• La mujer indígena ha sido un pilar fundamental para la pervivencia de las comunidades indígenas. Desde 2014 existe en Bogotá el Comité Distrital de Mujeres Indígenas.

Bogotá, septiembre 4 de 2020. Fue el 5 de septiembre de 1983 cuando, por primera vez, se rindió homenaje a la fortaleza, dignidad y la lucha incansable de la mujer indígena. Hoy, 37 años después, se celebra un año más para conmemorar esa labor que ha trascendido a través del tiempo y es ejemplo de valor para las sociedades actuales.

La mujer indígena ha sido un pilar fundamental para la pervivencia de las comunidades indígenas a nivel mundial. En Bogotá, desde 2014 existe el Comité Distrital de Mujeres Indígenas, escenario que propicia espacios de diversidad, conocimiento y permite fortalecer la garantía de sus derechos personales y colectivos.

 

 

Además, “que haya un capítulo indígena en el Plan Distrital de Desarrollo es la entrada para que los servicios sociales tengan un enfoque y, sobre todo, una movilidad social de los cabildos y las comunidades que hacen parte de cada uno de ellos”, señaló Xinia Navarro, Secretaria de Integración Social, a través del foro digital ‘Hablemos de nuestros pueblos indígenas’ que se realizó el pasado 22 de agosto.

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Jenny Morales Sánchez, indígena de la comunidad Ambiká Pijao y referente de política pública indígena de la Secretaría de Integración Social, explica que “el ejercicio de las mujeres indígenas en Bogotá ha sido de empoderamiento y visibilización.

 

También de auto reconocimiento y fortalecimiento de la identidad cultural. Se reconoce a la familia como pilar fundamental de la vida y hay un constante ejercicio de aprender desde el hacer. El primer llamado que haría es a reconocer la diversidad en Bogotá”.

Para Sandra Cobos, exgobernadora y actual vicegobernadora del Cabildo Indígena Muisca de Bosa, “el reconocimiento de la mujer indígena implica reconocer la riqueza cultural de todo un país: su diversidad, interculturalidad y multiculturalidad. Pero más allá de esto, es reconocer la diferencia en medio del respeto y la tolerancia. Teniendo en cuenta, además, la apuesta política que tiene Bogotá al tener una alcaldesa mujer”.

Las poblaciones indígenas tienen una jurisdicción, una competencia y un reconocimiento del Estado Social y Democrático de Derecho. A la fecha, por decreto hay 14 pueblos indígenas en Bogotá. Otras comunidades se encuentran en proceso de ser igualmente reconocidas.

La mujer indígena es pilar fundamental para la sociedad

Llegar a Bogotá no ha sido tarea sencilla. “Ha sido llegar a un contexto donde, como mujer, también tienes que salir a trabajar y traer unos ingresos, sin dejar de lado un ejercicio de crianza, de acompañamiento a la familia y siendo uno de los pilares fundamentales del hogar”, comenta Morales. Se ha convertido en un reto y un ejercicio de pervivencia en el marco de este contexto.

Mantener la cultura original sin desligarse del contexto, ha sido uno de los desafíos más grandes. “Por eso, el 5 de septiembre enaltece ese rol. Durante años hemos sido guerreras por mantener nuestras comunidades unidas en torno a una sociedad mayoritaria. Por estos esfuerzos hemos ganado un papel importante al interior de las comunidades y en la sociedad a nivel general”, asegura Leidy Johanna Cabiativa, mujer indígena Muisca, referente indígena en la Secretaría de Salud.

Estos esfuerzos han enmarcado la construcción de nuevas políticas y reforzado los conceptos de cultura y diversidad. “Las mujeres indígenas también somos vida y conocimiento, no solo sobre gastronomía y tejido sino también de palabra y consejo. La idea es reconocer ese saber de las mujeres indígenas, y de las mujeres en general, que se relaciona con aprender a escuchar la palabra y volverla propia”, agregó Morales.

La transmisión de conocimientos fortalece las tradiciones de cada comunidad indígena. “Somos aquellas que movemos los procesos de transmisión de conocimientos que, sin duda, si no fuese por esta gran raíz que tenemos como mujeres indígenas, no existirían las comunidades. Somos la pervivencia de las comunidades indígenas”, reafirmó Cabiativa.

Un día para conmemorar, reconocer y reafirmar propósitos

De acuerdo con el Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de América Latina y el Caribe,fue durante el Segundo Encuentro de Organizaciones y Movimientos de América en Tiwanaku-Bolivia, cuando se estableció la celebración del Día Internacional de la Mujer Indígena, con el fin de conmemorar la lucha de Bartolina Sisa, una mujer indígena Aymara, quien fue brutalmente torturada y asesinada en 1782. Es símbolo de la resistencia indígena en tiempos de colonización española.

Doris Elena Jacanamijoy, miembro del pueblo indígena Inga, considera que en esa fecha las mujeres indígenas resignifican los procesos de lucha y pervivencia de los pueblos por medio de su constante labor, que ha aportado de manera significativa en la reivindicación de los pueblos indígenas.

“Conmemoramos nuestras prioridades fortaleciendo nuestro liderazgo. Buscamos revertir los procesos de exclusión que hemos sufrido históricamente. En la actualidad, esto significa dar valor a los procesos que construimos las mujeres indígenas permitiendo que haya sociedades con una perspectiva de inclusión de la mujer, de la diversidad étnica y las formas de ver y hacer diferente”, agrega Jacanamijoy.

Por su parte, Cobos concluye que es momento de seguir labrando el camino, seguir sembrando y cosechando. “Alzando de nuevo la voz y decir: ‘Somos una, somos todas’. Rechazando contundentemente el dolor causado a nuestros cuerpos, a nuestro espíritu y a nuestra tierra. Si no somos nosotras, ¿quién?, si no es ahora, ¿cuándo?”.