• 15 libretas militares fueron entregadas a los habitantes y exhabitantes de calle que reciben atención en la Comunidad de Vida El Camino.
• Dicha unidad operativa cuenta con 110 cupos para la atención a ciudadanos y ciudadanas que adelantan procesos de inclusión social y superación de vida en calle.
• La entidad proyecta continuar con la entrega de libretas, en las 13 unidades operativas, que la Secretaría Distrital de Integración Social tiene para la atención de esta población.

Bogotá, D.C., octubre 12 de 2022. 15 ciudadanos habitantes y exhabitantes de calle, participantes de los servicios de la Comunidad de Vida El Camino, recibieron sus libretas militares, gracias a una articulación interinstitucional realizada, entre la Secretaría Distrital de Integración Social y el Distrito No. 2 del Ejército Nacional de Colombia.

Edison Botia, coordinador de El Camino señaló: “Con la entrega de libretas militares podemos contribuir a sus proyectos de vida, y ampliar y mejorar las oportunidades de inclusión ocupacional”.

Por su parte, el mayor del Ejército, José Reiner Polanía, comandante del Distrito No. 2 afirmó: “Esta es una oportunidad grande, que brindamos por parte del comando de reclutamiento, con el fin de solucionar la situación militar de la población vulnerable, dándoles así la oportunidad para que puedan acceder cargos en entidades públicas y privadas”.

Mauricio Isaza egresó exitosamente de su proceso de superación de vida en calle en la comunidad de vida hace 3 meses, hoy recibió su libreta militar y señaló: “Estoy muy contento por haber recibido mi libreta militar y por haber recibido las oportunidades de una nueva inclusión social.  Soy egresado, estoy juicioso y contento con mi familia y con mi trabajo. Quiero decirles muchachos que sí se puede y para adelante”.

John Anderson Cardona es un bogotano de 47 años que, lleva un año en su proceso en la comunidad de vida, actualmente se encuentra avanzando en su vinculación laboral, al recibir su libreta militar afirmó: Estoy celebrando la entrega de mi libreta militar, este es un logro más en mi vida, pues nunca pensé poderla tener, pero gracias a Dios, a Integración Social y al Distrito No. 2 del Ejército Nacional de Colombia hoy la puedo tener”.

Actualmente, la Secretaría Distrital de Integración Social, trabaja conjuntamente con el Ejército Nacional de Colombia para continuar la entrega de libretas en las 13 unidades operativas que  tiene para la atención de esta población. 

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• William Moncada fue habitante de calle por 30 años, a sus 56 encontró en Integración Social y la comunidad de vida El Camino las herramientas que impulsaron su transformación.

Bogotá, D.C., octubre 10 de 2022. “Vengo de un pasado triste, oscuro, bullicioso, de mentira y falsedad...” Con este poema, William Moncada inicia su historia, para él no hay otra forma, es a través de la poesía y la escritura que consigue narrar la desolación que vivió durante 30 años en las frías calles de Bogotá. 

Su colchón era el cemento, la basura su alimento y la droga la más infiel compañera que día a día dominaba su ansiedad. Ese era el mundo para él: no tenía salida, no encontraba solución. 

Fue desplazado por la violencia y en 1966 llegó a la capital en búsqueda de un nuevo plan. Lo que no sabía era que las drogas, empezando por la marihuana, hasta llegar al bazuco, lo llevarían a un callejón sin salida, llamado adicción. 

El tiempo y sus decisiones lo fueron dirigiendo a la extinta calle del Cartucho, donde se cruzó con las más grandes atrocidades, la muerte de cerca y una completa degradación. En su crónica Breve historia del barrio Santa Inés, William presenta la miseria que encontró: “Vi salir gente sin brazos, sin piernas, mutilados y muertos [...] También había personas muertas en vida por su decadencia física y moral”. 

Recorrió el callejón de la muerte, lo experimentó, pero a él no lo destruyó, para William había un camino distinto, una nueva oportunidad que abrió sus puertas en noviembre de 2012, cuando fue llevado a una Unidad Permanente de Justicia - UPJ- y un grupo de personas le presentó la posibilidad de iniciar un proceso de recuperación en la comunidad de vida El Camino, de la Secretaría de Integración Social.   

