Secretaría Distrital de Integración Social

Secretaría Distrital de Integración Social

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Se conmemora la Semana de Hábitos y Estilos de Vida Saludables

 

 
• La subdirección de Nutrición y Abastecimiento de la Secretaría Distrital de Integración Social desarrolla este espacio de cuidado y promoción de una vida saludable
 
• Durante la semana se ha contando con expertas que han brindado recomendaciones para hacerle frente a los hábitos no saludables en esta nueva normalidad

Con el objetivo de generar un espacio para combatir la obesidad, el sobrepeso y las enfermedades que devienen de una inadecuada alimentación, el sedentarismo y el consumo de tabaco y de licor en exceso, se creó la semana de hábitos y estilos de vida saludable en cumplimiento de la Ley 1355 de 2009.

Así entre el pasado lunes 21 y este viernes 25 de septiembre Bogotá, se cumple con éxito este espacio en el que se realizaron distintas actividades y talleres con el objetivo de propiciar una consciencia sobre la importancia de los cuidados que se requieren tanto para las personas como en sus núcleos familiares.

“La Secretaría de Integración Social, a través de la Dirección de Nutrición y Abastecimiento y la Subdirección de Nutrición, invitamos a todos los participantes de los servicios sociales, así como a los contratistas y funcionarios a que nos acompañen en las actividades programadas. Tuvimos conferencistas expertos, actividad física, talleres de cocina, que les fueron útiles en sus actividades diarias con familia, para poder buscar una buena salud y tener unos hábitos adecuados y para que, definitivamente, prevengamos en este momento tan importante la llegada de cualquier enfermedad”, apuntó Jacqueline Londoño, Subdirectora de Nutrición de la Secretaría Distrital de Integración Social.

La prevención del sobrepeso y la obesidad está relacionada directamente con la prevención de enfermedades Crónicas como la diabetes, hipertensión arterial y el cáncer, entre otras.

Las actividades efectuadas enfatizaron en las recomendaciones para afrontar la nueva normalidad, tras el prolongado y necesario aislamiento en el que el sedentarismo y alimentación inadecuada aumentaron.
 

 
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Entre el 21 y el 25 de septiembre conmemoraremos la Semana de hábitos y estilos de vida Saludable en Bogotá

 

 
• La Semana de hábitos y estilos de vida Saludable se realiza en el marco de la Ley 1355 de 2009
 
• Desde la Secretaría Distrital de Integración Social tomamos parte de este espacio de cuidado, a través de la Dirección de Nutrición y Abastecimiento

• Contaremos con expertas que brindarán recomendaciones para hacerle frente a los hábitos no saludables en esta nueva normalidad

Bogotá, septiembre 21 de 2020. Con el objetivo de generar un espacio para combatir la obesidad, el sobrepeso y las enfermedades que devienen de una inadecuada alimentación, el sedentarismo y el consumo de tabaco y de licor en exceso, se creó la semana de hábitos y estilos de vida saludable en cumplimiento de la Ley 1355 de 2009.

Es así que, entre el 21 y el 25 de septiembre Bogotá entera tendrá la oportunidad de ser consciente de la importancia de cuidarnos y cuidar a las y los que queremos.

“La Secretaría de Integración Social, a través de la Dirección de Nutrición y Abastecimiento y la Subdirección de Nutrición, estamos invitando a todos los participantes de los servicios sociales, así como a los contratistas y funcionarios a que nos acompañen en las actividades programadas para esta semana. Tendremos conferencistas expertos, actividad física, talleres de cocina, que les serán muy útiles en sus actividades diarias con familia, para poder buscar una buena salud y tener unos hábitos adecuados y para que, definitivamente, prevengamos en este momento tan importante la llegada de cualquier enfermedad”, apuntó Jacqueline Londoño, Subdirectora de Nutrición de la Secretaría Distrital de Integración Social.

La prevención del sobrepeso y la obesidad está relacionada directamente con la prevención de Enfermedades Crónicas como la diabetes, hipertensión arterial y el cáncer, entre otras.

Es por esto que durante esta semana vamos a contar con actividades enfocadas a tener buenos hábitos respecto a la alimentación y la actividad física, entre otros, esto sumado al hecho de que las y los expertos darán recomendaciones para afrontar la nueva normalidad, en la que los temas de sedentarismo y alimentación inadecuada han aumentado.

