“¿Yo con el perro afuera? No estaría aquí socializándome, sino consumiendo droga”

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Bogotá, febrero 5 de 2019. Sangraba a borbotones. Tenía una herida ocasionada por una navaja en su vientre. Junto con él, muy cerca, otro cachorro se debatía entre la vida y la muerte. Al verlos, Wilmar Vargas solo atinó a recogerlos y llevárselos. Uno de ellos murió. El otro hoy es su ilusión para vivir. Así empezó la historia de amor de ‘Negro’ y este capitalino.

Completó 40 años, de los 46 que tiene, viviendo y durmiendo sobre el asfalto de la ciudad. Recuerda que llegó a ella desde muy temprano. “Yo en las calles estoy desde los 6 ó 7 años porque quedé huérfano. Desde muy niño. En ellas perdí la salud, me han herido con cuchillo y pistola por estar donde no debería estar, incluso en una machetera, en Armenia, (Quindío), perdí una mano por rebeldía.

No consume drogas hace dos meses. Lo asegura seguro, como quien encontró por fin el camino después de muchas noches perdido, y se le abre diáfano, tranquilo, prometedor.

“Me estoy dando la oportunidad. Ya no meto vicio pues después de que uno quiera uno puede, y voy para adelante”, sentencia sonriendo. Ahora lo hace todos los días y más sabiendo que ‘Negro’ está muy cerca de él.
 
 

“Sí señor, me la estoy dando”. Repite con fuerza y refiriéndose a la oportunidad. “Gracias a que puedo estar con mi perro, porque yo como voy a estar en un lado y mi perro aparte, si el perro es mi familia, ¿yo que hago con el perro afuera?, pues no estaría aquí, no podría estar en ningún lado socializándome sino estaría consumiendo droga. Ese perro para mí, mi vida, ese perro es como mi hermano, el perro es como mi hermano, pues yo no tengo familia alguna, el perro me divierte, el perro es mi compañía”, dice Wilmar.

Entró al nuevo ‘Hogar de Paso para Carreteros y Mascotas’ desde el 24 de diciembre, día que se puso en marcha, en prácticamente un plan piloto. El hogar es el primero de su tipo en el Distrito y prácticamente en Colombia. Es una apuesta que hace la alcaldía de Enrique Peñalosa, por hacer más atractiva la oferta en los centros de recuperación, y así continuar salvando vidas a diario.

“El hogar, la realidad, todo perfecto. La realidad me siento cómo emocionado de saber que ‘Negro’ está aquí cerquita. Al perro me lo desparasitaron, me le pusieron un chip, me le dieron un purgante y me lo alimentan a diario. Me gustaría que otros compañeros supieran que ya hay un centro donde usted puede venir con su perro, su perra, su gato y se lo van a cuidar muy bien, va a estar bien, le van a dar asilo y se lo están cuidando con amor”, finaliza mientras evoca que se enteró del nuevo hogar gracias a un promotor, quien lo vio sufriendo, y le dijo que ya no tenía excusas para no recuperarse, porque ya existía donde centenares como él podrían ir con sus mascotas.

‘Negro’ más que su mascota, es su familia.

 
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