Azules’ en la zona ofreciendo nuestros servicios y trabajando de manera articulada con otras entidades del Distrito con todas sus rutas de atención para la población habitante de calle que permanecen en el lugar”, resaltó la secretaria de integración social, Gladys Sanmiguel Bejarano.
 
 

El día de hoy un equipo de ‘Ángeles Azules’, estuvieron presentes en la zona del parque ‘Veraguas’ con su campaña ‘Ayudemos de Verdad’, una estrategia que busca de manera puntual, conocer los centros de atención como son los hogares de paso al servicio de los habitantes de calle, sus lugares de ubicación y el traslado al servicio para los habitantes de calle, quienes así lo decidan para que estén alejados del consumo y la calle, recibiendo acompañamiento para la restitución de sus derechos y la dignificación a través de la recuperación de hábitos de aseo personal, alimentación, dormitorios y el inicio de procesos personales en compañía de sus familias.

A través de la estrategia de ‘Educación en Calle’, los ‘Ángeles Azules’, adelantan atención a ciudadanos y ciudadanas habitantes de calle, quienes no asisten a los hogares, pero que se garantizan sus Derechos a través de la activación de rutas de atención. Así mismo, se adelantan acciones pedagógicas y diálogos comunitarios que invitan a la ciudadanía a entender más sobre el fenómeno de habitabilidad en calle, los servicios que el Distrito ofrece a esta población y las diferentes campañas en donde se invita a ser un ‘Buen Vecino’, minimizando los factores de permanencia como dar limosna o regalar alimentos, ya que estas acciones en muchos casos, originan que el fenómeno tenga mayor presencia en la ciudad y el dinero que se entrega termine en un gran porcentaje en los lugares de expendio de drogas.

Por otra parte y gracias al apoyo de organizaciones privadas, el pasado sábado se adelantó en el sector de la plazoleta del barrio ‘San Bernardo’ una jornada de desarrollo personal dirigida a más de 350 habitantes de calle quienes acudieron al llamado del Distrito y recibieron servicios de autocuidado personal con baños y duchas móviles, acompañamiento en salud, peluquería, atención a mascotas de compañía como perros y gatos, así como entrega de alimentos y algunos servicios adicionales por parte de las organizaciones privadas.

De igual manera, las 24 horas del día, los 7 días de la semana, el equipo de ‘Ángeles Azules’ adelanta búsqueda y oferta de servicios a los habitantes de calle en diferentes sectores en donde esta población es más evidente. Esto ligado a la presencia del comercio, reciclaje y lugares de consumo de sustancias psicoactivas.

En lo corrido del año 2019, 7.169 habitantes de calle han sido atendidos en calle y en los centros de atención de la SDIS. En la presente administración, 2.323 habitantes de calle han desarrollado procesos para mejorar su vida, de ellos 618 culminaron con éxito logrando alejarse de las calles.

Entre enero y junio de 2019, a través de la implementación de la estrategia de prevención del fenómeno de habitabilidad en calle en la diferentes localidades del distrito, 7.620 personas participaron en los talleres de ampliación de capacidades para la prevención en los que se abordaron temas como: el Fenómeno de habitabilidad en calle, consumo de sustancias psicoactivas y violencia intrafamiliar. 

 
 
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Danzas tradicionales que contagian de alegría a cientos de habitantes de calle

 

 
Bogotá, 2 de julio 2019. Marisol Ariza Morales es una bailarina ‘Ángel Azul’ que pone a gozar con cumbia, bambuco, reggae y otros ritmos musicales a muchos habitantes y exhabitantes de calle, quienes buscan un cambio para sus vidas a través de los servicios recibidos en los centros de atención de la Secretaría Distrital de Integración Social.

Nacida en las hermosas tierras llaneras, su niñez la vivió en Flandes (Tolima), un lugar en donde la música y el folclor tradicional de esta región, corren por las venas de sus pobladores. Sus años escolares estuvieron acompañados por la música y algunas presentaciones en las tradicionales ‘izadas’ de bandera en donde hacía gala al ritmo de las danzas típicas de nuestra Colombia ¡Tierra querida! Ese fue el punto de partida de una carrera que durante mucho tiempo Marisol vive y goza con vocación.

A la edad de 10 años, y de la mano de su madre a quien adora con toda el alma, empezó a dar sus primeros ‘pinitos’ en la danza y el baile, formando parte de la agrupación ‘Sangre Latina’ muy conocida en Flandes. También hizo parte de ‘Colombia Vive’ un grupo de danzas en donde apenas con 16 años de edad, dio inicio a cientos de giras nacionales, presentándose en diferentes show, tarimas y festivales.
 
