Bogotá, D.C., 15 de septiembre de 2020. A las 11.30 de la mañana están listos los almuerzos para Orlando, Manuel y Jesús, tres de los 220 beneficiarios del comedor comunitario ‘12 de Octubre’ de la Secretaría Distrital de Integración Social (SDIS) en la Localidad de Barrios Unidos.

Hacen parte del grupo de personas en riesgo que por ser mayores de 70 años. Gracias a una de las nuevas modalidades de servicio que tiene los comedores comunitarios en tiempos de pandemia, reciben sus alimentos a domicilio y en la puerta de sus casas, evitando exponerlos al contagio del Covid-19.

El responsable de visitarlos diariamente es Cristian Giovanny Galvis Pérez, un joven de 20 años quien recorre barrios como el 12 de Octubre, José Joaquín Vargas, Gaitán y Simón Bolívar, para cumplir con lo que él denomina “una hermosa tarea”: entregar alimentos a las personas mayores de su localidad.

 

 

A pesar de portar adecuadamente su tapabocas como medida de bioseguridad, es evidente la sonrisa y alegría que irradia Cristian cada vez que recibe un paquete de alimentos para los cuales iniciará su recorrido por algunas calles con rumbo a un nuevo hogar. “Las personas a donde llego todos los días me recuerdan a mi padre y qué bonito poder ayudarlos para evitar que se enfermen en la calle”, destaca Cristian, quien no descuida ningún detalle a la hora de manipular los elementos de bioseguridad para el transporte de los alimentos.

Este joven, auxiliar administrativo del Sena, es muy bien recibido por los beneficiarios. Asegura que “en poco tiempo me he enamorado del trabajo que adelanto en el comedor comunitario, por lo que pienso estudiar cocina para ser uno de los mejores chef de Bogotá y seguir apoyando a las personas mayores”.

María Barrera, hermana menor de Orlando; una persona con discapacidad visual desde hace 20 años, recibe los alimentos en casa. Evitando alguna manipulación adicional los pone sobre la mesa para que su hermano pueda disfrutar de ellos sin correr riesgo alguno. “Estamos muy agradecidos con la ayuda de la Secretaría Distrital de Integración Social, son muy amables y es un gran beneficio”, destaca María.

Seiscientos metros más adelante, en el barrio J.J. Vargas, Manuel Jiménez, un bogotano de 91 años y sin familia, se beneficia del comedor comunitario desde hace año y medio. Le abre la puerta a Cristian y recibe sus alimentos. “Es una bendición lo que hacen; excelente porque no tenemos que salir para nada. Lo mejor es seguir cuidándonos en casa y más cuando tenemos buena salud”, señala.

De acuerdo con Gloria Esperanza Bejarano, referente del proyecto ‘Compromiso por una alimentación integral en Bogotá’ en Barrios Unidos y Teusaquillo, la atención, distribución y consumo de los alimentos cuidado de las personas mayores desde casa, con un servicio de calidad y garantizando alimentos nutricionales.

“El operador del servicio en el comedor comunitario tiene bajo su responsabilidad brindar los recipientes para que cada beneficiario tenga su alimentación. Se tiene en cuenta primero la población priorizada en este servicio, como son los niños y niñas mayores de 4 años, adolescentes, personas mayores, mujeres gestantes y personas en riesgo de inseguridad alimentaria severa y moderada”, destaca la funcionaria.

Otra de las modalidades es el retiro de los alimentos del comedor para consumir en sus viviendas, cumpliendo con el distanciamiento social. Para evitar la presencia de muchas personas, se entrega al representante de cada núcleo familiar.El comedor comunitario ‘12 de Octubre’hace parte de los 119 que hay en la ciudad y benefician a más de 32.870 personas en todas las localidades.