“La discriminación es algo anticuado”: Xinia Navarro, frente a situación de habitantes de calle

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● Lo humanístico y el respeto de los derechos humanos son los enfoques primordiales para atender a los ciudadanos habitantes de calle.

● La secretaria, Xinia Navarro, hizo un llamado a no discriminar las poblaciones más vulnerables.

● En el foro ´Habitabilidad en calle: Una visión de la otra realidad´ se enumeraron las estrategias para abordar los temas de habitabilidad en calle.

Bogotá, 7 de septiembre de 2020. La discriminación, el rechazo y la exclusión son algunas de las situaciones que viven a diario los ciudadanos habitantes de calle, y en tiempos de pandemia ese fenómeno parece ahondarse porque han llegado a ser considerados por la sociedad como foco de contagio.

En el foro ´Habitabilidad en calle: Una visión de la otra realidad´, transmitido el pasado sábado 5 de septiembre por el Facebook de la Secretaría de Integración Social, se dieron a conocer las acciones que ha desarrollado la entidad para la prevención y atención a los habitantes de calle.
 

La visión humanística y respetuosa de los derechos fundamentales y el rechazo a la discriminación fueron los temas principales que se abordaron en este encuentro entre la secretaria de Integración Social, Xinia Navarro; el subdirector para la Adultez, Daniel Mora; el director del Idipron, Carlos Marín; una miembro del equipo de ángeles de la Calle, Xiomara Castiblanco y el egresado del proyecto de habitante de calle, Diego Vélez.

Estigmas de la sociedad

Según la secretaria, Xinia Navarro, el solo hecho de que una persona esté habitando la calle implica que la sociedad lo estigmatice, lo discrimine y considere que tiene derechos sobre esa persona. “Ha sido discriminada la alcaldesa, Claudia López, imagínese como será a un habitante de calle que no se adecúa a los estándares estéticos, ni a los sociales y no asume las actitudes corporales que la gente quiera que tenga, porque la sociedad se cree con el derecho de determinar cómo debe vivir una persona y cómo debe asumir sus problemas”, explicó la funcionaria.

Además, la funcionaria se refirió al libre desarrollo de la personalidad como uno de los derechos más importantes de la Constitución Política de Colombia y aseguró que, “cuando una persona decide vivir en la calle, la sociedad debe respetar y el Estado debe acompañar esa decisión y no para que esa persona viva en la calle, sino estar ahí para ofrecerle alternativas y mitigar esa presencia en la calle, y sobre todo hacer llamados a la no discriminación”.

Esa misma consideración la hizo el subdirector de Adultez, quien aprovechó para contar que es evidente el rechazo de la ciudadanía hacia los habitantes de calle porque a la Secretaría llegan varios derechos de petición solicitando retirarlos porque les incomoda verlos en las esquinas o al frente de sus casas. “El tema de habitabilidad en calle no es fácil de entender porque tiene asociadas varias situaciones como el consumo de droga, el hurto y la violencia”, contó Mora.

Estrategias de Integración para habitantes de calle

La Secretaría de Integración Social cuenta con varios procesos de acompañamiento para los ciudadanos habitantes de calle. Según explicó Mora, actualmente hay tres estrategias para ayudar al habitante de calle: el abordaje territorial, la atención y el seguimiento.

“En la primera, tenemos a los Ángeles de Calle que están en las 19 localidades de la ciudad contactando y llegando a los diferentes habitantes de calle. En la segunda, contamos con seis hogares de paso, un centro transitorio, tres comunidades de vida, un centro de alta dependencia funcional, un centro de desarrollo de capacidades y los centros de Idiprón. Son casi 18 unidades operativas dispuestas para atender a más de 3.000 habitantes de calle con el enfoque inclusivo, que hace referencia a dar espacios para carretas, para mascotas y el espacio para mujeres trans. En el tercero se les hace seguimiento a las personas que estuvieron en el modelo de atención, que aceptaron la decisión de cambiar sus vidas.
 
Nunca perdemos el contacto porque no queremos que caigan en el síndrome de abstinencia donde la ansiedad les gana”, relató el funcionario de Adultez.

Un ejemplo de los resultados del proyecto de habitabilidad en calle de la entidad es la experiencia que tuvo Diego Vélez. Un hombre que decidió salir de la calle y empezar a trabajar en su integración a la sociedad.

“El problema no es la calle sino la drogadicción. Cuando el equipo de la Secretaría de Integración Social me propuso el proyecto yo de inmediato acepté, mi familia me apoyó, le puse mucha voluntad. Si yo no le pongo la voluntad a esto nunca voy a salir adelante. Lo importante de este proceso es hacerlo a conciencia y verlo como la oportunidad de cambiar para bien la vida”, aseguró Vélez.

Cambios de vida

El director del Idipron habló de la experiencia de habitabilidad en calle de niños y niñas y el trabajo que realizan con los jóvenes dentro de la institución. “Ya no encontramos esa cantidad de niñas, niños y adolescentes que encontrábamos cuando existía el Cartucho, el Bronx, pero hemos encontrado adolescentes y niños que salen de sus hogares y comienzan a presentar habitabilidad en calle. La dificultad grande la hemos tenido con los jóvenes de 18 a 28 años por el consumo existente. Al ingresar al Idipron hay unos trabajos de mitigación a través de yoga, cultura, atención médica que en parte nos ha ayudado a superar la permanencia de estos chicos y hemos logrado controlar esos síndromes de abstinencia”, dijo.

Sobre la atención que han recibido los ciudadanos habitantes de calle durante la emergencia sanitaria por el Covid-19, Xiomara Castiblanco, integrante del equipo de Ángeles de Calle manifestó que “los habitantes de calle han tenido más conciencia, hay unos que dicen que quieren dejar la calle. Hemos hecho seguimiento para ingresarlos a los hogares. Se les hace la prueba Covid, a otros el ‘triage’, llegan a Bakatá y duran 49 días aislados. Eso hace que el proceso sea aún más duro para ellos”.

Finalmente, los participantes estuvieron de acuerdo con que la forma para abordar al habitante de calle es con el trabajo territorial, yendo al ‘cambuche’ y así determinar cómo se puede convencer a ese ser humano de que hay otra oportunidad, pero sin violentar, ni obligar y sin cercenar sus derechos. “La discriminación es una tragedia, es algo anticuado que debe acabarse”, puntualizó la jefe de Integración Social.  

 
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