 

Marisol compartía las rutinas de sus ensayos con los estudios en ‘Pedagogía Infantil’, profesión que años después, y gracias a su experiencia en el arte de las danzas, la llevó a vincularse laboralmente en el mismo colegio donde realizó su bachillerato. Allí sus conocimientos en danzas los compartía en cada clase con los niños, niñas y jóvenes de los grados de primaria y bachillerato.

“La idea de estar en un escenario y los nervios que se viven en una tarima, es lo que más me impulsa a bailar. Contar en la mente cada tiempo para darle seguimiento a la coreografía, sonreír, escuchar la música de fondo, sumado a los aplausos, arengas y silbidos que te pueden ofrecer en un escenario con más de 15.000 personas en donde nos presentábamos con frecuencia, es lo que más me hace vibrar en la vida”, menciona Marisol, recordando las tantas presentaciones en las que ha participado.

Y no es para menos, si mencionamos algunas de ellas como la vinculación a los ‘Festivales Folclóricos Colombianos’ en la ciudad de Ibagué. Presentaciones en grandes tarimas en Valledupar, Cajicá y Bogotá, así como coreografías en las más importantes fiestas del país como el ‘Reinado Nacional del Turismo’ y el ‘Reinado Nacional del San Pedro’.


“Recuerdo una vez, cuando me asignaron el liderazgo en una de nuestras presentaciones, íbamos con un cuadro de danza tolimense que incluía ritmos como ‘Caña’, ‘Rajaleñas’ y el ritmo bambuco fiestero que es la tradicional canción de ‘San Pedro en el Espinal’. Ese día yo tenía la gran responsabilidad con mi equipo de danzas de brindar una gran presentación a todos los visitantes y turistas que asistían al ‘Reinado Tradicional del San Pedro’, ese es uno de los más grandes para mi vida profesional”, recuerda Marisol.

1, 2, 3, 4 y repite

Hace cinco años, Marisol llegó a Bogotá buscando nuevas oportunidades para su carrera artística. Se vinculó a la Secretaría Distrital de Integración Social en el grupo artístico del Centro de Desarrollo de Capacidades, convirtiéndose en la bailarina ‘Ángel Azul’ que motiva a cientos y cientos de habitantes y exhabitantes de calle a danzar en esos nuevos caminos de alegría, lejos de las drogas y las calles.

Marisol, tiene una rutina diaria de enseñanzas y aprendizajes en talleres de danzas que desarrolla todos los días con los beneficiarios de los hogares de paso y comunidades vida. Sus clases inician con acciones de reconocimiento al cuerpo, luego de un largo paso por las calles y el consumo de drogas, el cuerpo humano es uno de los más afectados en todas esas situaciones vividas en la calle por ello es vital empezar a generar de nuevo amor, confianza y respeto a sí mismo.

“1,2,3,4 y 1,2,3,4 y repite. Así vamos marcando cada paso en las coreografías ensayadas. La concentración y dedicación a cada movimiento es muy importante, y para los participantes en el baile llevar a cabo esas nuevas responsabilidades y tareas, los apropian más a seguir no sólo como compromiso en la puesta en escena de cada baile, sino afianzar sus procesos de recuperación personal. Muchos de las personas, exhabitantes de calle, quienes se vinculan a las coreografías, alguna vez en sus vidas, fueron bailarines, artistas y coreógrafos, ellos también aportan todo su conocimiento y experiencia en los ajustes a la hora de crear pasos y bailes”, menciona Marisol.

La bailarina ‘Ángel Azul’, ama la danza folclórica y la lleva en su sangre. Todos los días, disfruta de sus bailes y escucha ritmos nuevos internacionales para los cuales les dedica mucho tiempo para estudiarlos y compartirlos con sus estudiantes exhabitantes y habitantes de calle. Actualmente se prepara con sus compañeros de la Compañía ‘Kaluá’ para participar en Argentina en los festivales de danzas que se celebran en ese país.

Actualmente acaba de finalizar el ‘Tercer enucentro Intercentros de Danzas’ para habitantes y exhabitantes de calle de los centros de atención en donde más de 200 personas disfrutaron de bailes y ritmos muy conocidos en el país.