Cansado de las calles, William buscó un espacio en un Hogar de Paso Día y Noche, donde recibió alimento y una cama para iniciar la deshabituación de vida en calle. Allí se mantuvo por dos meses, y posteriormente fue dirigido a la comunidad de vida, donde rodeado de naturaleza y de profesionales dispuestos a ayudarle, vivió un proceso de nueve meses, que le permitió fortalecer sus hábitos saludables, empezar a rediseñar su proyecto de vida y desarrollar capacidades olvidadas como la escritura y la poesía, con las que descubrió un aliciente para su dolor y un medio para llevar a otros su mensaje de transformación. 

Estuvo en decadencia, pero de allí salió, a sus 57 años encontró la libertad. Aunque no fue fácil volver a la vida fuera de las calles, William se esforzó, se hizo merecedor de una mención de la Red Distrital de Bibliotecas Públicas -BiblioRed- por uno de sus relatos, y ha recibido múltiples reconocimientos por las letras con las que narra su historia y le da esperanza a quienes hoy es esfuerzan por dejar atrás las calles y la adicción. 

Ya han pasado cerca de ocho años, ahora trabaja en logística de seguridad y en sus tiempos libres sigue escribiendo, haciendo poesía y visitando los hogares de Integración Social, para decirle al mundo que las segundas oportunidades cambian vidas, y que, sin importar pasado, se puede abrir un nuevo capítulo, que le dé paso a un camino de libertad. 

Versos de William Moncada

Homenaje a la comunidad de vida El Camino

Eres mi hogar, donde hay reflexión

Tus parques y árboles conjugan un sentir de armonía, paz y felicidad

Para quienes vinimos aquí y tenemos ganas de triunfar

Dentro de esta selva de cemento, llena de perjuicios

Eres un oasis para aquellos que vivimos encerrados en nuestra propia soledad

Un manantial de sabiduría con ingredientes campestres […]

En poco tiempo me llenaste de triunfos

Gracias por darme tu albergue y esas ganas de vivir.

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• La actividad se realizó con el objetivo de seguir apoyando la promoción de la movilidad sostenible en la capital del país.
• Aproximadamente, 400 ciudadanos y ciudadanas habitantes de calle o en riesgo de estarlo se han beneficiado de los ciclopaseos del Centro de Desarrollo Integral y Diferencial – Proyecto de Vida (CEDID).
• A la fecha, los participantes han realizado 40 ciclopaseos con el propósito de contribuir a la mitigación de riesgos y reducción de daños asociados a la habitabilidad en calle, a través del deporte.
• Al recorrido, que inició en el CEDID y que tuvo 3 puntos de encuentro, se unió el IDIPRON para incentivar el uso de la bicicleta como transporte alternativo.

Bogotá D. C, septiembre 22 de 2022. Con un pedaleo constante y emotivo, los ciudadanos y ciudadanas exhabitantes de calle o en riesgo de estarlo, beneficiarios de los servicios de la Secretaría Distrital de Integración Social, salieron a las calles de Bogotá a promover la movilidad sostenible y contribuir a la calidad del aire en la capital del país, en el Día sin carro.

Carlos Alberto Cardozo, subdirector para la Adultez en Integración Social indicó: “Hoy tenemos un balance maravilloso, con un recorrido de 10 kilómetros en distintos puntos de la ciudad, pasando por el Voto Nacional, la Plaza de Bolívar, el Parque Santander, y terminando en el Parque Nacional. Hacemos una invitación para seguir incentivando el uso de la bicicleta como transporte limpio para la ciudad”.

El ciclopaseo, también, se convirtió en una experiencia motivadora para quienes habitan calle en la actualidad, de acuerdo con el subdirector, “durante nuestro recorrido tuvimos la oportunidad de hacer un abordaje, con Edwin, un joven que hoy decidió ingresar al hogar de paso Bakatá y dejar su vida en calle.

Juan Camilo Pardo, educador físico del centro señaló: “La propuesta inició en diciembre del año 2021, con un pilotaje de recorridos cortos a nivel local, sin embargo, se evidenció la necesidad de realizar recorridos más largos para que las ciudadanas y los ciudadanos empezaran a tener un mayor vinculo social, además de conocer y adaptarse a las normas de tránsito”.

