Bogotá, 18 enero de 2018. Ángel Emerson Sánchez lleva 19 años en la calle. Por fortuna según él mismo comenta, se salvó de la tragedia ocurrida hace algunos años en Armero (Tolima), y todo gracias a que una semana antes de esa catastrófica madrugada, salió siendo muy joven de allí rumbo a la capital del país. Lo único que no sabía a esa edad, era el infierno que la vida le tendría proyectado una vez se fumó su primer ‘pata’ de bazuco. Un cigarro que lo llevó a lo más bajo.

La familia entera no tuvo la mejor suerte. Todos perecieron en la tragedia ese día. Desde pequeño llegó a la calle y allí empezó un largo recorrido entre el humo del bazuco, el sabor del ‘perico’ y la fuerte droga que se le atravesara por el camino para probarla.

Por muchos años deambuló por ‘El Bronx’, entre ‘fumada y fumada’ tuvo que ver muchos nuevos ‘sayas’ y percibir el desagradable olor de la muerte que con frecuencia rondaba su entorno. “En ‘El Bronx’ se veía de todo. Cuando llegaban ‘sayas’ nuevos, ellos cambiaban todo, el que robaba adentro o se metía en malas ‘vueltas’ se lo cargaban para el otro mundo”, comenta ángel entrecruzando los dedos de sus manos y persignándose invocando agradecimiento a su Dios personal.

Como él mismo asegura, ha aprovechado de los buenos servicios que los ‘Ángeles Azules’, le han brindado. Casi siempre está atento de los mensajes y las invitaciones que ellos hacen a diario en la calle. Con frecuencia asiste al hogar de paso ‘Bakatá’, pero desafortunadamente le falta aún un 40 por ciento de voluntad, según él comenta, para alejarse de la calle y vincularse a un proceso de recuperación.

Hoy Ángel como siempre lo hace, se ha vinculado a las jornadas de desarrollo personal que la Secretaría Social brinda constantemente a los habitantes de calle. Estas actividades consisten en prestar un servicio en diferentes sectores de la ciudad las cuales no tienen cerca un hogar de paso y en donde pueden encontrar servicios de aseo personal, duchas, alimentación, orientación profesional, ropa limpia y hasta servicios de peluquería, entre otros beneficios.

La jornada que para esta semana tuvo como punto geográfico realizarse en el sector de la Calle 41 con Av. Caracas, contó con la participación de más de 70 habitantes de calle, quienes acudieron al llamado a través de la oferta de los ‘Ángeles Azules’, quienes recorrieron todo el sector de Chapinero brindándoles la oportunidad de ser trasladados al punto asignado y allí sumarse a la actividad.

Emerson Sánchez, que para el día de hoy terminó estrenando nuevo ‘look’ gracias a su paso por la peluquería, también se animó a tomar esa decisión que tenía merodeando desde hace días en su cabeza. Gracias a la orientación psicosocial que le brindó un ‘Ángel Azul’,

Emerson decidió definitivamente tratar de vincularse a un proceso de recuperación personal. Con morral al hombro, recién bañado luego de casi quince días de no hacerlo y con una nueva ropa, empezó a dar el primer escalón para lograr sus futuros sueños. “Siempre he querido ser Ingeniero de Sistemas, aprender muchas cosas, todo lo que me ofrezcan, quiero superarme y dejar esta vida que me tocó vivir”, afirmó Emerson, quien al mismo tiempo está subiéndose al carro que lo trasladará al hogar de paso.

Las casi 110 jornadas desarrollo personal que durante el año 2017 se realizaron en varios sectores de Bogotá, lograron brindar una atención a más de 2.689 habitantes de calle. Para el año que inició van 13 jornadas y se espera poder superar la meta del año inmediatamente anterior. Las jornadas cuentan con equipo de drenaje de residuos, carpas desmontables, sillas y elementos para peluquería, sistema de duchas, elementos de aseo como: cepillos de dientes, cojines de desodorantes, shampoo, crema dental, cepillos y peinillas para peinar.

Talco para los pies, crema de manos y ropa interior para hombre y mujeres. Todos estos elementos son entregados de manera gratuita una vez el habitante de calle se vincula a la actividad.

A la fecha la Secretaría de Integración Social cuenta con doce centros de atención para la población habitantes de calle, de los cuales cuatro de ellos son hogares de paso en donde a diario esta población acude a los servicios.