 
 
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Gran ‘Ropatón’ para ayudar a ex y habitantes de calle

 

 
Bogotá, junio 27 de 2019. Llega a la Secretaría Distrital de Integración Social la ‘Ropatón’ y hoy te vamos a contar cómo desde tu hogar, también puedes ayudar.

Paso 1:

Verifica en tu vivienda, si tienes ropa usada en buen estado para hombre y mujer que ya no utilices, y deseas donarla a los ciudadanos y ciudadanas habitantes y exhabitantes de calle vinculados a los servicios en los centros de atención de la entidad.

Paso 2:

Alista las prendas que donarás, teniendo en cuenta que sean tallas para personas mayores de 25 años. Puedes identificar en tu revisión: sacos, pantalones, faldas, vestidos, blusas, camisas, camisetas, chaquetas, zapatos, correas, accesorios para mujer, bolsos, bufandas, ‘jatas’, sombreros, etc.

Paso 3:

Tráelas y deposítalas en las cajas que encontrarás en el Nivel Central y Subdirecciones Locales identificadas con el afiche de la campaña ‘Ropatón’ o acércate a la Subdirección Para la Adultez, ubicada en el piso 14 del Edificio de ‘San Martín’. Allí estarán listos para recibir directamente tus donaciones.

Los elementos recolectados, se entregarán a los más de 1.200 habitantes de calle, quienes acuden a diario y adelantan la recuperación de sus hábitos de autocuidado, alimentación y sueño en los seis hogares de paso como ‘Bakatá’, ‘Cr 35’, ‘Calle 18’, ‘Cr 13’,’Carreteros y animales de compañía’ y ‘Mujeres Diversas’.

Así como los 800 exhabitantes de calle, quienes de manera institucionalizada continúan con sus proceso de recuperación personal en las comunidades de vida el ‘Camino’, ‘Ricaurte’, ‘Sasaima’, el ‘Centro de Atención Transitorio’ y el centro de ‘Alta Dependencia Funcional’.

Todos podemos ayudar de verdad, ¡solo faltas tú! 

 
 
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‘Circo Semilla’, la carpa de ilusiones y sonrisas para los habitantes de calle

 

 
Bogotá, 19 de junio de 2019. Wendy Yurani Luna nunca imaginó que gracias a sus dones y cualidades personales, la iban a llevar tiempo después, a maquillar rostros y contagiar de alegrías, sueños e ilusiones a cientos y cientos de habitantes de calle, a quienes ella logra cautivar a través del arte ‘Circense’.

Hace siete años por cosas de la vida, según Wendy, y luego de dejar sus estudios en una carrera profesional que no culminó, el destino la llevó a conocer la Carpa de ‘Circo Ciudad’. La magia, los colores, la fantasía, los payasos, los mimos y la oportunidad de robarle una sonrisa a la vida, la contagiaron de esa energía y la impulsaron de nuevo a formarse profesionalmente, esta vez con algo totalmente nuevo para su vida, pero que sería el inicio de una gran función para su crecimiento y el beneficio de muchas personas.
 

“Aunque el circo nació hace muchos años en nuestros barrios y calles en donde muy pocos teníamos la fortuna de asistir a una de esas funciones, con el tiempo la gente ha dejado de visitarlos. Creo que es un maravilloso lugar en donde nunca dejaremos de ser niños de nuevo así sea por unas cuantas horas. Allí la magia, las risas, los clásicos trucos con sombreros, varitas y un buen show de payasos, nos hacían viajar a un mundo lejos de tensas situaciones como las que se viven en la actual sociedad”, resalta Wendy quien no deja por un segundo de mostrar esa alegría y pasión que le causa hablar del arte ‘circense’.

Las funciones y presentaciones entre teatro y música a Wendy Yurani le iban abriendo puertas en diferentes lugares, hasta que finalmente, el camino la llevó a hacer parte del Centro de Desarrollo de Capacidades, de la Secretaría Distrital de Integración Social; un hogar en donde los exhabitantes de calle en procesos de recuperación tienen un espacio para la formación personal en artes y oficios, siendo estas herramientas básicas para una inclusión social.

Como todo superhéroe, se necesitaba de un coequipero para lograr más que una sencilla clase de arte. Y por ello, en aquel centro de atención conoció a Daniel Torres, un colega ’circense’ con la magia y energía que se requiere para hacer cosas positivas.