Los participantes no solo realizan ciclopaseos en el marco de esta fecha, sino una vez por semana, con una duración máxima de 2 horas y 30 minutos. “A la fecha podemos decir que se han realizado un total de 40 recorridos y se ha involucrado, aproximadamente, 400 participantes”, añadió el educador.

Hombres y mujeres, de todas las edades, pedalearon con motivación para descubrir y percibir la ciudad como un escenario de interés cultural, histórico, recreativo y deportivo para apropiarse del territorio con otra mirada.

Jonathan Hernández tiene 31 años y, desde hace 4 meses, adelanta su proceso de superación de vida en calle en el CEDID. “En los ciclopaseos tuve la oportunidad de ir al estadio El Campin y conocer sus instalaciones, además, con un medio de transporte como la bicicleta he podido entender un poco lo que es la responsabilidad y la inteligencia vial y cómo aceptar un poco más a las personas, ya que a mí se me dificultaban las relaciones interpersonales, entonces eso, también, me parece chévere y participo lo que más puedo”, dijo el participante. 

Esa misma apreciación la tiene Lina María Muñoz, quien lleva 4 meses en el CEDID y aseguró: “Me gusta porque en este día uno puede respirar un aire más puro, y con el ejercicio limpiar los pulmones, me ayuda a tener una actitud diferente, llego renovada y puedo conocer lugares de Bogotá que nunca había visto por estar en las adicciones, además de tener la oportunidad de volver a socializar”.

Desde dicha unidad operativa de Integración Social se han realizado alianzas con otras entidades desde las cuales, los beneficiarios han podido capacitarse en mantenimiento y reparación de bicicletas, siendo certificados por el Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA).

Así mimo, con el Instituto Distrital para la Recreación y el Deporte (IDRD), han recibido instrucción en el uso adecuado y óptimo de la bicicleta, en estos talleres, inclusive algunos de los participantes aprendieron a montar bicicleta por primera vez, y otros a retomar el uso de este medio de transporte, después de muchos años de no hacerlo, lo que ha permitido afianzar la confianza de los participantes en sus habilidades y capacidades.

“Mi mayor satisfacción es ver en los beneficiarios una sonrisa, observar la unión y solidaridad que estas actividades generan, sentir que estas actividades los motivan a trabajar en sus procesos y los aleja de un pasado.  Recibir una palabra y un gesto de agradecimiento me hace sentir que estoy brindando un granito de arena para que cada día seamos mejores como sociedad”, concluyó Juan Camilo, el educador.

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• Johan estuvo dentro de los 325 ciudadanos habitantes de calle atendidos por el Centro de Desarrollo Integral y Diferencial – Proyecto de vida (CEDID). Actualmente se encuentra viviendo con su familia tras cumplir su proceso de recuperación.
• Gracias a los estudios que recibió en el servicio, Johan no dudó en empezar la búsqueda de empleo y, hace unos meses, logró vincularse laboralmente.
• 13.000 ciudadanos y ciudadanas habitantes de calle han recibido atención en las diferentes modalidades que ofrece la Secretaría Distrital de Integración Social.

Bogotá D. C, septiembre 19 de 2022. Agotado de las calles y agobiado por las adicciones, con la determinación de cambiar de vida, Johan llegó al Centro de Desarrollo Integral y Diferencial – Proyecto de vida (CEDID) de la Secretaría Distrital de Integración Social, el 24 de diciembre del 2021, sobre el medio día, donde recuerda, fue recibido con los brazos abiertos por el equipo profesional del centro.

 “Yo llegué con el proceso más alto de consumo, fueron 20 años que consumí, desde que tenía 13 años de edad y acá, poco a poco, he ido recuperando mi vida y he aprendido lo que es apoyar una pareja, a tener autocuidado, hacerme respetar, saber decir no, compartir con los compañeros, aprender a valorarme como persona, a valorar a los demás, y a asumir responsabilidades”, contó Johan.

Para iniciar su nueva vida, Johan no dudó en empezar la búsqueda de empleo y, hace unos meses, logró vincularse como ayudante de obra de construcción. De manera disciplinada cumplía con sus responsabilidades laborales y, paralelamente, continuó respondiendo a sus compromisos en su proceso de superación de vida en calle.

