• Los profesionales de la Estrategia Móvil de la Secretaría de Integración Social transforman la parroquia de un barrio de Ciudad Bolívar en un espacio multifuncional donde niñas, niños y adolescentes pueden aprender, jugar y reflexionar.
• A través de talleres artísticos, pedagógicos y psicosociales, buscan erradicar el trabajo infantil, involucrando también a las familias y cuidadores en el proceso.
• Jazmín Mantilla, residente de Villa Esperanza, destaca la transformación positiva en sus sobrinos desde que forman parte de la Estrategia Móvil.
Bogotá, D.C. 11 de junio de 2024. Para Paola, Cristian, Laura y Camila, de la Unidad Territorial de la Estrategia Móvil para la Erradicación del Trabajo Infantil Ampliado, acudir dos veces por semana a Villa Esperanza, un barrio fronterizo entre la parte rural y urbana en la localidad de Ciudad Bolívar, es una cita inaplazable. Caminan por trochas de barro y polvo que en los días de invierno se convierten casi en pistas de jabón. Este sector carece de carreteras, calles pavimentadas, nomenclaturas, servicios públicos, y espacios culturales y recreativos, además de contar con muy poca oferta institucional.
Durante las jornadas, que inician a las 8 de la mañana y finalizan sobre las 4 de la tarde, los profesionales de la Estrategia Móvil, con el apoyo de la comunidad, transforman la pequeña y básica parroquia del barrio en una galería de exposiciones, un sitio para la creatividad, un salón de lectura, un lugar para compartir, y un sitio de encuentro donde los chicos pueden aprender, jugar, trabajar en equipo, divertirse y hablar de su día a día, generando momentos de reflexión. Este escenario les permite desarrollar diversas actividades lúdicas y pedagógicas.
Los equipos territoriales aportan a la atención integral a través de acciones grupales interdisciplinarias: psicosociales, pedagógicas y artísticas con niñas, niños, adolescentes y sus familias, para prevenir y erradicar progresivamente el trabajo infantil en Bogotá. En territorios con difíciles condiciones socioeconómicas, donde hay riesgo de trabajo infantil, se garantiza que niñas, niños y adolescentes tengan acceso a la promoción, prevención, protección y restablecimiento de sus derechos en sus propios territorios, sean rurales o urbanos.
Paola Valderrama, psicóloga de la estrategia, comenta que en el sector pudieron identificar a algunos niños y niñas en riesgo de trabajo infantil por encierro parentalizado, lo que significa que algunos de ellos asumen roles de cuidado de otros familiares y de mantenimiento y limpieza del hogar, responsabilidades que no corresponden a su edad.
Sobre esta circunstancia, la profesional afirma: “En la Estrategia Móvil, las niñas y niños identificados en esta situación tienen un espacio donde pueden desarrollar sus habilidades para la vida, participar en talleres artísticos, pedagógicos, psicosociales porque este proceso es integral. También trabajamos con las familias y con cuidadores y cuidadoras que se involucran en el proceso y participan también en talleres y en orientación psicosocial de acuerdo a las necesidades particulares de cada caso”.
Desde la estrategia también se realiza la gestión para la articulación de acciones con otras entidades y se orienta a las familias para que puedan acceder a las rutas de atención de estas instituciones, de acuerdo a sus necesidades, con el propósito de acercar la oferta institucional al territorio y a las comunidades.
Jazmín Mantilla, residente de Villa Esperanza, quien actualmente tiene bajo su custodia a cinco sobrinos, hijos de sus dos hermanos, asegura que desde hace tres meses los niños forman parte de la Estrategia Móvil y eso ha sido de gran ayuda. “Muy pocas entidades llegan al territorio, por eso la llegada de la estrategia ha sido una bendición porque mis sobrinos han cambiado mucho. Aquí han aprendido que tienen sus derechos, han aprendido a respetar, a compartir y en realidad nosotros nos sentimos apoyados y valorados”.
Laura Montilla, educadora de la estrategia, comenta que “la propuesta desarrollada con los 32 niños y niñas participantes busca que a través de la técnica de foto bordado reconozcan su lugar, sus escenarios, reflexionando sobre lo que falta y se necesita en el sector como una forma de dar voz a los chicos haciendo un llamado de atención a quienes les corresponde llegar al territorio para cumplir con la garantía de derechos”.
Yeila tiene 8 años y asiste con su hermanita de 11 desde que la estrategia llegó a su barrio. “Me gusta venir aquí porque es muy chévere. También hemos aprendido a hacer manillas, hacemos música y me gusta mucho bordar. También hacemos salidas; fuimos a un parque y lo que más me gustó fue subirme a los tronquitos”.
Jazmín Mantilla concluyó: “Con la Estrategia Móvil sé que tengo un respaldo porque siempre me escuchan cuando necesito ayuda o una orientación, y la llegada de ellos ha sido maravillosa porque aquí no hay presencia de instituciones. Ellos vinieron al territorio a caminarlo, a intentar cambiar la vida de los niños y eso ha sido muy bonito. Estoy muy agradecida porque ellos no nos han dejado en el olvido”.