Poemas que nacieron del infierno

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Plasmados en hojas cuadriculadas de un viejo cuaderno argollado Paola Celis Barrios, una exhabitante de calle, tiene escritos más de 50 poemas de su puño y letra.

Todos, absolutamente todos, tienen en sus letras las señales del mundo de la calle que habitó por más de 10 años. Es literatura que pareciera provenir del infierno. Está marcada por las drogas, los golpes y las violaciones.

Sus poemas le permiten contar sus vivencias  y se acelera para narrarlo todo; ella deambulaba por las calles, golpeada, maltratada y violada. Su debacle empezó con la marihuana, luego el ‘perico’ y  la ‘pipa’. Viviendo en soledad y tristeza en la calle, sintiéndose menospreciada, con la rabia de no recibir  un pan y desquitándose de la gente  que se le atravesaba, ahora reconoce que la deben perdonar y asume como equívoca su adicción.

Ésta mujer, que con sus poemas busca ser luz para tantos seres que deambulan en la oscuridad, es la poeta de ‘El Camino’, el centro de atención de la Secretaría Distrital de Integración Social donde residen cerca de 100 exhabitantes de calle que, como ella, buscan una luz tras el ébano que los acompañó por años.  Con sus líneas de motivación y nuevos horizontes, siente que la vida le ha dado  otra oportunidad  y quiere ponerle fin a su adicción que la separó de su hijo de 7 meses.

La ayuda psicológica y terapéutica que recibe en ‘El Camino’ le permitieron reflexionar  y curar las heridas de muchas  noches oscuras y aterradoras. Cuando Paola  empezó a escribir  poemas en el hogar sintió tranquilidad. Motivó a  sus compañeros y escapó de la soledad, soñando con superar su problema de droga y regresar a su casa con los suyos. Aunque su familia no  la acompañe en este proceso quiere  salir fortalecida, estudiar y progresar en su vida.

“La calle es dura y hay momentos muy difíciles. La lluvia, el frío, el hambre y la droga no dejan nada bueno, se debe salir y tomar conciencia”. No sonríe cuando lo dice. Los recuerdos la nublan y prefiere escribir. Así sale del infierno en que vivió, aunque sus letras vengan del mismo infierno.
 

Una súplica

“Adelante drogadictos caminantes un día encontrarás la paz, al verla tan cerca, miedo no  sentirás, no temas ella viene lenta pero arribara. Tendrás al  andar tu paz tu eterna y  temprana paz, tropezar, caer, levantarse por estrechas rutas oscuras, abismos de fatigas extrañas, caminos de soledad dirás para justificarte que nadie sabe amar. Que tu amor no encuentras a quién dar,  siempre has de solo transitar. Hallarás angustias  y miseria y una rosa y sin droga para caminar. Adelante viajero caminarás sin hallar la paz , caminarás para hallar en un callejón la paz, la paz temprana  y eterna”.

Paola Celis Barrios
 
 

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