El valor de una pequeña niña de tan sólo 12 años demostró que ni la más cruda situación de discriminación y horror que vivió en Pakistán, su país, pudo impedir que encausara su energía para
exigir su derecho a la educación.
Su deseo de acceder a una escuela, en un lugar donde a las niñas les fue prohibido, superó las barreras impuestas por algunos que hicieron de su poder un río de sangre. Malala sufrió en persona el dolor de la guerra. Con varios impactos de bala, en su cráneo y su cuerpo, vivió la injuria que buscó callarla. Pese a ello, con la fuerza de su corazón y su convicción por lograr que las niñas tuvieran acceso a la educación, se levantó ante el mundo para decir en el seno de la ONU:
“El 9 de octubre de 2012 los talibanes me dispararon en la cabeza. Dispararon también a mis amigos, pensaron que con sus balas nos callarían para siempre, pero fracasaron. De ese silencio surgieron miles de voces, los terroristas pensaron que cambiarían mis objetivos y detendrían mis ambiciones pero nada ha cambiado en mi vida, excepto esto: la debilidad, el miedo, la desesperanza murieron para siempre, nacieron la fuerza, el poder y el coraje”.
Ese mismo ímpetu de Malala Yousafzai para velar por los derechos que el Estado debe garantizar, lo trasladó la Bogotá Humana al barrio Kennedy para brindar aquello que los niños y niñas del sector demandan: una atención de calidad que contribuya a su desarrollo individual, les garantice una adecuada nutrición y le brinde a sus papitos la posibilidad de trabajar con la confianza del cuidado profesional que las maestras les proporcionarán.
Serán 57 niños entre los tres meses y los tres años de edad a quienes cobijará el Jardín Acunar ‘Malala’ en alianza con la Caja de Compensación Familiar Compensar. Con 6 salones para el desarrollo de actividades pedagógicas, un comedor en óptimas condiciones y una sala amiga para la lactancia, se potenciará la atención que las maestras les garantizarán. De esta manera, los componentes de procesos pedagógicos, nutrición, talento humano y, ambientes adecuados y seguros, logran la integración en armonía para mejorar la calidad de vida de los niños y sus familias.
Así lo manifestó Yarlenis Martínez, de 28 años y madre de Sara Valentina de tan solo 8 meses de edad, para quienes la apertura de ‘Malala’ significó un apoyo muy importante tanto para el cuidado de la bebé como para ella, quien podrá volver a trabajar. “Yo me dedicaba a la confección de pantalones.
Al lugar del trabajo llevaba a mi bebé pero por las motas que suelta el material me fue imposible seguir con la niña allá. No tuve con quien dejarla por lo que dejé de trabajar para cuidarla. Mi esposo, que trabaja en construcción, tuvo que asumir toda la carga económica del hogar y fue muy duro para nosotros por los problemas que eso nos causó. Ahora que logré inscribir a la niña en el jardín la situación nos ha mejorado”.
“Lo que más me ha gustado del jardín es que las maestras son muy atentas con los bebés. También que los espacios son higiénicos y seguros. Todo eso me da la confianza suficiente para ir a trabajar con la tranquilidad de saber que Sara Valentina está en muy buenas manos”, añadió Yarlenis.
Por su parte, el secretario de Integración Social, Jorge Rojas Rodríguez, resaltó la contribución de los jardines a la niñez de la ciudad. “Está demostrado que somos capaces de mover el mundo por la sonrisa de un niño o una niña. Ese esfuerzo lo estamos logrando gracias a la decisión de la Bogotá Humana de llegar a todos los barrios donde la niñez de la ciudad necesita protección. Este jardín infantil, que recibe el nombre de ‘Malala’, reconoce el derecho de cuidado y educación de la niñez”, indicó Rojas.
De la misma manera, reafirmó la importancia de desarrollar alianzas con entidades que están comprometidas con el bienestar de los pequeños. “Quiero agradecerle a Compensar por su interés en el beneficio y por los derechos de la infancia en Bogotá. Gracias a este esfuerzo conjunto, potenciamos la atención en los barrios de la ciudad”.
Bajo la misma línea se expresó Juan Manuel Rivadeneira, directivo de Educación, Recreación y Deporte de Compensar, quien reiteró el compromiso con la Secretaría en la ejecución de programas de atención integral a la primera infancia. “Para Compensar es importante seguir entregando elementos que contribuyan a mejorar nuestra sociedad. Con el equipo docente y nuestra experiencia atendemos a la población más importante, la niñez”.
Con el jardín los barrios de mayor influencia de la población vinculada al Acunar serán: Gran Britalia, El Vergel, Villa de la Loma, El Amparo y Chucua de la Vaca. De esta manera la Bogotá Humana llega a 98 jardines infantiles entregados entre 2013, 2014 y lo corrido de 2015, logrando que el Distrito cuente con un total de 419 jardines infantiles convencionales y no convencionales para la atención integral a la primera infancia.
Con la apertura de los jardines Acunar en la ciudad, y particularmente éste que lleva por nombre ‘Malala Yousafzai’, la Bogotá Humana cumple su compromiso por el bienestar de la primera infancia y sus familias.