Rosita hace florecer la esperanza y las ganas de vivir de las personas mayores

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Bogotá, D.C., 20 de diciembre de 2021 El liderazgo, el compromiso, la dedicación y, especialmente, la vocación de servicio son algunas de las cualidades que reflejan los cientos de servidores de la Secretaría Distrital de Integración Social, quienes en cada uno de sus sitios de trabajo y localidades demuestran el amor por su labor social, llevando a las familias más vulnerables apoyo, acompañamiento personal y una mano amiga.

 

Es el caso de Rosa Eulalia López, docente adscrita a la Subdirección Local de Usaquén, quien ha dedicado más de 35 años de su vida a servir y educar a personas mayores de 60 años en toda la comunidad.

 

Rosa enseña matemáticas, lectoescritura y Origami a las personas mayores  que se vinculan a los servicios para la Vejez. Rosita, como le dicen con cariño sus compañeros y estudiantes, recientemente fue postulada para el premio que otorga la Secretaría Distrital de Integración Social (SDIS) a los 20 mejores funcionarios de la entidad, quienes se han destacados por su vocación de servicio que día a día se ve reflejada en las comunidades.

 

A través de sus clases y en diferentes espacios de socialización, esta funcionaria se ha convertido en una gran compañía para las personas mayores que se sienten solas por el abandono de su familia, las que han sido violentadas, que no encuentran ningún tipo de motivación y están llenas de angustias y depresión extrema a quienes motiva para seguir adelante, a fijar retos y a acudir al “hombro amigo” que las escucha. 

 

“Rosa llega a esta sede en Usaquén apoyando los servicios para las personas mayores. Su presencia ha sido un motor que impulsa la alegría y las ganas de vivir de las más de 22 personas mayores que reciben clases de lectoescritura, talleres de matemáticas y formación artística Origami y otros oficios”, comentó Lorena Hernández, referente de vejez en la Subdirección Local de Usaquén.

 

La pandemia no ha sido obstáculo para llegar a sus queridos alumnos de clase. Muy recursiva graba videos, toma fotografías, redacta guías y siempre está en contacto con sus estudiantes a través de redes como WhatsApp, o en la presencialidad para quienes pueden desplazarse a la sede y recibir las clases y los talleres.

 

“Desde siempre le he servido a las personas con mucho gusto, para mí es un agrado absoluto transmitir el conocimiento y generar felicidad a mis personas mayores, mis más grandes estudiantes. Llevo más de 35 años en la docencia y la labor social es lo más importante de la vida”, expresó Rosa.

 

Su aprendizaje de acontecimientos no tan gratos en su vida lo ha puesto en práctica con las personas mayores, como fue el cuidado que le brindó a su señora madre tras padecer de una discapacidad que la restringió para desarrollar algunas actividades de lo cotidiano. 

 

Rosita es también una motivadora, una mujer alegre y valiente que cada día le transmite a sus ‘viejitos’, como los llama de cariño, ese anhelo por seguir viviendo, por reír y disfrutar de una envejecimiento digno y feliz.