En los talleres que realizó en el CEDID, se enamoró de la tierra y de la pasión por cultivar, y así se entusiasmó y empezó a participar en la siembra en la huerta comunitaria. Cultivó acelga, repollo, cebolla y distintos vegetales que él mismo también cosechó, a la par descubrió su habilidad para tejer y entonces aprendió a elaborar coloridas mochilas y manillas, que hoy comercializa en ferias artesanales y como vendedor ambulante, en distintos puntos de la ciudad, un emprendimiento que le ha permitido generar ingresos extras.

Después de 9 meses, culminó su proceso de manera exitosa, salió del CEDID para regresar a su hogar con su esposa, que ha sido su compañera incondicional y su motivación para salir adelante. Su meta inmediata es terminar su bachillerato, continuar ahorrando para comprar su casa propia y más adelante iniciar sus estudios en ingeniería civil. Gracias a su proceso de recuperación, también, logró retomar contacto con su familia y hoy tiene una buena relación con ellos.

En el CEDID, Johan retomó sus estudios de bachillerato en una modalidad de educación flexible a través de los Círculos Preparatorios Integrales de Aprendizaje (CIPREIA), también, con la guía de los profesionales y promotores del centro, volvió a sacar sus documentos de identidad y a ponerse al día con su atención médica y, así, inició un proceso de desarrollo personal a través de talleres ocupacionales, actividades culturales y recreo deportivas y sobre todo con un permanente apoyo psicosocial.

Nazly Segura, psicóloga del centro, señaló: “Como equipo profesional orientamos casos de cada ciudadano habitante de calles, desde sus necesidades, intereses y expectativas, generando un plan de atención individual de desarrollo de capacidades desde un enfoque diferencial. Acá en el CEDID les garantizamos derechos, a tener una vivienda, una alimentación, a volver a sentir, a trabajar en un proyecto de vida, a reencontrarse con ellos mismos y a tener nuevas experiencias en sus vidas”.

“El CEDID es mi segundo hogar, porque acá los cambios para mi vida fueron muy importantes, esta es una experiencia para nunca olvidar porque me sacaron de la drogadicción y de la calle. Hoy salgo con un proceso satisfactorio porque sé que pude lograr muchas cosas para mi vida, vine a hacer algo por mí, a salir de la drogadicción, el alcohol, de dormir en un andén a dormir en una cama. Le agradezco a Dios y a los profesionales que me ayudaron, porque estuvieron conmigo haciendo un esfuerzo para sacarme adelante y no dejarme caer”, concluyó Johan.

Esta unidad operativa ofrece atención 24 horas, 7 días a la semana, a través de procesos de desarrollo personal para personas en alto riesgo y habitantes de calle con énfasis en discapacidad, persona mayor, carreteros, tenedores de animales de compañía. Allí, los participantes tienen a su disposición elementos de aseo personal para el cuidado menstrual, vestuario, alimentación, alojamiento, espacios de seguimiento individual y grupal de acuerdo a las metas proyectadas.

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• Con el compromiso de cumplirle a su familia y a la sociedad, los hermanos Santiago y Juan Pablo asisten a los procesos de recuperación de hábitos de vida y recorren un camino para desprenderse, definitivamente, del consumo de drogas en el hogar de vida La Victoria de la Secretaría de Integración Social, ubicado en Sasaima, Cundinamarca.
• Ambos tomaron la misma decisión: Vivieron el infierno del consumo de las drogas y, hoy en día, dedican su tiempo a cultivar la tierra, a realizar manualidades y orar para que, quienes viven las mismas circunstancias, ingresen a procesos sociales, liderados por personal cualificado.   

Bogotá, D.C, septiembre 15 de 2022. Después de 20 años recorrer las calles bogotanas, sumergidos en las drogas y en la delincuencia común, los hermanos Borrero Mosquera decidieron darse una nueva oportunidad, tras comenzar un proceso en los hogares de la Secretaría Distrital de Integración Social, dedicados a la atención de los habitantes de calle.

Gracias a la invitación hecha por los promotores que, a diario recorren las calles de la ciudad, el primero que dio un paso al frente para tomar la decisión de internarse fue Santiago e ingresó a un proceso de desintoxicación en el hogar de paso La Sabana y, posteriormente, se trasladó a un espacio rural a cargo de Integración Social, en el municipio de Sasaima para la recuperación y reintegración de los habitantes de calle.

