‘Arte amado’, la microempresa que ya se abre paso en Europa y el resto del mundo

Imprimir

 

 
Bogotá, marzo 27 de 2019. Una luz de esperanza se prendió y le permitió ver el horizonte, luego del llanto, el dolor, la tristeza y la desesperanza que le causó la muerte de su querida madre. Ese estado de ánimo lo acompañó por mucho tiempo, hasta que un día en el camino, apareció otro ser que lo motivó para que se abriera paso y aproveche las oportunidades que la vida le brinda.

Se trata de Óscar Walter Jurado Amado, un hombre sencillo, humilde, buena persona y emprendedor, oriundo de Puerto Boyacá y quien nunca pensó que su vida se dividiera en dos: antes y después del fallecimiento de su mamá.

A los 25 años llegó a Bogotá. Hoy con 70, recuerda que por esa época la violencia en ese sector los llevó a huir con sus padres y dejar abandonado el hogar. Llegaron al barrio Trinidad, en la localidad de Puente Aranda, donde terminó su bachillerato y se vinculó a la Fuerza Área Colombiana, para terminar como jefe de auxiliares de vuelo de una empresa aérea.

Hace 10 años se trasladó para Fontibón, donde se dedicó a los cuidados de su madre, una mujer sola, quien tras una penosa enfermedad falleció, lo que le generó depresión y total decaimiento.
 
 
Pero no todo fue negativo. Otra mujer apareció en su vida y lo encaminó hacia el Centro de Desarrollo Comunitario (CDC), La Giralda, en Fontibón, para que se inscribiera en alguno de los cursos que allí se dictan y ocupara su tiempo libre. Sin tener idea sobre lo que era la marroquinería, se inscribió y logró enamorarse de lo que él llama un “hermoso arte”.

Después de las primeras 40 horas del curso, otra mujer, María Constanza Marín Suárez, se convirtió en su gran soporte, socia y compañera de travesía. Un martillo, un ‘sacabocados’, una regla, un queso (o tabla donde se corta el cuero), y un bisturí, comenzaron a hacer parte de su microempresa a la cual decidieron llamar ‘Arte Amado’.

Hoy sus productos en cuero y elaborados a mano, ya son conocidos en Holanda, Milán e Italia y muy pronto irán a Panamá.

“Una amiga me insistió en varias oportunidades para que nos inscribiéramos en alguno de los cursos que en los CDC’S, dictan gratuitamente, pero no tenía ánimos pues por esa época me encontraba bastante deprimido, bastante decaído y cada día iba más para abajo, debido a la muerte de mi madre. Ella insistió en que me inscribiera en marroquinería, pero no quería, porque no sabía nada de eso, hasta que el último día de plazo decidí tomar la determinación”, cuenta emocionado recordando el momento

“La verdad no tenía muchos ánimos ni deseos, no sabía qué hacer ni tenía un norte definido, entonces me dije, si me gusta me quedo y si no, pues no vuelvo, y qué sorpresa, desde el primer día me gustó pues yo no tenía ni idea y es más, ni siquiera sabía que era marroquinería. El curso fue de 40 horas, pero ya por nuestra cuenta fuimos investigando y profundizando más en las cosas, en el conocimiento y así fue como iniciamos y hoy en día ya somos técnicos del SENA porque hicimos un curso más avanzado de 280 horas y 90 horas de emprendimiento”, agrega.

Y mientras sigue recordando, don Óscar rememora cómo constituyó la microempresa de marroquinería, arte que también perfeccionó viendo vídeos.

“De siete compañeros y compañeras que venían a aprender y a trabajar a puerta cerrada, quedamos tres y ante la oportunidad de este local que se encontraba desocupado, me propusieron que montáramos el negocio y por consenso aprobamos que se llamaría ‘Arte Amado’, en homenaje a mi madre. Ya hacíamos bolsos, monederos, cigarrilleras, pulseras, manillas y collares en cuero. Estos últimos los hacía una de las socias, una costeña que era desplazada y que por inconvenientes tuvo que irse, por lo que quede solo con María Constanza”, asegura.

Según el ‘maestro’, el 22 de octubre de 2017 nació ‘Arte Amado’ con un capital de 1 millón de pesos, cada uno puso 500 mil, lo que sirvió para comprar materiales. Se vendían los elementos y se reinvertía la plata, lo que les permite valorar hoy el negocio en $20 millones de pesos.

Y aunque no han empezado a exportar, por medio de un señor de Holanda sus productos llegaron hasta ese país. A su vez, hace un año una compañera con quien estudiaba y es del municipio de Mosquera, resultó favorecida por el municipio para ir a una exposición de artesanos en Milán (Italia), y como no tenía suficientes productos, llevó de los producidos y todos se vendieron. Incluso, tuvieron la visita de un señor de Panamá interesado en los bolsos, las sandalias y zapatos que elaboran y ya les hizo un pedido.

“El Centro de Desarrollo Comunitario (CDC), nos aportó muchos beneficios en cuanto a lo que aprendimos allí, en cuanto al trabajo porque a diario estamos haciendo la labor que aprendimos y elaboramos nuestros productos. En calidad de vida hemos mejorado totalmente, por decir así, más de un 50%, porque trabajamos con ahínco y con ganas como se dice”, afirma don Óscar contando que el almacén y taller, no cuenta con más de 12 metros cuadrados donde siempre están dos mujeres, Aura María Rojas, compañera de estudio y empleada y la socia de don Óscar, María Constanza Marín Suarez.

Para Constanza, una bogotana separada y con dos niñas, una de 25 años y otra de 9, ha sido lo mejor que le ha pasado en mucho tiempo. “He descubierto muchas cosas bonitas, especialmente la amistad de los dos. No nos hemos equivocado con el arte que escogimos. Las cosas se hacen en conjunto, en común acuerdo, es así que nos reunimos todos los días antes de abrir el almacén y nos tomamos un tinto y planeamos. Durante dos años lo venimos haciendo y nunca hemos tenido un disgusto”, cuenta.

Asegura que todo ha sido un esfuerzo y al principio no daba para mantener la familia porque la intensión era aprender, trabajar y reinvertir los ingresos. “Así lo saben y han tenido mucha perseverancia y me han apoyado totalmente. Siempre me colaboraron y buscan clientes a través de los vecinos y amigos”, asegura Constanza.

Tras recomendarles a los jóvenes que aprovechen la oportunidad que le brinda la administración distrital a través de la Secretaría de Integración Social, Constanza deja caer varias lágrimas de la emoción y califica como hermoso lo que ha logrado con su socio y gracias a esa oportunidad que se les brindo para salir adelante. 

 
 
Facebook