Así opera el grupo que rescata a habitantes de calle del “infierno”

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 ¿Sabe por qué me animé a ir al centro? Porque allí, hay gente que nos ayuda. Con esta frase Julio César López, un habitante de calle que dormía debajo de los puentes de la calle 26 con carrera 3, explica que asistirá a los centros de atención integral de la Secretaría de Integración Social porque en ese lugar lo acepta sin ser indiferentes, y hay gente que lo pueden apoyar para no volver a la calle.
 
Julio César aceptó la invitación del grupo de Contacto Activo que durante las 24 horas del día recorre los puntos neurálgicos de la ciudad con presencia de habitantes de calle, invitando a aquellos que tienen como refugio los puentes, andenes, túneles de Transmilenio y cualquier lugar que los pueda proteger del frio y los aleje de las miradas que rechazan su estadía en el espacio público de la ciudad.
 
No es una labor fácil. Para pertenecer a este grupo especializado, además de tener agallas para entrar a peligrosos sitios con fuertes olores, hay que desarrollar una sensibilidad que permita abordar con tacto a una población que hoy se encuentra en la retina de la opinión pública, luego de que la administración distrital decidiera ‘meterle el diente’ a la problemática social y urbanística del Bronx, en el centro de Bogotá.
“Aunque el esfuerzo de la entidad se ha concentrado en los últimos días en atender a la gente que llega del Bronx, Contacto Activo sigue recorriendo las demás zonas de Bogotá para invitar a los habitantes de calle a que vayan a los centros y dignifiquen su condición”, señala Carlos Martínez, coordinador del grupo, quien dirige a 120 personas que en tres turnos diarios caminan por las avenidas para rescatar a estas personas que en su mayoría se ahogan en las adicciones.
 
 
A la conquista de las calles
 
En esta ocasión la ruta que se trazó al iniciar la jornada contempló que el grupo subiera por la calle 26 entre la Avenida Caracas y la carrera Tercera. En el primer acercamiento realizado, a la altura de la carrera Décima, se sensibilizaron a tres personas. Dos accedieron a subirse a la camioneta, el restante agradeció la oferta pero dijo que no. Fue un buen comienzo, porque muchos contestan negativamente.
 
Al seguir, una de las promotoras sociales comentó: “vamos a buscar al ‘Pirata’ que siempre duerme aquí arribita”. Efectivamente el ‘Pirata’ dormía donde acostumbra cuando fue contactado. Se nota que volvió a este mundo cuando le tocaron la espalda y al mirar de reojo, cuatro personas de chaqueta azul lo saludaron y le dijeron que fuera a desayunar con ellos al Centro de Acogida.
 
Pero el ‘Pirata’ como casi siempre dijo que no, mientras sobaba la mano de la promotora que le hablaba casi con dulzura, tratando de conquistar su lado racional y poder convencerlo de abandonar, así sea por unas horas, el duro cemento y salir del trance que le produjo una noche de consumo de bazuco y ‘chámber’ –bebida rústica que combina alcohol y frutiño-.
 
Al llegar a la carrera Tercera empezaron a divisarse otros habitantes de calle, distribuidos en un puente peatonal, el túnel vehicular y un parque. El grupo se repartió en dos equipos de cinco promotores para poder hablar con todos. Otros tres jóvenes accedieron a subir a la camioneta y de inmediato comenzaron una charla con los primeros dos que se habían decidido cuadras abajo. Sorprende ver cómo se conocen y saben por dónde se mueve cada cual, como quien controla los linderos de una finca. El Bronx es el tema del día en su conversación.
 
“Ya me aburrí de estar trabado y sin comer. En la calle vive uno con susto y así no aguanta”, confiesa Arley Díaz, un habitante de calle que desde hace tres años vive en esta zona cercana a las Torres Blancas y la Universidad Jorge Tadeo Lozano. Con su acento antioqueño comenta junto al ‘Flaco’ que es mejor volver al Centro de Acogida porque la calle se está poniendo muy dura.
 
 
Nuevas opciones de vida
 
Ya de regreso al centro y con un botín de cinco habitantes de calle en su haber, los integrantes de Contacto Activo solicitan al conductor pasar por un punto en la avenida Caracas con calle 23 donde pueden completar el cupo de la camioneta. Al llegar al lugar, se encontraron con más de 30 habitantes de calle que saludaron con familiaridad a los promotores sociales. En esta ocasión, casi sin tener que apelar al discurso de convencimiento, otras seis personas se despidieron de sus ‘parceros’ y se fueron.
 
Finalmente, diez hombres y una mujer llegaron al Centro de Acogida donde tuvieron la posibilidad de tomar un desayuno, bañarse y mirar con otra perspectiva las opciones de vida que en adelante se pueden presentar. Por su parte, los hombres y mujeres de Contacto Activo cumplieron uno de los casi de 1500 recorridos que mensualmente realizan buscando arrebatarle a las calles a los habitantes de calle que voluntariamente comienzan un proceso de recuperación.      

 

 
 
 
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