Mientras Santiago lograba adaptarse a su nueva realidad en el hogar de vida La Victoria de Sasaima, su madre trataba de convencer, a punta de argumentos, a su otro hijo, Juan Pablo para que ingresara al proceso en la misma finca y, allí, reunirse con su hermano menor.

Como si el destino los hiciera compartir igual suerte, Juan Pablo ingresó también al hogar La Sabana y, el pasado 22 de julio, empacó maletas para cumplir su sueño de viajar a la finca La Victoria para su tan anhelado reencuentro con Santiago.

A tan solo dos meses de este reencuentro, las vidas de los hermanos han tenido una serie de cambios, a través de las diferentes actividades se enfocan en ser ciudadanos de bien para la sociedad, a cultivar la tierra, en caso de que decidan   emprender un futuro negocio en la ruralidad o salir a cultivar la tierra en fincas de la región.

Adicionalmente, reciben capacitación por medio de talleres en los que les enseñan a trabajar la madera, las artesanías, a mejorar sus habilidades comunicativas para fortalecer vínculos con sus compañeros y a mejorar su interacción con ellos.

El aferrarse a Dios y el agradecerles a los promotores, encargados de su formación y a la Secretaría de Integración Social por la oportunidad “de salir de las tinieblas”, ha sido para ellos y para sus familias, especialmente para su madre, una gran bendición que se traduce en una enorme tranquilidad en la familia.

Actualmente, Santiago cursa décimo grado y su hermano el último, estudios que alternan con los cursos del Sena sobre manualidades y manillas. Para los hermanos Borrero Mosquera, lo más importante de este proceso, es su crecimiento como seres humanos “porque hay un grupo de profesionales que nos guían día a día y nos están enseñando a ser personas útiles nuevamente para la sociedad”, dicen.

“Estamos muy felices de iniciar una vida diferente ya que aquí nos tratan muy bien y tenemos muchas cosas por aprender, en el poco tiempo ya aprendimos a hacer lámparas, las botellas con los barcos, las pulseras”, señalaron estos dos hermanos, quienes hace poco recibieron con alegría la visita y las palabras de aliento de su señora madre.

Juan Pablo, el último en ingresar, indicó: “Estas actividades son muy reconfortantes, interactuamos con los compañeros y aprendemos a dominar las ansiedades, las caminatas por los senderos que hay y la magnitud de la naturaleza, el deporte que practicamos esto es un paraíso y queremos invitar a los muchachos de la calle a que realmente se den una oportunidad y se quiten la venda de los ojos”.

Estos dos jóvenes hicieron un llamado a quienes se encuentran en situaciones similares para que busquen ayuda, y recordaron las palabras sabias de su profesor Leonardo: “En la vida esto no es fácil, vienen las dificultades y parte del paisaje son los días grises, todo no es color de rosa”.

En este espacio, la fe de los dos se ha consolidado a través de las oraciones por los que están en el hogar para que aprovechen su tratamiento, y por lo que se fueron para su pronto retorno. “Lo que pasa aquí es que hay mucha gente que no toma el proceso en serio y nosotros tenemos 33 y 34 años, y la vida se nos fue en un soplo, pero, afortunadamente, hay tiempo para recuperar lo perdido”, manifestaron los hermanos Borrero.

“Nuestros sueños como hermanos es salir a trabajar para no dar un paso atrás, aprovechar todas las herramientas que nos brindan aquí para montar una microempresa, pero no queremos regresar a Bogotá, debemos tener en cuenta cómo le ayudamos a nuestra mamita y, con la ayuda de Dios, formar una familia cada uno”, concluyeron Santiago y Juan Pablo, al calificar de paraíso su estadía en este servicio de Integración Social.

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• El Consejo de Sabios y Sabias de Bogotá, también, estuvo en la firma del instrumento de adhesión ante la Secretaría General de la Organización de Estados Americanos OEA.

• El trabajo del Consejo de Sabios y Sabias se constituyó en una pieza fundamental para lograr el posicionamiento de la Convención, gracias a la articulación con la administración distrital y con los entes de control para lograr hacer eco e incidir en esta importante decisión.

Bogotá, D.C., septiembre 13 de 2022. La secretaria de Integración Social, Margarita Barraquer y el Consejo de Sabios y Sabias de Bogotá acompañaron, este martes, la firma del instrumento de adhesión ante la Secretaría General de la Organización de Estados Americanos OEA de la Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores. 