Les invitamos a participar en este espacio de cuidado en el que podremos ir con la guía de expertas y expertos a una vida más saludable.
 
 

 
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Interpretar el etiquetado de los alimentos influye directamente en la salud de la familia

 

 
• Del 21 al 25 de septiembre se con memora la Semana de hábitos y estilos de vida saludable en Bogotá
 
• Red Papaz advierte que ya existen niñas y niños que sufren de hipertensión, diabetes y enfermedades cardiovasculares

• Según los expertos, el 97% de los cereales mal llamados “para el desayuno” son altos en azúcar

Bogotá, septiembre 17 de 2020. En la semana de hábitos y estilos de vida saludable, la Secretaría Distrital de Integración Social genera un espacio en alianza con Red Papaz, para brindar a las madres y padres de familia un espacio sobre trucos y engaños en la publicidad de alimentos, enfocada particularmente en los que suelen ser atractivos para niñas y niños.

Para esto, el 22 de septiembre a las 4 p.m., la nutricionista y dietista Mercedes Mora, de Red Papaz, hablará sobre cómo interpretar el etiquetado frontal de los alimentos. La experta les dará consejos a las familias para saber qué dicen realmente las etiquetas de los productos que más llaman la atención de las y los más pequeños de la casa.
 

Mora apunta que, uno de los engaños más comunes a los que se ven enfrentados las y los consumidores, es el de inducir un concepto que no es cierto, a partir de imágenes o textos, respecto a los resultados que prometen con el consumo de esos alimentos.

“Por ejemplo, venden un jugo que dicen que es pura fruta y el empaque presenta imágenes con una fruta o un campo verde, pero al analizar sus ingredientes resulta ser que la cantidad de fruta es mínima y que, en realidad, ni siquiera adicionan la fruta como tal sino el jugo, entonces el consumo de fruta resulta ser mínimo. De 100 mililitros, solo el 8% es jugo y de ese 8 % solo el 3 % es fruta”, afirma la experta.

La nutricionista también explica que las marcas se valen de figuras de deportistas reconocidos como ciclistas o futbolistas, que cautivan la atención de las niñas y los niños. “Salen en televisión diciendo yo consumo esto o lo otro y por eso soy el campeón de esta liga o de este tour, y eso logra atrapar la imaginación de las niñas y los niños”, asegura Mora al tiempo que, señala, un niño a esa edad no puede discernir entre la realidad y lo que las empresas hacen para vender sus productos. “Cuando se crea un afecto, a esto se le llama fidelidad de marca y eso queda como tallado en piedra. De eso se vale la industria para vender y vender más”, puntualiza Mora.

El comer mal y en exceso tiene efectos en la salud de las y los niños. “No solo pasa en la lonchera diaria de ellos sino también al llegar a casa”, dice la experta, quien también, señala que este problema ya redunda en el hecho de que, a mediano y largo plazo, ellas y ellos padezcan de obesidad y tensión alta. De hecho, indica ella, en este momento algunas niñas y niños entre los 12 y los 16 años ya están padeciendo de diabetes, hipertensión y enfermedades cardiovasculares que anteriormente eran comunes en edades avanzadas.

Los expertos apuntan a que el 97% de cereales son altos en azúcar y que el azúcar se convierte en un círculo vicioso para quienes la consumen, en tanto que se quiere más y más de ella.

Los peligros que esto implica en la pandemia

En el marco de la coyuntura del Covid-19, la obesidad, que es como una inflamación, hace que las personas sean más susceptibles, no a estar más expuestas a contraer el virus, sino a que ataque con más fuerza en caso de contagio.

“Responden menos rápido, por las citoquinas, una sustancia que tiene que ver con la respuesta inmune. Hasta ahora, están surgiendo publicaciones al respecto, pero también es posible que haya una respuesta más lenta ante la vacuna”, apunta Mora y advierte que otro factor a tener en cuenta es el gasto de los gobiernos para el pago de los tratamientos de las personas con enfermedades crónicas por los malos hábitos alimentarios.

La nutricionista da dos consejos para hacer frente a la manipulación por parte de la industria. Uno es leer la lista de ingredientes, “si los 3 a 5 primeros ingredientes son azúcar, grasa o algo con sodio, ese producto no se debe consumir. El otro le apunta a que si el producto tiñe el agua o la leche tiene tantos aditivos que tampoco se debe consumir”, apuntó Mora.

