Recibió su diploma de bachiller, tras 35 años en las calles: otra vida que vuelve a soñar

Imprimir

 

 
Bogotá, 4 de diciembre de 2018. A John Alexander Mahecha, como dice él mismo, sus pulmones le “hablaron al oído y le suplicaron que no lastimara más su cuerpo”, como venía haciéndolo desde hacía 35 años atrás, cuando decidió cambiar el deporte y el estudio por el sofocante humo del bazuco y las drogas.

Luego de pasar parte de su vida en la calle, en medio de las miles de alucinaciones, producto de cientos de ‘bichas’ de bazuco fumadas, muchas noches en medio de largas ‘trabas’ en el ‘Bronx’ y algunas cuantas humillaciones durante sus días como ‘cotero’ en la plaza mayor de mercado de Bogotá, hoy logra dejar ese pasado atrás. No solo ha dejado las calles y el vicio. Adicional a este primer triunfo, ese día que decidió abandonar la droga también se propuso culminar el bachillerato que dejó tirado tiempo atrás.

Desde los trece años de edad, empezó a habitar la calle, trabajaba en los viejos pero tradicionales ‘San Andresitos’ de la ciudad; lugares en donde el comercio y las ventas ambulantes eran fuente de ingresos de muchas personas. Allí cuidaba carros y hacia ‘vueltas’. Luego de ese paso, decidió irse lejos de la ciudad. El rumbo nunca fue algo planeado. De pueblo en pueblo iba andando, hasta que finalmente llegó a San José del Guaviare.
 

“En ese lugar me dedicaba a ser ‘merquero’, conseguía droga para algunos carteles en esa época, pero me calenté con uno de los duros y me fui. Después de esos viajes, terminé siendo comerciante de todo lo que salía, claro sin los documentos al día, pero vivía de eso”, recuerda John hoy, un poco más consciente de las malas acciones de su pasado.

Retornó a la ciudad y su paso por la calle lo llevó casi hasta los 35 años de edad. Llegó finalmente a ser ‘cotero’ en ‘Corabastos’ por esas casualidades de la vida. “No era el trabajo que yo deseaba, pero allí podría cargar cosas, obedecer y conseguirme para mi vicio sin molestar a nadie, sin quitarle el dinero a otro”, comenta John afligido por ese pasado.

Aunque recibía dinero partiéndose el ‘lomo’ todo el día, cuando mencionan lo duro que es ese trabajo de ‘cotero’ recuerda que igual todo se lo fumaba. Iba al ‘Bronx’ a meterse sus ‘sustos’ hasta que finalmente su cuerpo le cobró tanto golpe de la vida.

“Yo me la pasaba por los lados de la localidad de Kennedy ya que me quedaba cerca del trabajo. Allí ya estaba muy enfermo. Vivía muy mal de los pulmones. Una vez me llegaron allá unos muchachos, dizque los ‘Ángeles Azules’. Ellos me decían que me podían ayudar a salir de la calle y volver a tener sueños y metas. De ahí me llevaron al hogar de paso ‘Bakatá’ donde empecé a recuperar mis hábitos de aseo, alimentación, volví a dormir en una cama caliente y los más importante recuperé el amor de mi familia.

Gracias al interés por salir adelante, John continuó su proceso de recuperación y decidió vincularse a los cursos de formación en artes y oficios que el ‘Centro Para el Desarrollo de Capacidades’, de la Secretaría Social, le ofrecía para participar meses atrás. Aprovechó también para inscribirse de nuevo y volver a empezar a estudiar, o mejor, poder finalizar su bachillerato como “Dios manda”.

Aunque toda una vida en calle, nunca perdió el gusto por leer y esto le ayudó mucho para no perderle el cariño a los libros y las tareas. John acepta que estudiar química, física y algo de matemáticas, le iba ‘sacando canas’, pero con mucho esmero, logró superar esos difíciles problemas matemáticos, pero simples para todo lo que él había afrontado en calle.

Hace algunos días atrás, recibió de manos del director del colegio donde validó sus estudios, su tan anhelado diploma de Bachiller. Noveno, décimo y once fueron lo grados que finalmente terminó con muchos honores logrando una meta más para su vida. Hoy hace parte de los 96 ciudadanos exhabitantes de calle vinculados a los centros de atención de la Secretaría Social quienes recibieron durante el último trimestre del año, formación en artes y oficios.

“Desde el Centro Para El Desarrollo de Capacidades se llevó a cabo la entrega de 96 certificados a ciudadanas y ciudadanos que han recibido formación ocupacional, todo gracias a las gestiones y articulaciones a nivel institucional con el SENA, Universidad Católica de Colombia, Biblioteca Virgilio Barco y el CDC de Bellavista; logrando capacitación en temas como natación, talla y pintura sobre madera, emprendimiento, auxiliar trabajador de la madera, manipulación de alimentos. Además, sistemas básico mantenimiento de celulares 1 nivel, servicio al cliente, alfabetización informática mercadeo y ventas. Torno y fresa, manejo básico de maquina plana y fileteadora, soldadura, diplomado en administración y gestión comunitaria y mantenimiento de bicicletas gama baja”, menciona Giovanny Jiménez, líder del Centro para el Desarrollo de Capacidades.

“Con esta formación he recibido más herramientas para al finalizar mi proceso de recuperación en la ‘Comunidad de Vida El Camino’ buscar un empleo. Tengo mi diploma de bachiller, quiero continuar estudiando y superándome cada vez más. Los días en que me dedicaba a trabajar como ‘cotero’ y cargaba bultos a mi espalda, pensaba en poder dejar un día todo esto, volver a estar tranquilo, sin el vicio y porque no, empezar de nuevo a estudiar. Hoy puedo decir que sí es posible volver a soñar, gracias a la ayuda que nos brinda la Secretaría Social a todos los habitantes de calle”, afirma John, hoy feliz posando para la foto con su diploma en la mano.

 
Facebook