Angie, la princesa que encontró su reino en el centro ‘Abrazar’

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Bogotá, noviembre 1 de 2019. Tiene 7 años y nunca, nunca en su vida, se había disfrazado. Por eso, cada instante del ritual de colocarse ese traje extraño, fue memorable. Metió despacio sus piecitos, acomodó sus brazos y pidió ayuda con el broche de la espalda. A sus 7 años, aunque ya lo sabía pero no tenía su vestido, Angie* se convirtió en princesa. Su reino, el centro ‘Abrazar’.

Desfiló despacio, con garbo, clase y estilo. Abrazó a todos sus compañeritos, cerca de 70 niños, niñas y adolescentes, quienes, como ella y por primera vez en su vida, se disfrazaban.

En su castillo, había de todo: superhéroes, hadas, animales, otras princesas como ella, cazafantasmas, brujas y otras criaturas de una tierra de fantasía, quienes, con su misma inocencia y alegría, bailaban al ritmo de la música. Es feliz, se le nota en su rostro.
 
 
 
 
 

“Gracias a todos los directivos. A todos los que ayudaron a que estos niños y niñas tuvieran un Halloween diferente, llenos de disfraces, amor, cariño y todo lo que ellos se merecen para tener una infancia diferente. Todos ustedes son nuestra razón diaria de hacer mejores las cosas. Sus sonrisas, las mejores gracias”. Como otra princesa, la secretaria de Integración Social, Gladys Sanmiguel, recibió a Angie en su castillo. Ambas, en un mundo de fantasía se fundieron en un solo abrazo.

La fiesta no paraba. Troncos, criaturas y animales seguían disfrutando de su día. Angie no era la excepción. Para ella, después de caminar más de 15 días desde Cúcuta, de la mano de su madre, aguantar hambre, frío, sueño y sufrimientos, todo este reino de fantasía era un premio a su aguante. Para tener 7 años no solo es una princesa, también una heroína.

En el lugar no hubo más espacio que para la felicidad. Cada uno de los niños disfrutó su día y su disfraz. Muchos de ellos pasaron la noche con él. Nunca, tal vez ni en sueños, habían imaginado este momento. 

 
 
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