Bogotá, noviembre 12 de 2019. El jardín infantil ´Israelitas´, en la localidad de Bosa, es un espacio amable para los niños y niñas pero tiene algo más, cuenta con varios escenarios orientados a promover el desarrollo integral de los niños y las niñas e incentivar su creatividad.

Para fomentar la libre expresión los niños y niñas cuentan con el taller ´Recreando mi mente y espíritu´. Aquí los pequeños en un ambiente tranquilo y relajado, con música que invita al descanso y la meditación, exploran emociones en un mundo que no tiene límites. Es un ´Happy yoga´, cuando se está en este espacio se evidencia una paz que invade todos los sentidos, es un transportarse a un lugar secreto, lejos del alcance de la cotidianidad.

Otro escenario destacado es el ´Taller de los abuelos´, un lugar para recordar a estos tiernos personajes. La docente asume el rol de abuela, adoptando todos los ademanes de las personas mayores, guía al grupo y orienta este bonito compartir alrededor de anécdotas de antaño, de esta manera se evidencia el docente como conductor, orientador y guía del proceso creativo.

 

Para estimular la expresión corporal y las artes está el taller ´Cre-Arte´, un espacio que huele a danza, que invita a la expresión plástica y corporal, donde el deleite se da con la música y el baile, la atmosfera es generosa y se hace propicio para estimular la creación.

Al avanzar observamos el rincón de la huerta ´Escuela agroalimentaria del surco a la mesa´ un escenario que invita a involucrarse con el arte culinario. Por momentos parece sacado del milenario cuento de ‘Blancanieves’ con su diversidad de colores, con una serie de objetos culinarios adaptados al pequeño y mágico mundo de los niños. Allí comparten alrededor de los alimentos que son extraídos de la huerta con productos llevados directamente a la mesa.

La huerta tiene una gran relevancia toda vez que es fruto de un proceso de construcción donde participaron activamente los padres de familia de los niños, quienes se han convertido en los cómplices a la hora de crear mundos nuevos para ellos.

Unos pasos más adelante está el escenario denominado ‘Mi mundo de colores´. Allí se tiene un acercamiento con los cuentos e historias que pueden ser apreciados proyectándolos en la pantalla chica. Se observan, se comentan y se pueden interpretar como le plazca a los pequeños. De esta manera, los niños y niñas se convierten en protagonistas y son el centro de la historia.

Al llegar a la zona verde del jardín ‘Israelitas´ está ese infaltable lugar donde los niños no ponen límites a su capacidad física. Es el taller ´Recreando mi cuerpo´. La actividad lúdica y motora gruesa tienen lugar al lado de los balones de colores, los triciclos, la arena y los elementos básicos de este entorno como aros plásticos. Así los pequeños van haciéndose dueños del lugar. Otro espacio que causa gran impacto es el escenario ancestral. Este pequeño lugar se asemeja a una maloca, con tótem en sus paredes, que simboliza un valor protector , tamboras en el piso, flautas y cañas de millo, canastos de fique, un ambiente que llama a recordar todo el legado ancestral

La maestra nuevamente ataviada como una mujer ‘Muisca’ se adentra en este mundo y realiza un compartir de la cultura aborigen con los niños, quienes atentos la observan y escuchan y parecen disfrutar de este relato y este transcurrir que da cuenta de toda la cultura aborigen.

En esta unidad operativa se conjugan varios elementos: el niño como protagonista, el espacio como facilitador y cómplice del proceso, las docentes como, orientadoras, investigadoras e inquietas del saber y las familias como los grandes aliados de esta propuesta.

´Israelitas´ reconoce una Bogotá diversa y promueve la paz para alcanzar una sana convivencia, por eso fomenta espacios inspiradores que invitan a soñar y entregar a los niños y niñas un proyecto educativo que les permita crecer en toda su plenitud.

---