Niños y niñas, grandes protagonistas en las olimpiadas de colores

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Bogotá, noviembre 1 de 2019. Por cuarto año consecutivo, el sol radiante permitió que la alegría, las sonrisas y el orgullo se apoderara de cerca de 400 niños y niñas, quienes demostraron que no hay nada que pueda impedirles ser unos campeones.

Se trataba de la participación de niños y niñas, entre los 10 meses y los 5 años, usuarios de los jardines infantiles y del centro crecer de Kennedy, pertenecientes a la Secretaría de Integración Social, los cuales participaron en 11 disciplinas deportivas, ocho tradicionales como el fútbol, bolos, relevos, atletismo, ciclismo, tiro al aro, circuito sensorial, carrera de obstáculos y dos ancestrales como el zapallos y porotos y una paraolímpica, Boccia, en el marco de las ‘IV Olimpiadas de Colores’.

El epicentro fue el Polideportivo del barrio Castilla, donde niños y niñas con discapacidad y regulares, demostraron sus habilidades y destrezas en el deporte.
 
 
 
 

“Durante cuatro años consecutivos el realizar este evento, es el resultado del trabajo conjunto entre todas las instituciones que velan por el cuidado de las niñas y los niños. Reconozco esa gran labor que cumple el equipo de educadoras especiales, la coordinadora de infancia, todo el equipo de trabajo, la estrategia entre pares que conjuntamente con los padres de familia tienen dedicación y amor y se entregan al servicio de los pequeños que necesitan mucho más apoyo en su desarrollo motriz”, dijo Luis Alberto Donoso Rincón, subdirector local de Kennedy.

Pero el gran atractivo durante el desarrollo de las justas deportivas, lo protagonizaron el grupo de educadoras especiales, quienes en el centro del escenario entonaron el himno de Bogotá, a través de la lengua de señas o lengua de signos, demostrando que con los niños y niñas con discapacidad auditiva, pueden establecer un canal de comunicación con su entorno social, especialmente para facilitar la atención que les brindan en cada uno de los jardines de la Secretaría de Integración Social.

Lorena Hernández como representante de las educadoras especiales, destacó las ‘Olimpiadas de colores’, como un gran sueño que hoy se materializa celebrando la diferencia y la diversidad en un ambiente inclusive sensible y accesible.

“Este gran sueño, tiene que convertirse en olimpiadas distritales, porque los niños y las niñas son nuestra razón de ser. Enriquecen nuestra profesión y sin duda alguna son nuestros principales maestros. Por y para ustedes, somos mejores seres humanos”, destacó la servidora.

El grupo de deportistas estuvo conformado por 9 niños y niñas de cada unidad operativa, entre las que se destacan los jardines infantiles Luisa de Marillac, Patio Bonito Satélite, Pio Xii, Villa Rica, Visión de Colombia, Mi Pequeño Mundo, Risitas Infantiles, Tintalito Sdis, Nuestra Señora de Guadalupe, Creciendo Felices, La Unidad, Alquería La Fragua, Mis Primeros Trazos, Argelia, Ciudad de Bogotá, Cafam Bellavista, Gran Colombiano, Metro, Amigos Por Siempre, Materile Lire Lo, Casita de Ilusiones , Pepaso, Khpy Zxuunwesx Nietos del Trueno, Campo de Sueños, Juegos y Aventuras, Caracol, Semillas del Futuro, Brisas de Alegría, Creadores de Sueños, Lucerna, Amas de Casa Jakeline, Britalia, Class, Delicias, Jairo Anibal Niño, Amigos De Jesús y Maria, Kennedy Sala Cuna, Aula Bilingüe, Tintalito Social, Igualdad y el Centro Crecer de Kennedy.

Antecedente histórico del día de colores y las justas deportivas

La celebración del Día Blanco es impulsado inicialmente por las asociaciones de padres de personas con discapacidad, quienes a partir de 1986 organizan encuentros a nivel nacional de padres de familia con niños de esta población, donde se tratan temas como: la atención y el reconocimiento de ellos a nivel social y realizando gestión con entes distritales y nacionales.

Teniendo en cuenta lo anterior, el equipo de educadoras especiales de la localidad de Kennedy desde el año 2012, retomó la importancia del Día Blanco y en el marco de las políticas públicas que están encaminadas a garantizar la disminución de la segregación, la participación, el reconocimiento y la debida atención de la población en condición de discapacidad, contemplaron el aspecto educativo dentro de los diferentes contextos de esta población y en el ejercicio de estimular y promover practicas inclusivas a partir de las diferencias, más allá de las condiciones.

Esto con el fin de reevaluar los espacios y escenarios que promueven o resalten una condición, pero que además permitan una transformación de imaginarios culturales de diferentes poblaciones o condiciones. De esta manera se comenzó a fomentar un reconocimiento anual donde todos puedan vivir una fiesta en donde se celebre la diversidad y la diferencia a partir de las capacidades de cada uno de los niños y las niñas, familias, agentes educativos y en general de la comunidad educativa.

Es allí donde nació el ‘Día de colores’, celebración que se lleva a cabo a partir del 2012 un 1 de noviembre, donde todos y todas tienen un tiempo para compartir y aprender de cuan diferentes y diversos somos todas y todos y la importancia de resaltarlo con sentido de admiración, construcción social y cultural.

Y es para el año 2016 cuando se realizaron las I Olimpiadas de colores enmarcadas en los juegos olímpicos y paralímpicos realizados en Rio de Janeiro Brasil, los cuales estuvieron enfocadas en deportes de competencia que a su vez tenían los ajustes pertinentes para que todos las niñas y los niños pudieran participar de ellos de forma equitativa de acuerdo con sus habilidades, destrezas, y capacidades.

Dicha experiencia se vive en varios momentos desde el mes de octubre de cada año, donde se cuenta con un proceso de pilotaje, entrenamiento, eliminatorias, competencias en las olimpiadas y la premiación, espacios que permitieron que los valores olímpicos predominaran en las niñas y los niños como son la igualdad, equidad, trabajo en equipo, amistad, respeto por el otro, solidaridad, y la cooperación, entre otros, fueran asumidos como propios y que las familias se llevarán un gran regalo y una tarea para el resto de sus vidas.
 

 
 
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