Daniel Torres tiene más de 10 años de experiencia en este arte. Se ha vinculado a diferentes convenciones y festivales callejeros en espacios convencionales y no convencionales. Ha participado de varios encuentros en diferentes países, así como la vinculación a proyectos de circos como: ‘Circo Ciudad’ y la carpa del circo del ‘Muro de Espuma’. Esta experiencia y una buena combinación de ideas, lograron que naciera el ‘Circo Semilla’, un proyecto en donde los exhabitantes de calle en proceso de recuperación se interiorizan con el arte ‘circense’.

Payasos que le sonríen de nuevo a la vida

El ‘Circo Semilla’ cuenta con más de 50 actores, exhabitantes y habitantes de calle vinculados a los servicios, quienes se caracterizan como payasos o mimos, también practican acrobacias, malabares, teatro y equilibrio en la tradicional cuerda floja y el monociclo. El ‘Circo Semilla’ tiene un show de treinta minutos llenos de magia y fantasías que incluye la presentación de los tradicionales payasos y algunas acrobacias básicas. La puesta en escena siempre cuenta diferentes historias a través de varios personajes y en donde el humor y la imaginación no tienen fronteras.

Una hora de ensayo en el ‘Circo Semilla’ requiere de mucho esfuerzo y dedicación. Luego del calentamiento básico, se inicia con un trabajo de maquillaje en donde la técnica debe ser la más apropiada de acuerdo al show que se desea presentar. No siempre el maquillaje de payaso va incluido en una obra y para eso tener varias opciones pueden tener un contexto diferente en los espectadores. Una lágrima en los ojos, una línea gruesa o delgada en las cejas o incluso un buen color rojo en los labios, identifica a cada personaje en la función y le da sentido a la misma.

Luego de la preparación física, viene un repaso al guión y la puesta en escena establecida. Se repasan las líneas de obras ya avanzadas como: ‘El Payaso TV’ un programa animado dirigido por payasos en donde las noticias cotidianas se transforman cómicamente y hacen parte del show. También está ‘El Payatón’, una puesta en escena que habla del conflicto armado pero a través de lo cómico y del circo cuenta otra cara de la realidad.

“El payaso, no es un personaje tradicional, es un ser al que se le permite todo, no solo estar feliz, sino de hacer reír con lágrimas, no es alguien que viva contento, es alguien que contagia de una alegría a otros, es por ellos que muchos exhabitantes toman éste personaje y explotan lo mejor en su personificación, ellos entienden que es un ser humano con problemas, sueños, metas y para el cual, hacer reír a otros es una responsabilidad y no una payasada”, menciona Wendy, quien no deja de admirar el trabajo de cada beneficiario al momento de actuar.

El ’Circo Semilla’ ha tenido presentaciones en diferentes lugares de la ciudad como: La Casa del Teatro Nacional, Teatro Publio Martínez en la localidad de Usme, Carpa de Circo Juan Bosco Obrero en donde se realizó en los últimos meses el ‘Festival Internacional de Circo Semilla’, así mismo en muchas obras realizadas en diferentes actividades organizadas por los ‘Ángeles Azules’ en las calles y barrios de la ciudad capitalina.

Actualmente desde el Centro de Desarrollo de Capacidades se lideran este tipo de acciones vinculadas con el arte y la cultura, haciendo parte de la restitución de los derechos de los ciudadanos habitantes de calle y su nueva inclusión social. 

 
 
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Mucho ‘Flow’, pintas clásicas y danzas en concurso artístico entre habitantes y exhabitantes de calle

 

 
Bogotá, junio 18 de 2019. Los ritmos urbanos latinoamericanos que se escucharon en el ‘Tercer Encuentro Intercentros de Danzas’ pusieron a bailar a más de 200 habitantes y exhabitantes de calle, vinculados a los 15 centros de atención de la Secretaría Distrital de Integración Social.

Las puertas del teatro de la Fundación Gilberto Alzate Avendaño, le dieron la bienvenida a los integrantes de los hogares de paso: ‘Calle 18’, ‘Cr 13’, ‘Mujeres Diversas’, ‘Cr 35’, ‘Carreteros y mascotas’, ‘Bakatá’ y el ‘Centro de Atención Transitorio’; así mismo, y no menos ‘guapachosos’ llegaron los participantes de las comunidades de vida provenientes de los municipios de Ricaurte y Sasaima.

Desde hace un mes en los centros de atención, las tardes se convirtieron en largas jornadas de ensayos para los exhabitantes y habitantes de calle, quienes asisten a los servicios, y que luego de las actividades cotidianas incluidas en los procesos de recuperación personal en cada hogar, dedicaron el mayor tiempo para ensayar y avanzar en la exploración de esos talentos y virtudes personales, así como en la sana convivencia y el intercambio de saberes entre los diferentes equipos.

