Dos ‘viejitos rockeros’

Imprimir

 

 
Bogotá, 3 de abril de 2020. A comienzos de los años 70’s y con el arribo del movimiento hippie a Colombia, el Rock and Roll llegó con muchos eventos que abrieron la puerta a esa nueva cultura por la combinación del bajo, guitarra eléctrica y batería.

El ‘Festival de La Vida’ en el Parque Nacional de Bogotá, el ‘Festival de Ancon’ en Medellín, el ‘Festival de la Miel’ en Honda y el tradicional Parque de la ‘63’ o más conocido como Parque de los ‘Hippies’ fueron algunos de los momentos y lugares impulsadores para este género, símbolo de los cantos irreverentes de la sociedad que enamoraron del rock a Carlos Eliazar y Manuel Arango.

En el ‘Festival de la Vida’, celebrado en Bogotá hace ya algunos años, Carlos Eliazar Ibagón disfrutó las canciones que con batería y unos fuertes ‘reds’ de guitarra eléctrica hacían estremecer el cuerpo. Carlos tenía la cabellera larga, y vestía botas con punta de acero y una chamarra negra con flecos, el atuendo característico de los rockeros.

“La pasión por el rock y la marca que me ha dejado por toda la vida se la debo a mi mamá. Desde muy pequeño recorría con ella la ciudad, me llevaba a conciertos y me mostraba videos del Rey del Rock, ‘Elvis Presley’, su gran ídolo”, recuerda Carlos con orgullo.

Para la misma época, a unos cuantos kilómetros de Bogotá, en el ‘Festival de Rock’ de Melgar – Cundinamarca, Manuel Humberto Arango, rockero hasta las ‘canas’ que lo acompañan ahora, disfrutaba a su modo del género. No se perdía los eventos por nada del mundo. Su atuendo no era muy diferente al de Carlos: cabellera larga, botas texanas, jeans, camiseta negra y la inseparable chaqueta de legítimo cuero y peluche. Esa, de hecho, la tiene desde su primer concierto hasta el día de hoy, 35 años después.  
 
 
    
“Yo asistía a cuanto concierto había, escuchaba emisoras de rock y grababa en cassettes los programas de radio. Aún conservo algunas grabaciones”, relata Manuel, quien al mismo tiempo saca de su bolsillo una memoria USB en donde tiene grabado el programa de la Historia de Rock. Dice que lo escucha todos los días de su vida.

A Carlos y Manuel los une esa pasión eterna por el rock. Y ahora, además, comparten su experiencias con otros adultos mayores en los pasillos, parques y zonas de comedor del Centro día – noche ‘Quiroga’ y el Centro Mayor ‘Palabras Mayores’, unidades de la Secretaría Distrital de Integración Social que ofrecen servicios para las personas mayores, y en donde nuestros protagonistas aprovechan su vejez con otras personas gracias a los procesos de inclusión social y actividades lúdicas y artísticas que a diario se programan.

Hace unas semanas, cuando el coronavirus no nos había aislado, Carlos y Manuel se encontraron como invitados especiales de la emisora bogotana ‘Radioacktiva’. A través de su historia, el locutor Santiago Rendón les contó a cientos de fanáticos de este género cómo también en la vejez se puede llevar en las venas la pasión. En este caso, por el rock.

Entre sus anécdotas y uno que otro chiste, contaron las hazañas que debían hacer para asistir a un concierto en épocas en que la guabina, el joropo, el merengue y una que otra balada pop, eran el ‘boom’ y los espacios para ‘rockear’ eran mínimos. Por eso se iban a rebuscarlos por todo el país.

La entrevista de Radioacktiva aquí 


 
Facebook