Casas de Memoria y Lúdica, espacios en los que las voces de los niños, niñas y adolescentes, víctimas del conflicto armado, tienen un lugar

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Bogotá, abril 9 de 2019. El sueño de Ricardo es volver a ver el mar, al que dibuja con un color azul intenso y olas majestuosas, junto a un cielo casi infinito adornado con una bandada de gaviotas pintadas con acuarela. Cindy dibuja a su perro, un criollo café al que dejó en la finca, en la vereda en la que vivía y al que extraña todos los días. Yesica pinta a su pueblo con casitas de colores, bordeado de un río de aguas claritas en las que se pueden ver peces grandes y chicos, una mata de plátano, un pato y un sol radiante.

Lucía quiere ser enfermera. Con crayones se pinta con su uniforme blanquísimo y una cofia con una enorme cruz roja y a su alrededor a los pacientes que ella quiere curar para que sigan viviendo. José David, en cambio, sueña con ser conductor de camión, para transportar muchas cosas y darle alimento a mucha gente y para llevar a su mamá a una piscina muy grande, mientras que Magdalena quiere ser policía como su tío político para llevar la paz a Colombia.

Fernando compone y canta coplas que hablan de su madre, de lo mucho que la quiere y de lo bonito que se siente que lo consienta y le dé una buena comida.
 
 

Jorge Alberto casi no pude musitar palabra pero después de un tiempo se anima y dibuja un corazón con heridas y lágrimas. Es su propio corazón, el mismo que se rompió después de haber visto cómo unos hombres armados, llegaron a su casa para arrebatarle la vida a su tío, a quién él quería tanto. Le escribe que lo extraña y añade el dibujo de un teléfono celular con el que le gustaría que su tío le pudiera hablar desde el cielo.

Estiven, quien llegó de Florencia hace apenas unas semanas, es tímido, de pocas palabras pero muy curioso. Ve a otros niños, toma confianza, saluda y de inmediato comienza a jugar dominó con un par de hermanitos que llegaron, con su madre, provenientes de Pacho (Cundinamarca). Poco a poco habla de su pueblo, del río y de los micos que veía balanceándose por los árboles, de los tamales que hacía su abuela y de su papá con quien iba de pesca los domingos.

Estas son algunas de las historias de sueños, duelos y añoranzas de los niños, niñas y adolescentes víctimas del conflicto armado y los grupos violentos, quienes a diario reciben atención en las Casas de Memoria y Lúdica, una modalidad de la estrategia ‘Atrapasueños’ para la atención integral y diferencial de la primera infancia, la infancia y la adolescencia víctima y afectada por el conflicto armado.

Las Casas de Memoria y Lúdica son espacios de encuentro en los que las voces de los pequeños tienen un lugar para ser escuchadas. La primera se abrió el 9 de abril de 2012, en Ciudad Bolívar, y junto con ella, hoy ya suman un total de seis, ubicadas en los Centros Locales de Atención a Víctimas (CLAV), de Bosa, Rafael Uribe Uribe, Chapinero, Suba, Kennedy y Puente Aranda, y la Casa ‘Zaita’ que funciona en el Centro de Atención Penal Integral a Víctimas (CAPIV), en articulación con la Fiscalía General de la Nación.

El cariño, el respeto, el acompañamiento psicosocial y la calidad humana brindados por los equipos de profesionales de las casas, son clave en el proceso de acogida de los pequeños, quienes poco a poco van tejiendo confianza y compartiendo sus historias de vida y sus memorias a través del arte, la pedagogía y el juego.

El propósito es resignificar las experiencias vividas por los niños, resignificar el daño que les hizo la guerra, darle a cada pérdida, a cada dolor, a cada miedo, un sentido diferente, encontrar un aprendizaje para continuar construyendo la vida, para creer en otros mundos posibles, para seguir soñando.

Resignificar no es olvidar, resignificar es transformar para continuar avanzando en el camino y en ello la memoria es fundamental. Preservar esa memoria, para que los niños, las niñas y los adolescentes no pierdan sus raíces, no se olviden de su origen, de su identidad, para que conserven sus costumbres, su gastronomía, su lengua, su cultura y sus saberes es uno de los mayores retos en las casas de memoria y lúdica .

Así mismo se busca que los pequeños construyan un futuro a través de la identificación y promoción de sus talentos, capacidades y potencialidades, con el apoyo de sus familias y redes de afecto.

Las Casas de Memoria y Lúdica hoy se convierten en escenarios que aportan a la construcción de la paz desde el amor, la enseñanza, el respeto a la diferencia y el reconocimiento del otro. Y qué mejor manera de construirla que con la infancia y la adolescencia, porque un país en paz, es la mejor herencia que le podemos dejar a las generaciones presentes y venideras.

En el ‘Día Nacional de la Memoria y la Solidaridad con las Víctimas del Conflicto Armado’, la Secretaría Distrital de Integración Social reafirma su compromiso con las víctimas, aportando a través de la atención integral con enfoque diferencial a la transformación y fortalecimiento de los proyectos de vida de quienes han padecido los horrores de la guerra.
 
Directorio de las Casas de Memoria y Lúdica
 
Casa de memoria y lúdica / significado Dirección Localidad Tiempos de Atención
 SEMINIS BACATA (Semilla de Bogotá)  Transversal 126 # 133 - 32 Barrio La Gaitana  Suba Lunes a Viernes 7:00 a.m. a 4:00 p.m. 
 CHIGYS MIE (Cosas Pasadas) Calle 69 a sur # 92 – 47 Barrio Metro vivienda   Bosa  Lunes a Viernes 7:00 a.m. a 4:00 p.m.
 BOTAMAN BIYÁ (Portador de la palabra Bonita)  Calle 63 # 15 – 58 Chapinero  Lunes a Viernes 7:00 a.m. a 4:00 p.m.
 KUKULKAN (Serpiente Emplumada protege y cuida) Calle 44 d sur nº 72 13  Ciudad Bolívar   Lunes a Viernes 7:00 a.m. a 4:00 p.m.
 MACONDO (Guardián de Voces mágicas)  Carrera 87 no. 5 b – 21 Kennedy   Lunes a Viernes 7:00 a.m. a 4:00 p.m.
 ZAITA (Lo que existió en el principio del Universo)  Calle 19 no. 27-09  Puente Aranda  Lunes a Viernes 7:00 a.m. a 4:00 p.m.
 UBUNTÚ (Yo soy porque nosotros somos)  Calle 22 sur # 14 a 99  Rafael Uribe Uribe  Lunes a Viernes 7:00 a.m. a 4:00 p.m.

 
 
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