Bogotá, marzo 26 de 2018. “En el Centro Amar tengo amigos adolescentes como yo. Cuando llego me reciben con un delicioso almuerzo, luego hacemos las tareas en compañía de una profesora, realizamos manualidades, danza, música, deporte. Después, cenamos y mi mamá nos recoge para irnos a la casa”, dice María del Carmen, una bogotana de 15 años, beneficiaria del servicio que le ofrece la Secretaría Social.

María del Carmen es uno de los 4.800 casos que el año pasado atendió la Secretaría Social en los 13 Centros Amar, dispuestos para que las niñas, los niños y adolescentes disfruten de espacios seguros, acompañamiento pedagógico, nutricional, psicosocial y artístico, para el desarrollo de sus capacidades y potencialidades.

Las niñas, los niños y adolescentes son vinculados a los Centros Amar como resultado de la búsqueda activa e inmediata de 125 profesionales de la Estrategia Móvil, distribuidos por la ciudad para recorrer diariamente, durante todo el día, las calles y los barrios de las localidades de Bogotá, donde más se presenta el trabajo infantil.

Sin embargo, la ciudadanía también es corresponsable con este tema. Como es el caso de la amiga de la mamá de María del Carmen, quien le recomendó que la vinculara para evitar los riesgos a los que se enfrentan los niños y adolescentes cuando acompañan a sus padres a trabajar.

Al respecto, María del Carmen cuenta que, “el año pasado la Policía estaba molestando mucho a los vendedores y le advirtieron a mi mamá que si nos volvían a ver ahí nos llevaban, a mi hermana de 12 años, a mi hermano de 9 años y a mí, al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar”.

María del Carmen y sus dos hermanos estudian en la jornada de la tarde en un colegio del Distrito y, en ese tiempo, mientras su mamá trabaja en venta de libros en la Plaza de Bolívar, ellos tienen la oportunidad, que les brindó Secretaría Social, de disfrutar de la niñez y adolescencia con actividades para sus edades, en el Centro Amar de La Candelaria.

Con una expresión de alegría en su rostro, María del Carmen enumera lo que más le gusta del Centro Amar: “Los profesores, los amigos porque comparto con todos, bailar, jugar fútbol, también ir a cine, a Mundo Aventura, al Parque Simón Bolívar”.

“El Centro Amar es una experiencia que cambió mi vida, porque antes salía del colegio para ir hasta el centro de la ciudad a ayudarle a trabajar a mi mamá”, asegura esta adolescente bogotana.

Ahora, estos tres niños ya no ayudan a su mamá a vender libros y útiles escolares. “Ya no tengo que ir a despachar, atender a la gente y a cambiar billetes para dar las vueltas. A mí no me gustaba ir a trabajar con mi mamá, pero como no teníamos quién nos cuidara, nos llevaba”, afirma con resignación María del Carmen.

Esta adolescente, con solo 15 años de edad, pero con mucha firmeza, le dice a los padres que “no lleven a los hijos a trabajar porque ellos corren un riesgo, como por ejemplo cuando hay manifestaciones o confrontaciones de los vendedores ambulantes con la policía, ya que esto se convierte en un peligro para las niñas, los niños y los adolescentes”.

Al finalizar, María del Carmen le pide a los niños y adolescentes que están trabajando que le digan a sus familias que los lleven a un Centro Amar, para que sean felices, se diviertan, reciban alimentación, jueguen, hagan tareas y deporte.

Con la Estrategia Móvil y con 1.140 cupos disponibles, en jornadas diurna y nocturna, en los Centros Amar, la Alcaldía de Bogotá le apuesta a alejar a las niñas, los niños y adolescentes, de 6 a 17 años y 11 meses, del trabajo infantil. Por esta razón, durante Semana Santa intensifica la búsqueda para el logro de este propósito.

En este sentido, el Gobierno Distrital invita a toda la ciudadanía a unirse a este objetivo reportando los casos de trabajo infantil en las líneas 3134881470 y a la línea gratuita del ICBF 141, con ello se logrará que niñas, niños y adolescentes gocen de sus derechos en una ‘Bogotá Mejor Para Todos’.