Interpretar el etiquetado de los alimentos influye directamente en la salud de la familia

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• Del 21 al 25 de septiembre se con memora la Semana de hábitos y estilos de vida saludable en Bogotá
 
• Red Papaz advierte que ya existen niñas y niños que sufren de hipertensión, diabetes y enfermedades cardiovasculares

• Según los expertos, el 97% de los cereales mal llamados “para el desayuno” son altos en azúcar

Bogotá, septiembre 17 de 2020. En la semana de hábitos y estilos de vida saludable, la Secretaría Distrital de Integración Social genera un espacio en alianza con Red Papaz, para brindar a las madres y padres de familia un espacio sobre trucos y engaños en la publicidad de alimentos, enfocada particularmente en los que suelen ser atractivos para niñas y niños.

Para esto, el 22 de septiembre a las 4 p.m., la nutricionista y dietista Mercedes Mora, de Red Papaz, hablará sobre cómo interpretar el etiquetado frontal de los alimentos. La experta les dará consejos a las familias para saber qué dicen realmente las etiquetas de los productos que más llaman la atención de las y los más pequeños de la casa.
 

Mora apunta que, uno de los engaños más comunes a los que se ven enfrentados las y los consumidores, es el de inducir un concepto que no es cierto, a partir de imágenes o textos, respecto a los resultados que prometen con el consumo de esos alimentos.

“Por ejemplo, venden un jugo que dicen que es pura fruta y el empaque presenta imágenes con una fruta o un campo verde, pero al analizar sus ingredientes resulta ser que la cantidad de fruta es mínima y que, en realidad, ni siquiera adicionan la fruta como tal sino el jugo, entonces el consumo de fruta resulta ser mínimo. De 100 mililitros, solo el 8% es jugo y de ese 8 % solo el 3 % es fruta”, afirma la experta.

La nutricionista también explica que las marcas se valen de figuras de deportistas reconocidos como ciclistas o futbolistas, que cautivan la atención de las niñas y los niños. “Salen en televisión diciendo yo consumo esto o lo otro y por eso soy el campeón de esta liga o de este tour, y eso logra atrapar la imaginación de las niñas y los niños”, asegura Mora al tiempo que, señala, un niño a esa edad no puede discernir entre la realidad y lo que las empresas hacen para vender sus productos. “Cuando se crea un afecto, a esto se le llama fidelidad de marca y eso queda como tallado en piedra. De eso se vale la industria para vender y vender más”, puntualiza Mora.

El comer mal y en exceso tiene efectos en la salud de las y los niños. “No solo pasa en la lonchera diaria de ellos sino también al llegar a casa”, dice la experta, quien también, señala que este problema ya redunda en el hecho de que, a mediano y largo plazo, ellas y ellos padezcan de obesidad y tensión alta. De hecho, indica ella, en este momento algunas niñas y niños entre los 12 y los 16 años ya están padeciendo de diabetes, hipertensión y enfermedades cardiovasculares que anteriormente eran comunes en edades avanzadas.

Los expertos apuntan a que el 97% de cereales son altos en azúcar y que el azúcar se convierte en un círculo vicioso para quienes la consumen, en tanto que se quiere más y más de ella.

Los peligros que esto implica en la pandemia

En el marco de la coyuntura del Covid-19, la obesidad, que es como una inflamación, hace que las personas sean más susceptibles, no a estar más expuestas a contraer el virus, sino a que ataque con más fuerza en caso de contagio.

“Responden menos rápido, por las citoquinas, una sustancia que tiene que ver con la respuesta inmune. Hasta ahora, están surgiendo publicaciones al respecto, pero también es posible que haya una respuesta más lenta ante la vacuna”, apunta Mora y advierte que otro factor a tener en cuenta es el gasto de los gobiernos para el pago de los tratamientos de las personas con enfermedades crónicas por los malos hábitos alimentarios.

La nutricionista da dos consejos para hacer frente a la manipulación por parte de la industria. Uno es leer la lista de ingredientes, “si los 3 a 5 primeros ingredientes son azúcar, grasa o algo con sodio, ese producto no se debe consumir. El otro le apunta a que si el producto tiñe el agua o la leche tiene tantos aditivos que tampoco se debe consumir”, apuntó Mora.

Para la experta, las normas no son del todo claras en su ejecución, tampoco son suficientes ni precisas respecto a su verificación y control. Sin embargo, existen iniciativas ciudadanas que le apuntan a información más veraz y pertinente a la hora de que las madres y padres de familia y las personas en general puedan hacer sus elecciones.

Red Papaz, De Justicia y Educar Consumidores, entre otros, han hecho trabajos importantes de investigación y difusión respecto a la publicidad de los alimentos enfocados a niñas y niños.

Si usted quiere ampliar la información respecto a la interpretación del etiquetado y otras formas en las que la industria busca aumentar sus ventas, aún a costa de la salud de sus consumidoras y consumidores, no se pierda el espacio en el que estará la nutricionista Mercedes Mora, en el marco de la Semana de Hábitos y estilos de Vida Saludable.

En ese escenario, la experta además brindará herramientas para que madres y padres de familia cuenten con estrategias para hacerle frente a este fenómeno.

Martes 22 de septiembre, 4 p.m.
https://www.facebook.com/events/673308186877697
 

 
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