Este acto se  traduce en un avance de gran importancia para el reconocimiento y la garantía de los Derechos Humanos de las personas mayores en nuestro país, según expresó el Ministro de Relaciones Exteriores, Álvaro Leyva.   

"No se pueden confundir las arrugas con lo transitado. Me emociona y enaltece esta firma porque soy adulto mayor y aspiro a que se garanticen los derechos consagrados en la Convención Interamericana para la Protección de los Derechos de las Personas Mayores que firmarnos hoy", manifestó el jefe de la diplomacia colombiana. 

El trabajo del Consejo Distrital de Sabios y Sabias se constituyó en una pieza fundamental para lograr el posicionamiento de la Convención, gracias a la articulación con la administración distrital y con los entes de control para lograr hacer   eco e incidir en esta importante decisión. 

En el último Consejo Distrital de Política Social y Consejo Distrital de Sabios y Sabias, celebrado el pasado 17 de agosto de 2022 y presidido por la alcaldesa Claudia López, se revisaron los principales avances y retos de la Política Pública Social para el Envejecimiento y la Vejez. En este escenario, la alcaldesa dio su respaldo a la solicitud del Consejo de Sabios y Sabías de Bogotá para que el estado colombiano culminara la ratificación de la Convención. 

De esta manera,  se materializa esta iniciativa, luego de  grandes esfuerzos y luchas de las personas mayores que lograron posicionar no solo este tema en la agenda pública distrital, nacional e internacional, sino generar el  compromiso por parte del Estado para lograr mejores condiciones que les permitan a las personas mayores vivir una vejez con dignidad y en el ejercicio pleno de sus derechos.

Desde la Política Pública Social para el Envejecimiento y la Vejez (PPSEV) se continuará trabajando en clave de esta Convención, y su incorporación en la gestión pública promoverá su conocimiento y la apropiación por parte de las personas mayores.

 De igual manera, esta iniciativa convoca el concurso de la sociedad en general y de las entidades que le aportan a la implementación de esta Política Pública y, en especial, a que se incorpore su adopción en la oferta de servicios sociales para esta población.

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• Ya son 532 carreteros identificados durante las jornadas que adelanta la Tropa Social de la Secretaría Distrital de Integración Social y el equipo territorial de IDIPRON.
• La caracterización permite recopilar información clave para la propuesta de diseño de políticas públicas sociales, programas y estrategias que beneficien a la población carretera y sus familias.

Bogotá, D.C., septiembre 10 de 2022. Con el fin de identificar, atender y proteger los derechos de la población carretera que se encuentra en situación de vulnerabilidad, el sector social del Distrito, integrado por la Secretaría de Integración Social e IDIPRON, realiza jornadas de atención e identificación en distintos lugares de la ciudad, esta vez el turno fue para la localidad de Los Mártires.

“Esta actividad permite brindar acompañamiento, orientación e información sobre los servicios sociales que ofrece el Distrito para la población carretera y sus familias en los distintos centros y modalidades de atención. De esta forma, el sector social busca adelantar políticas sociales y estrategias que ayuden a esta población vulnerable junto con sus familias”, indicó Carlos Cardozo, subdirector de Adultez de la Secretaría Distrital de Integración Social. 

Por su parte, Felipe Flórez, promotor social de IDIPRON, resaltó que “este proceso es muy importante para cumplirle a la ciudadanía y tener claras las características de las poblaciones que recibirán la atención y los recursos que ofrece el Distrito”.

Hasta el momento se han realizado 532 caracterizaciones e identificaciones en las localidades de Chapinero, Barrios Unidos, Teusaquillo, Tunjuelito, Fontibón, Usaquén, Puente Aranda, San Cristóbal, Usme, Rafael Uribe Uribe y Los Mártires.

El escenario de trabajo de la población carretera son las calles y el espacio público de la ciudad, donde realizan actividades de reciclaje, compra, venta y transporte de bienes y productos utilizando una carreta o cualquier otro medio que se movilice con el esfuerzo humano. Es por esta razón, que la estrategia se centra en jornadas de abordaje y atención durante mañana, tarde y noche en las calles de Bogotá.

Mauro Ojeda, reciclador y carretero de la zona, mencionó que “los servicios que ustedes bondadosamente ofrecen son una posibilidad para que uno surja”.

