Poniéndole freno a la infracción juvenil

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Bogotá, junio 10 de 2019. “Quiero decirle a la Policía y a la Secretaría de Integración Social, que todo lo que se haga por los jóvenes, se verá muy bien reflejado en un futuro. Esto es algo de gusto, pero de sonar de oído en oído de los jóvenes, se convierte en una gran oportunidad que vale la pena aprovechar”.

La expresión nace de un joven que venía cometiendo delitos y que hoy ve una nueva oportunidad de vida, gracias a una prueba piloto que la Escuela de Equitación Policial ‘Coronel Luis Augusto Tello Sánchez’. En convenio con la Secretaría de Integración Social y la Alcaldía Local de Suba, adelantan con 15 jóvenes infractores y pertenecientes al Centro Forjar de Suba una nueva oportunidad haciendo que se sientan útiles.

La iniciativa, que nace de la Subdirección para la Gestión Integral Local de la Secretaría y la Policía, consiste en capacitar a los jóvenes en herraje, manejo integral en cuidado y mantenimiento de equinos.
 
 
 

Los beneficiarios, a quienes les ha comenzado a cambiar la vida, hoy cuentan con todo el apoyo de un grupo de profesionales, entre los que se encuentran trabajadoras sociales, psicóloga, oficiales y hasta abogados de la policía Nacional.

Es el caso de Martha Cristina Aldana Casallas, asesora jurídica de la Escuela de Equitación Policial, quien califica el proyecto que se maneja con el centro Forjar, como una iniciativa de resocialización y acompañamiento con oferta laboral para los chicos entre los 15 a los 18 años.

“Ellos aprenden a paladear los caballo, hacen trenzados, el aseo a la pesebrera, mantenimiento a los equinos, ya saben que alimentación se le debe dar. Los jóvenes reciben nociones de como aprender a identificar el cólico, saben cuáles son los síntomas de un caballo enfermo y darle los primeros auxilios mientras llegan los veterinarios. Luego sigue el proceso de herrería que consiste en ponerle los ‘zapatos’ al caballo y gracias al mariscal de herrería que les enseña lo básico: ¿cómo quitarles los cascos?, ¿cuándo deben cambiarse?, ¿cómo deben hacerlo? y además la podología, es decir hay caballos que requieren unas herraduras especiales por que tuvieron alguna enfermedad o lesión en el casco y se les debe moldear de manera especial” dijo la profesional.

Por su parte el beneficiario del centro Forjar de Suba, no duda en calificar como ‘vacano’ lo que hace y dice que es una experiencia completamente diferente. “Uno de citadino tiene la oportunidad de algo campestre en la ciudad, sale uno de lo rutinario, de los trancones y estamos en contacto con la naturaleza, con los caballos en su hábitat y el montarlos, hacerles aseo y comprenderlos es muy chévere”, dice.

“Ellos al igual que uno se acostumbra. No actúo con miedo a pesar que son animales imponentes. Uno no cree pero la vida de mucha gente depende de los caballos y hay personas que las contratan para que les hagan el aseo en pesebreras afuera de Bogotá y es muy bien remunerado”, agrega el joven.

Para el Mayor de la Policía, Wilmar Leonardo Bernal Pérez, y director de la Escuela de Equitación Policial, se está aprovechando el tiempo libre de los muchachos y se les brinda una inclusión social, que consiste en darles una expectativa diferente por medio de capacitaciones, como una prueba piloto, que hasta el momento deja un balance exitoso.

“Buscamos que se capaciten en forma adecuada y no vuelvan a reincidir en sus infracciones y vean una expectativa de vida diferente. No faltan, no hay deserción y les gusta, además que hay afinidad con el equino, el aprendizaje es exitoso. Al principio el proceso de adaptación es difícil, hay resistencia de ellos porque por una infracción la policía los cogió y los privó momentáneamente de la libertad y tienen que llegar a sentarse frente a un uniformado. Pero en poco tiempo confirman que detrás de un uniforme también existe una persona que tiene las mismas necesidades de ellos, entonces nos hemos vuelto amigos, nos ven como profesores y no como Policías”, dice el Mayor.

De acuerdo con el director, los jóvenes tienen una gran oportunidad en la parte laboral pues ya se han recibido ofertas de clubes de equitación para palafreneros o cuidadores de caballos en diferentes competencias de equitación de Bogotá y Cundinamarca.

Otro de los beneficiarios destacó: “aquí estoy aprendiendo todo lo de los equinos, me gusta y nos deja una experiencia para el trabajo. Los caballos son peligrosos pero hay que saberlos tratar. Hay unos espacios que ellos tienen y hay que respetárselos. Nos toca pasar por donde no pateen, ellos ya nos tienen confianza y esto fue lo primero que nos enseñaron, a estar bien ellos y ellos con nosotros. Los caballitos nos conocen por el olor y cuando sienten nuestro aroma, relinchan porque ya nos conocen, esto es muy bueno para nuestro futuro”, dice.

Al final del proceso, el Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA), les realiza un examen teórico y uno práctico y los certifica, con la oportunidad de ofertas laborales gracias a las ligas y los clubes de equitación afiliados a la Federación Colombiana de Ecuestre

Gracias a estos proyectos de inclusión social, Bogotá se ha convertido en una de las ciudades que cada vez tiene menos jóvenes participando en delitos. Al comparar las cifras de delincuencia juvenil, de 2015 con 2018, se evidencia que se presentó una disminución del 32%.

Cuando inició la administración Peñalosa, 7.930 menores de edad participaron en la comisión de delitos según los registros de la Fiscalía General de la Nación, mientras que en 2018 este indicador bajó a 5.384.

Las aprehensiones de adolescentes y jóvenes también disminuyeron 44%, en este mismo período. Mientras que en 2015 se presentaron 4.995 casos, en 2018 se registraron 2.809.

A través de los Centros Forjar, la Secretaría Distrital de Integración Social, ha logrado atender 1.577 adolescentes, quienes se encuentran vinculados al Sistema de Responsabilidad Penal (SRPA). Se logró la graduación de 2.240 jóvenes en formación técnica laboral como: atención en Call center, auxiliar administrativo, auxiliar en logística, mercadeo y ventas en establecimientos y auxiliar de cocina, desarrollando competencias laborales, habilidades y destrezas necesarias para la inclusión laboral e igualmente sensibilizó a 13.905 Jóvenes en prevención de consumo de sustancias psicoactivas (SPA), entre otros logros. 

 
 
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