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Con una mezcla de nervios y ansiedad Norma Bocanegra, exhabitante de la calle por más de 15 años en Bogotá, ingresó muy puntual al Palacio de Liévano, en donde el alcalde mayor de Bogotá, Enrique Peñalosa, le aguardaba para entregarle el reconocimiento de la ciudadanía, reflejado en un diploma de grado por su aprendizaje en artes y oficios.
Con una mirada profunda y enternecida por las lágrimas, esta vez de felicidad, Norma se sentó en las sillas del Auditorio Huitaca, y rememoró su pasado, uno lleno de oscuridad, frío e incertidumbre.
“Me mantuve en la calle durante años. Fui ladrona, hice de todo por consumir droga, no me importaba nada ni mi familia. Lo que quería era consumir. Me mantuve en los sectores de ‘Cinco Huecos’, en el ‘Samber’ y en ‘El Bronx’. Allí en ese infierno presencié muchos horrores, vi morir muchos amigos con los que yo parchaba”, cuenta mientras evoca esos momentos.
“Mi apariencia me impidió asistir al funeral de mi madre. Me daba pena que me vieran así tan... Me le escondía a mi hijo y sentía por dentro un enorme dolor porque por andar consumiendo perdí los mejores momentos para compartir con él”, recuerda.
“Yo le pedía mucho a Dios de que me ayudara y me sacara de esa vida y fue cuando me topé con esos ángeles de Contacto Activo, (equipo de Integración Social). Esos ‘pelaos’ arriesgan su propia integridad y lo buscan a uno en caños y en las ollas pese a que uno huele a ‘diablos’. Se acercan a invitarlo a los hogares para iniciar una nueva vida”, sentencia con una inocente sonrisa.
“Hoy gracias al cuidado del personal de la Secretaría de Integración, digo Sí se puede. Estoy recibiendo una formación y mi meta es liderar un proceso con mujeres que vivieron lo que yo pasé para poder salir adelante”, afirma.
Y fue así como Norma pacientemente después de ver pasar 179 compañeros al escenario, respondió al llamado de Richard Romero, el subsecretario de Integración Social y el padre Wilfredo Grajales, director del Idiprón, quienes junto con el alcalde Peñalosa le entregaron el diploma en cocina, el primero de muchos éxitos que se abren en la nueva vida de esta valerosa mujer.
“Gracias Alcalde por acabar con ese infierno del Bronx, por creer en nosotros y volvernos a hacer sentir seres humanos”, dijo Norma, con la frente en alto y una gran sonrisa antes de abandonar el escenario.
Para Richard Romero el subsecretario de Integración Social es un gran orgullo la cristalización de estos logros en la graduación de 180 exhabitantes de la calle, ya que sus avances les permiten apoyarse en sus redes familiares, lo que genera un buen ambiente para acceder a oportunidades laborales y continuar de buena manera sus procesos.
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