La estrategia de caracterización se realiza en el marco del Decreto 019 de 2022, en el que se solicita realizar acciones para atender y proteger a la población carretera del Distrito.

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• La Tropa Social de la Secretaría Distrital de Integración Social y el equipo territorial de IDIPRON fueron los encargados de llevar la oferta institucional y social para esta población.

Bogotá, D.C., septiembre 5 de 2022. Concluyó la primera semana de caracterización, identificación y atención a la población carretera y sus familias. 

En total, se alcanzaron 235 caracterizaciones e identificaciones en las localidades de Chapinero, Barrios Unidos, Teusaquillo, Tunjuelito, Fontibón, Usaquén y Puente Aranda.

Carlos Cardozo, subdirector de Adultez, resaltó que “la caracterización de carreteros es una actividad de gran importancia para el sector social y el Distrito en general, ya que permite acciones interinstitucionales entre la Tropa Social de la Secretaría Distrital de Integración Social y el equipo territorial de IDIPRON para brindar información de rutas de atención, acompañamiento, orientación y referenciación de acceso a los servicios sociales, centros y modalidades de atención con los que cuenta el sector social del Distrito para esta población”. 

La labor de reconocimiento a la población carretera servirá como insumo para la creación de políticas, programas y estrategias que apunten a la protección de los derechos de esta comunidad.

Este lunes se realizará la primera reunión de evaluación y programación para determinar las localidades en las que se hará presencia entre el 6 y 10 de septiembre.

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• Luego de un operativo realizado entre la Secretaría de Integración Social y el IDIPRON, 247 ciudadanos habitantes de calle fueron atendidos, de los cuales, 90 fueron trasladados a centros de atención del Distrito.
• Los equipos de abordaje de calle del sector social distrital trabajan las 24 horas del día en operativos constantes de lunes a domingo.

Bogotá, D.C., agosto 24 de 2022.- 247 habitantes de calle fueron atendidos, de los cuales, 90 fueron trasladados a centros de atención del Distrito, tras un operativo realizado entre la Secretaría de Integración Social y el IDIPRON durante las últimas horas.

Las acciones se llevaron a cabo en diferentes sectores de la ciudad como el barrio La Favorita en la localidad de los Mártires y María Paz en Kennedy, donde se concentra una gran parte de esta población.

Para la secretaria de Integración Social, Margarita Barraquer, “rescatar vidas de la calle y la droga, es el objetivo de los programas sociales de habitante de calle del Distrito. Es un trabajo difícil y de persistencia, pero cada vida salvada es un gran logro”.

 La Tropa Social de Rescate, una estrategia de la Secretaría de Integración Social, atendió a más de 161 ciudadanos habitantes de calle, mientras que el programa Operación Amistad del IDIPRON logró el traslado de 86 jóvenes en situación de calle a sus centros de atención.

Los equipos de abordaje de calle del sector social distrital trabajan las 24 horas del día en operativos constantes de lunes a domingo.

Carlos Cardozo, subdirector de Adultez de la SDIS explicó que “contamos con 12 centros que ofrece el Distrito para que los habitantes de calle puedan tener un cambio en su proyecto de vida. Durante este año, hemos atendido a más de 12.000 habitantes de calle y contamos con más de 2.000 cupos”.

“Nuestras tres estrategias que hacen una presencia activa en las calles de Bogotá trabajan a diario con los ciudadanos habitantes de calle de la ciudad. Este día logramos realizar el traslado de 86 jóvenes hacia nuestras más de 18 unidades educativas. Seguiremos trabajando 24/7 llevando nuestra oferta territorial”, agregó Iván Rodríguez, coordinador del IDIPRON.

Lo operativos seguirán esta noche en el separador de la calle sexta con carrera décima, en el sector del Tercer Milenio, allí los equipos sociales seguirán su labor diaria para rescatar a esta población vulnerable.

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• En la Comunidad de Vida El Camino de la Secretaría Distrital de Integración Social, los participantes empiezan a recoger los resultados de la siembra de hortalizas y legumbres, cultivadas en la huerta.
• Esta huerta resultó ser la mejor de todas las unidades operativas de la Secretaría de Integración Social por tener excelente manejo y tratamiento. El no usar fertilizantes industriales la llevaron a obtener ese premio.
• Con la estrategia ‘Reverdece’, Integración Social avanza en el proceso de inclusión con los ex habitantes de calle que reciben la oferta de servicios integrales en diferentes unidades operativas.
• Robinson es uno de los participantes del proyecto y lidera el trabajo en la huerta. Todas las mañanas empieza, desde las 7:00 a.m., junto con otros 6 compañeros, a cuidar el cultivo.

