La profe Rosa, hija de la Secretaría Distrital de Integración Social

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En las localidades de Puente Aranda y Antonio Nariño hay 140 maestras que brindan atención integral a 1.971 niños y niñas de los jardines infantiles. Garantizan sus derechos.

Bogotá, D.C, 10 de junio de 2020. Rosa Helena Montenegro Restrepo trabaja como auxiliar pedagógica en el jardín infantil Bochica Maira Barahona Rodríguez de la Localidad de Puente Aranda.

Cuando tenía tres años y su hermano de mes y medio de nacido quedaron bajo protección de los servicios del Centro Único de Recepción de Niños (CURN) por el abandono de su madre.

Luego recibió atención y cuidado desde los centros de protección La María y Antonia Santos, adscritos al antiguo Departamento Administrativo de Bienestar Social, que se transformó en la Secretaría Distrital de Integración Social (SDIS).

Rosa vivió hasta los 15 años en los centros de protección, en donde terminó sus estudios de bachillerato. “Todo el equipo de profesionales en ese momento marcó de manera positiva mi vida, pero especialmente una maestra con quien aún mantengo contacto y recuerdo con mucho cariño. Ella fue mamá Martica, quien me enseñó a aprender, a hacer las cosas bien hechas y a estudiar para poder salir adelante”, recuerda Rosa Helena.
 
 

Trabajó en diferentes lugares y con el dinero que devengaba se pagó sus estudios en preescolar. Trabajaba como maestra en un jardín privado y después ingresó al Bienestar Familiar como docente.

Rosa se presentó después para un proceso de selección como maestra en la SDIS, en donde desde hace siete años adelanta labores en el jardín infantil Bochica Maira Barahona Rodríguez de la Localidad Puente Aranda.

En su labor como auxiliar pedagógica, Rosa se disfraza de una payasita llamada “Alegría”, que divierte a los niños y las niñas en el jardín Infantil. Además alegra la vida de otras familias en algunas fundaciones donde le gusta realizar labor social. “Alegría” surge del deseo de poder compartir con otros niños y llevar un mensaje de amor, esperanza y brindar alegría en cada encuentro”, destaca.

Como licenciada en pedagogía, Rosa busca que sus enseñanzas impartidas a muchos niños y niñas sean más adelante el resultado positivo para la comunidad. Quiere que los padres de familia cuiden a sus hijos y les brinden todo el amor y afecto que necesitan.

“Me siento muy feliz porque he podido ejercer mi profesión e impactar la vida de muchos niños y simplemente me demostré a mí misma que se puede salir adelante. Si yo lo logré, muchas personas lo pueden hacer”, destaca Rosa.

En las localidades Puente Aranda y Antonio Nariño hay 140 maestras que atienden a 1.971 niños y niñas de 3 meses a 4 años 11 meses, garantizando sus derechos y promoviendo acciones para que vivan una infancia feliz.
 

 
 
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