Cada grupo conformado por participantes y ‘Ángeles Azules´ como promotores y profesionales, crearon diferentes coreografías las cuales incluyeron bailes como: salsa choque, champeta, son cubanos, break dance, calipso, reguetón, bachata, rock and roll, samba, country y merengue; géneros destacados en diferentes países como República Dominicana, Estados Unidos, Brasil y Cuba, entre otros.
 
 
 
“Estas acciones culturales programadas en los centros de atención, permite dos momentos: la resignificación y restitución de derechos de la cultura a los ciudadanos habitantes de calle vinculados a los procesos de recuperación y por otro lado abre las puertas a explorar los dones, talentos y cualidades personales logrando que ellos tengan más confianza en sí mismo, minimicen los temas de ansiedad y trabajen en equipo liderando procesos que requieren de su máxima concentración y responsabilidad”, resaltó Daniel Andrés Mora Ávila, subdirector para la adultez, de la Secretaría Distrital de Integración Social.

Constantemente en los centros de atención, los ciudadanos habitantes de calle participan, crean, visitan lugares y centros históricos y así mismo reciben formación en artes y oficios, todas estas acciones como herramientas para una inclusión social y laboral, lideradas desde el Centro de Desarrollo de Capacidades.

En lo corrido de 2019, 5.917 habitantes de calle fueron atendidos en calle y en los centros de atención de la SDIS. En la presente administración, 2.323 habitantes de calle han desarrollado procesos para mejorar su vida y de ellos 618 culminaron con éxito logrando alejarse de las calles. 

 
 
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Inician remodelación en centro de atención para habitantes de calle

 

 
Bogotá, junio 12 de 2019. Con el fin de ofrecer una mejor prestación de servicios con el aprovechamiento de espacios y una estructura moderna, se dio inicio a la adecuaciones integrales en el Centro de Atención Transitorio (CAT), de la Secretaría Distrital de Integración Social, el cual brinda atención integral a exhabitantes de calle, quienes luego de su paso por un proceso de recuperación de hábitos de autocuidado, sueño y alimentación, continúan de manera institucionalizada su recuperación.

Allí están por un período no mayor a los seis meses, trabajando en temas como la activación y fortalecimiento de redes familiares, sociales y comunitarias; así como la promoción del autocontrol, mitigación del consumo de sustancias psicoactivas y formación en artes y oficios como herramientas adicionales para una inclusión social y laboral.

Las tareas a realizar en la unidad operativa son: cambio de instalaciones hidráulicas y sanitarias, acondicionamiento para una mejor accesibilidad, remodelación de instalaciones eléctricas más eficientes como incorporación de iluminación led, pintura general, reemplazo de enchapes, pisos y cubiertas, Instalación de pasamanos, renovación de puertas metálicas y en madera, instalación de redes de gas natural y sistema de detección de incendios, adecuación de cocina y comedor atendiendo las normas higiénico sanitarias y finalmente arreglo de baños con tecnología anti vandálica.

De la misma manera, la remodelación incluye áreas para que los habitantes de calle carreteros puedan disponer de sus carretas en espacios adecuados, así como aquellos quienes tienen sus mascotas de compañías podrán acceder al servicio.

El renovado CAT, que tiene una inversión de 2.460 millones de pesos, contará con un salón de gimnasio y aula de sistemas, todo ello para una buena optimización de espacios y el aprovechamiento del tiempo libre.

Los ciudadanos exhabitantes de calle vinculados al Centro de Atención Transitorio y que actualmente avanzan en su proceso de recuperación personal, ya están recibiendo atención en una sede temporal ubicada en la localidad de Puente Aranda, la cual ofrece las comodidades y espacios acordes, sin afectar la operación del servicio.

Estas adecuaciones, para la vigencia del presente año 2019, hacen parte del plan de mejoramiento que desde la Secretaría Distrital de Integración Social se ha propuesto realizar a los centros de atención integral para habitantes de calle.

A la fecha, el Distrito ofrece servicios en seis hogares de paso incluyendo atención para carreteros y mascotas de compañía, así como mujeres diversas. De la misma manera atención en tres comunidades de vida dentro y fuera de la ciudad y un centro de desarrollo de capacidades en donde los ciudadanos vinculados a los servicios, reciben formación en artes y oficios complementando sus procesos de recuperación personal, todo ello en el marco de la restitución de Derechos y la dignificación.
 

 
 
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