Bogotá, D.C., agosto 22 de 2022.- Luego de tres meses, en la huerta ganadora de la Comunidad de Vida El Camino se recogen los frutos. El riego del agua, aplicar fertilizantes para ayudar a enraizar la plántula y el suministro de insecticidas orgánicos, elaborados a base de ajo y ortiga, ayudaron a que las más de 500 hortalizas y verduras cosecharan. 

Esta huerta agrícola fue ganadora como la mejor a nivel distrital de todas las unidades operativas de la Secretaría de Integración Social y, es que, el excelente manejo y tratamiento que le hacen sus operarios al utilizar productos limpios, sin fertilizantes industriales la llevaron a obtener este reconocimiento. 

Incluso, para repeler las plagas utilizan productos a base de ajo y ortiga, así como la misma tierra, que a través del compostaje, en el que se encargan de recoger residuos orgánicos y convertirlo en un abono de calidad, siembran las plántulas. 

Robinson, ex habitante de calle y participante del proyecto ha liderado el trabajo en la huerta. Todas las mañanas empieza a las 7:00 a.m., junto con otros 6 compañeros, a cuidar el cultivo de lechuga crespa, cilantro, coliflor, zanahoria, sábila, maíz, calabacín (zucchini), rábano, acelga china y morada, frijol, mostaza, entre otros. 

El compromiso de Robinson, con la labor que le designaron, según él “no solo es con la huerta, sino conmigo mismo y con compromisos de afuera, es como decir: estoy haciendo las cosas bien, mucho más de lo que estaba antes y comprometerme con cosas que me ponen a cargo como es la huerta para tener compromiso”. 

Sembrar la lechuga, el rábano, el cilantro, organizar el arado, limpiar las zanjas, deshierbar, mantener en buen estado la huerta para que los productos salgan de buena calidad son las labores que a diario realiza el grupo de ex habitantes de calle que buscan culminar un proceso de inclusión social y dignificación de derechos. 

El subdirector para la Adultez de Integración Social, Carlos Cardozo aseguró: “Este es un proceso que no solo quiero contarles, sino hacer una invitación a la sociedad para que se enteren de lo que realizamos aquí en la Comunidad de Vida El Camino. A través del eje actividades y acciones nuestra población aprende, ayuda, comercializa y crea productos agrícolas para comercializar, un incentivo para las personas que nos han acompañado y, también, puedan ingresar poco a poco a la vida laboral”.

Cosecha tras cosecha 

El trabajo de Robinson no termina en la recolección de los productos, ya que, luego de lavar sus manos, alistar una mesa con la cosecha y sacar una carpa que instala en el andén, a la entrada de la unidad operativa, se dispone a hacer otra tarea que, también, realiza con mucha pasión: la venta de los frutos de su cultivo. 

La clientela empieza a llegar poco a poco, los vecinos del sector, los transeúntes hacen un pare en dicha zona porque el verde resplandeciente de la lechuga, el cilantro y las acelgas los cautiva, así como ese color rojo vivo de los rábanos y el naranja de las zanahorias. 

“Es que verlos tan frescos, como recién salidos de la finca, llaman la atención, se nota que son productos naturales que no son perjudiciales para la salud”, expresó Ligia, una compradora. 

Así como ella, hay muchas más personas que apoyan esta causa que busca convertir y generar un bienestar social para aquellos que más lo necesitan, en este caso los ciudadanos y ciudadanas ex habitantes de calle. 

“El proceso de cosecha y siembra se inició para incentivar a los usuarios al amor por la tierra, la enseñanza, para que aprendan que ellos mismos pueden ser cultivadores de sus propios alimentos”, dijo Sandra Jineth Quezada Zabala, promotora social y líder del manejo de la huerta. 

La siembra continua y la cosecha no cesarán, los sueños y anhelos de los participantes de la huerta de la Comunidad de Vida El Camino seguirá dando frutos, así como los que dio la tierra fértil y bien cuidada de dicha unidad operativa.

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