• Se trata de ‘Herencia Juvenil’ y ‘Semillero Herencia’, dos grupos artísticos que nacen en el Centro Crecer Los Ángeles, ubicado en la localidad de Engativá, permiten mostrar el talento de las niñas niños y adolescentes del servicio.
• Estos grupos artísticos permiten que el ciudadano común interactúe con los niños, ya que son niños que disfrutan de sus actividades.
Bogotá, D.C., noviembre 16 de 2023. En el Centro Crecer Los Ángeles, ubicado en la localidad de Engativá, nacieron dos grupos artísticos dedicados a la celebración de la música y el baile, y que demuestran una vez más que todos los seres humanos son dueños de múltiples cualidades y talentos. Estos grupos, conocidos como ‘Herencia Juvenil’ y ‘Semillero Herencia’ están pensados no solo para que los niños exploten su potencial en las artes, sino para que sirvan como un ejercicio, para que las personas conozcan que la Discapacidad no es sinónimo de temor o compasión.
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Melissa Niño, fonoaudióloga del Centro Crecer e integrante del grupo de baile ‘Semillero Herencia’, conformado por colaboradores del servicio y, niñas y niños con discapacidad múltiple, explica la importancia de esta iniciativa y cómo la población en términos diferenciales tiene la capacidad de participar en cualquier espacio. La fonoaudióloga también es enfática en aclarar que, si bien grupo tiene integrantes en condición de discapacidad, este aspecto no los hace menos profesionales.
“Nos tomamos este ejercicio muy en serio y con el respeto que merece la actividad. Este también es un ejercicio terapéutico para los niños, pues no solo están observando un evento, como en nuestro caso, el baile, sino que también están participando de espacios que no son usuales para ellos”, señala Melissa Niño.
Para Niño, la conformación de este grupo no solo ha ayudado a brindarles otro ambiente a los beneficiarios, sino que, también, ha contribuido positivamente para su estimulación, pues según ella, el lenguaje de la danza y la música generan habilidades.
“Exponerlos a estímulos auditivos, visuales y sensoriales, permite que en ellos se desarrolle otro tipo de habilidades, y a su vez, nos sirve a los educadores, fonoaudiólogos y terapeutas ocupacionales, como una guía para seguir desempeñando nuestro trabajo en el servicio”, agrega la fonoaudióloga del Centro Crecer.
Y pensando precisamente en el bienestar de las niñas, niños y adolescentes de Los Ángeles, Daisy Galán, responsable del Centro Crecer, argumenta que estos espacios permiten que las personas en condición de discapacidad sean vistas como sujetos de derechos y deberes.
“Todos tenemos habilidades, capacidades, intereses y gustos diferentes. Las personas sentimos la necesidad de hacer muchas cosas, de explorar, y esto ocurre exactamente igual con la población con discapacidad. No debe existir diferenciación, pues ellos también tienen mucho que mostrar y también luchan por un proyecto de vida”, afirma Daisy Galán.
El grupo ‘Herencia Juvenil’, conformado por adolescentes entre los 12 y 17 años de edad, que tienen discapacidad cognitiva y apoyos limitados e intermitentes, se conformó hace cuatros años y también está orientado a mostrar las habilidades en la danza y la música, específicamente con adolescentes que pueden tocar instrumentos de percusión como maracas y tambores.
Este grupo se caracteriza por hacer presentaciones folclóricas y ritmos modernos. “Los chicos son muy sensoriales. En ese sentido, a través de la música y las artes pueden aprender sobre otros aspectos como movilidad, conteos de números, colores o algunas tareas específicas en terapia ocupacional. Hemos integrado todas las áreas gracias a la música y la danza”, comenta David Chaves, tallerista del Centro Crecer Los Ángeles.
Daisy Galán, responsable del Centro Crecer finaliza con una reflexión: “Las personas en condición de discapacidad tienen todo el potencial de mostrar sus competencias y pueden desenvolverse en diferentes ámbitos y entornos de su vida”.
