- Mientras sus hijos se divierten, ejercitan sus cuerpos y se integran a nuevos grupos, Dolly y Rosa María disfrutan de las actividades previstas en la Manzana del Cuidado en las que usan este tiempo para danzar y reír y relajarse.
Bogotá, D.C., noviembre 01 de 2022. Solo basta un tema musical para que Dolly Marcela Laverde Morales y Rosa María Pulido se sientan en su salsa y logren un respiro, tras ejercer a diario su rol como cuidadoras de sus hijos con discapacidad. Ambas disfrutan de un espacio agradable, destinado a realizar ejercicios en el Centro de Desarrollo Comunitario San Blas en la Manzana del Cuidado de La Subdirección para la Integración Social de San Cristóbal.
Dolly Marcela vive en el barrio Montebello y, desde hace seis meses, acude sin falta al Centro de Desarrollo en compañía de su hijo Sergio de 26 años, a quien le diagnosticaron autismo.
“Desde el principio fue duro porque me sentía como sola y pensé que era la única mamá que tenía un niño así, pero he visto a mamás con más dificultades y hoy me siento bien porque Sergio es más independiente, camina, ayuda en los quehaceres del hogar, le gusta el internet donde ve páginas de deportes, noticias y conoce de otros países”, señala Dolly.
Dolly y un grupo de cuidadoras y cuidadores asisten todos los martes, a partir de las ocho de la mañana, a espacios de relajación a través del yoga, una de las disciplinas que brinda una amplia gama de beneficios físicos, mentales y espirituales.
Esta cuidadora agradece las actividades de yoga y de danzas que les brinda la Manzana del Cuidado, a las que lleva a Sergio para que haga ejercicio, aprenda, se logre desestresar, conozca más personas y cambie de rutina.
Por su parte, a Rosa María Pulido la acompaña su sobrino Andrés Camilo Pulido de 33 años a quien considera como uno de sus hijos, tras quedar huérfano a los 10 años.
“Andrés es autista y me acompaña a estos talleres de yoga, en los que intenta hacer los ejercicios que nos ha servido muchísimo, respiramos mejor, tenemos un nuevo contorno y vemos las cosas muy diferentes. Él ha avanzado mucho gracias a que tiene la oportunidad de tener una persona que lo apoya para que no tenga un retroceso”, indica Rosa María.
En esta Manzana del Cuidado, como en las demás en Bogotá, se facilitan estos espacios para el desarrollo de capacidades. En Centro de Desarrollo Comunitario de San Blas se tienen destinados los días martes para la práctica de yoga y actividades de respiro en silla de personas con movilidad reducida.
De acuerdo con el personal a cargo de estas rutinas “desde la práctica de yoga se buscar mejorar la salud mental, la condición física, la fuerza, y de manera específica la elasticidad de articulaciones y músculos para que se tengan mayores rangos de movimiento que eviten lesiones y mejoren la salud física y mental de los participantes, además de aprender a mantenerse en contacto con su propia respiración”.
El gran objetivo de los espacios de respiro es el reconocimiento del cuidado como trabajo, en tanto se reivindica la necesidad de ocio, descanso, relajación y desconexión de la ardua labor que realizan cotidianamente.