Un administrador que aprendió el arte de la panadería en el CDC Timiza

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Bogotá, D.C., noviembre 28 de 2022. Como administrador de empresas y especialista en Alta Gerencia, Reyes nunca se imaginó que un día sentiría pasión por la panadería y que este hobby se convirtiera en su emprendimiento personal, que lo ayudó a tener ingresos en tiempos de desempleo. 

William sin empleo, ni ingresos, un día a su barrio Santa Catalina de Kennedy le llegó la información de los cursos gratuitos en belleza, salud, yoga, baile, inglés, sistemas, panadería, cocina y pastelería, los cuales se ofrecían en el Centro de Desarrollo Comunitario Timiza.

William, sin pensarlo, se inscribió en un curso de panadería artesanal que le llamó la atención y desde ese momento quedó enganchado con el oficio de panadero, el cual le cambió la vida. Fue un alivio porque le permitió descubrir un talento oculto y pensar en la posibilidad de generar ingresos para su hogar. 

“El profesor que teníamos entonces nos dio charlas en las que nos enseñó cómo manejar el proceso en su parte organizativa, cómo tener el control de los gastos, cómo empezar y cómo entender la minucia del producto, como pesar la harina, cómo manipularla y cómo quitarse ese horrible susto que uno sentía de estar frente a esa masa”, cuenta William al reflexionar sobre su experiencia al inicio del curso. 

 

“Cuando empezamos a hacer las primeras producciones, nos sorprendía, y uno decía “wuao”, se sacan cosas muy chéveres, muy bonitas. Sentía una alegría inmensa, porque es trabajo de uno, es aprender, ponerlo en práctica y sacar un producto que es una satisfacción, fue muy gratificante”, asegura William. 

Cuando terminó la capacitación en panadería, William se entusiasmó por continuar sus conocimientos, pero ahora en el arte de producir deliciosas galletas. En ese momento seguía sin trabajo, y entonces empezó a golpear las puertas de sus vecinos para mostrarles el producto que salía de sus manos. Y fue así como empezó a aceptar pedidos de las personas que probaban sus productos y querían comprarlos. 

Pero se enfrentó a la falta de hornos y equipos para producir. Entonces, pidió ayuda en el CDC y allí le permitieron usar los hornos y demás instrumentos de panadería los fines de semana. “Me dijeron que los usara, que esos equipos eran de la comunidad. Iba los sábados de 7 de la mañana a 2 de la tarde, y así podía sacar la producción que me pedían”, menciona William, muy agradecido por ese apoyo adicional que recibió desde el CDC. 

 

Hoy de vuelta al ejercicio de su profesión como Administrador, les recomienda a las personas que aprovechen las oportunidades que brindan espacios como el CDC Timiza. “No se trata de pedir que me den, es importante salir a buscar y encontrar esas oportunidades que están ahí, que son gratis y que ofrecen opciones de mejorar”, asegura. 

“Todos los días tenemos en el CDC cientos de hombres y mujeres, jóvenes, adultos, personas mayores, que encuentran una oportunidad de emprendimiento en los distintos cursos gratuitos que entregamos, y siempre nos sorprende la capacidad de aprendizaje y las opciones de emprendimiento que desarrollan”, afirma Elizabeth Fuentes Murillo, subdirectora Local para la Integración Social de Kennedy. 

“Hay que mirar qué oportunidades hay, qué puedo sacar yo de eso, cómo me puedo capacitar, no es solo que lleguen y me digan tome, le regalo, sino que yo busque cada día ser mejor ciudadano, mejor profesional y mejor persona”, dice William. 

Entre las cosas que llamaron la atención de William en su experiencia en el CDC está el talento puesto al servicio de la comunidad. “Hay personas dispuestas a dar y compartir todo el conocimiento que tienen, ellos lo hacen con pasión, con ganas de transmitir, de impactar positivamente a la comunidad, a las familias, de capacitarlos para generar ingresos, para tener un emprendimiento”, destaca. 

 

William no descarta la opción de montar una panadería, pero es consciente de que necesita una inversión grande para generar productos de buena calidad. Todo momento que tiene libre o los fines de semana, su talento se ve reflejado en los panes, galletería y en mogollas integrales, como él las llama. 

Ese mismo rebusque que en un momento de su vida como desempleado, angustiado y sin salida le dio el sustento. Su esposa, sus hijos y familia son los primeros en aplaudirlo y pedirle cada fin de semana que les haga lo que mejor sabe hacer: las galletas de estrellas de chocolate y vainilla. 

William como muchas familias que participan en los procesos de formación que ofrece el Centro de Desarrollo Comunitario Timiza de Kennedy se han convertido en un bálsamo para sus vidas, en un momento en el que estar sin empleo y sin ingresos es difícil, pero aprovechar estos cursos brindan la oportunidad para impulsar a nuevos emprendimientos económicos.