Persona mayor dejó una alcantarilla para aceptar los servicios de Integración Social

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• Roberto Martínez vivió 13 años en una red del Acueducto de Bogotá.

• Un radio de pilas era la compañía del adulto mayor

• Los ‘Ángeles de calle’ lo rescataron para llevarlo a un hogar digno.

Roberto Antonio Martínez Lozano abandonó lo que fue su hogar durante 13 años en una fría y oscura caja de la red del acueducto de Bogotá, en cercanías al Parque Simón Bolívar. Su próximo cumpleaños, el 73, lo celebrará ahora en el Centro Día Noche Restrepo 2, perteneciente a la Secretaría de Integración Social, donde recibirá un trato digno.

La historia cambió para este magangueleño cuando le dio el sí al equipo de los ‘Ángeles de calle’ y aceptó salir de ese improvisado hogar para recibir la atención digna y profesional que brinda el Distrito a través de los servicios que ofrece Integración Social para personas mayores que como don Roberto viven en las calles.
 

“Esta mañana tuve la mejor sorpresa de mi vida cuando se me acercaron unos muchachos vestidos de blanco, como unos ‘ángeles’, y sentí una energía muy bonita. Ellos me hablaron de que tenían para mí un lugar con comida y techo dignos.Ni lo dudé y de inmediato acepté”, cuenta emocionado don Roberto.

Instantes después don Roberto se puso un traje que le había regalado alguien hace poco y en silencio, como en un ritual, miró hacia la red de acueducto y se despidió de lo que fue su morada para iniciar un nuevo camino al lado de los ‘Angeles de la calle’.

Ansioso, Roberto Martínez ingresó a una camioneta que lo condujo a su primera parada, el Hospital de Chapinero, donde fue valorado por el personal médico que lo encontró en buenas condiciones de salud.

El segundo destino fue el centro de Bogotá, donde se le realizó la prueba de covid. Maravillado por el hermoso atardecer bogotano, don Roberto no paraba de dar gracias y pidió de manera jocosa que si era un sueño no se le despertara.
 
 
 

“Yo soy hijo de habitante de calle y fue lo que heredé. Hoy siento que la vida me premió y me dio lo que siempre pedí: vivir mejor. Estoy muy contento porque sé que voy para un hogar rodeado del cariño de las personas”, dijo.

Ya rumbo al nuevo hogar de don Roberto, un par de lágrimas se le escaparon y fueron a refugiare detrás del tapabocas. Ya en el Centro Día Noche Restrepo 2, fue recibido con cariño y afecto, y todas las medidas de bioseguridad que tiene el lugar para proteger la vida de las cerca de 50 personas mayores que reciben atención.

Para Camila Bahamón promotora social de adultez la jornada fue más que gratificante. “Es un reconocimiento a nuestra labor. Los ciudadanos habitantes de calle no siempre aceptan nuestra oferta de servicios. Estoy satisfecha porque diariamente estamos ayudando con la resignificación de los derechos de las personas que carecen de un techo. Estoy muy feliz, es un logro frente a nuestros esfuerzos diarios recorriendo cerca de 10 kilómetros, para que personas como don Roberto acepten la oferta institucional”, señaló.

Ahora Don Roberto tiene una cama digna y comida caliente y nutritiva, y está rodeado de profesionales calificados. Durante su primera temporada entrará en una cuarentena rigurosa para salvaguardar su integridad y la de los demás participantes del servicio.
 

 
 
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