Para la experta, las normas no son del todo claras en su ejecución, tampoco son suficientes ni precisas respecto a su verificación y control. Sin embargo, existen iniciativas ciudadanas que le apuntan a información más veraz y pertinente a la hora de que las madres y padres de familia y las personas en general puedan hacer sus elecciones.

Red Papaz, De Justicia y Educar Consumidores, entre otros, han hecho trabajos importantes de investigación y difusión respecto a la publicidad de los alimentos enfocados a niñas y niños.

Si usted quiere ampliar la información respecto a la interpretación del etiquetado y otras formas en las que la industria busca aumentar sus ventas, aún a costa de la salud de sus consumidoras y consumidores, no se pierda el espacio en el que estará la nutricionista Mercedes Mora, en el marco de la Semana de Hábitos y estilos de Vida Saludable.

En ese escenario, la experta además brindará herramientas para que madres y padres de familia cuenten con estrategias para hacerle frente a este fenómeno.

Martes 22 de septiembre, 4 p.m.
https://www.facebook.com/events/673308186877697
 

 
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‘No hay alimento malo, lo importante es la frecuencia y la cantidad en que lo consumimos’

 

 
• Del 21 al 25 de septiembre se conmemora la Semana de hábitos y estilos de vida saludable en Bogotá
 
• La Secretaría Distrital de Integración Social habla de lo que significa comer bien y la importancia de una buena alimentación

• Cantidades y tiempos, claves a la hora de nutrirnos

Bogotá, septiembre 17 de 2020. Entre el 21 y el 25 de septiembre se llevará a cabo la Semana de hábitos y estilos de vida saludable en Bogotá, un espacio en el que la ciudadanía bogotana podrá asistir a talleres, conferencias y otros escenarios en los que tendrán a la mano diferentes actividades que promoverán la alimentación sana, la actividad física, entre otros.

Los hábitos de vida saludable contribuyen no solo a mejorar la calidad de vida de las personas, sino también a prevenir enfermedades no trasmisibles como la diabetes, el cáncer, las cardiovasculares, entre otras.

La nutrición es clave a la hora de desarrollar una vida sana. Lina Suárez, nutricionista de la Secretaría Distrital de Integración Social, apunta que el “comer bien” hace referencia a “que nuestra alimentación incluya todos los grupos de alimentos de una manera equilibrada, es decir sin excesos”.

Para la experta, también es importante evitar el consumo de alimentos ultra procesados y, haciendo esa salvedad, puntualiza que lo más importante a la hora de una alimentación balanceada es recordar que “no hay un alimento malo, sino la cantidad y la frecuencia en la que lo consumimos”.

En cuanto a la dieta, Suárez explica que es el esquema que una persona tiene durante el día con respecto a su alimentación, es decir la forma en la que ingiere los alimentos. “Se trata de lo que consumo y cómo lo distribuyo a lo largo del día”, afirma la nutricionista.

Ojo con las falsas promesas

Lina Suárez, advierte del peligro de asociar la palabra dieta con “bajar de peso”. Ella indica que lo ideal es fomentar el cambio de hábitos, en tanto que, “seguir sugerencias de personas que no tienen formación profesional es una tendencia poco saludable que puede traer daños graves para la salud”

Entre los peligros que la nutricionista resalta están los de:

• No contar con una atención personalizada por paciente, sin tener en cuenta que cada cuerpo es un organismo distinto con necesidades nutricionales distintas según la edad.

• Desconocer los requerimientos y particularidades de cada persona, por ejemplo las enfermedades o los riesgos en su salud.

• La posibilidad de desarrollar anemia u otro tipo de descompensaciones para el organismo al realizar altas restricciones en la alimentación con el afán de bajar de peso.

• Cambio en el ánimo y posibles afectaciones en la salud mental.

La nutricionista de la Secretaría Distrital de Integración advierte que siempre que se inicie un plan alimentario, con el objeto que sea, debe haber una asesoría por parte de un nutricionista.

“Si se hace una búsqueda por redes, debe ser con una fuente confiable y con respaldo científico, para no dejarse llevar por falsas promesas de pérdidas de peso y dietas milagrosas que al final pueden ser perjudiciales para la salud”.

Conozca más consejos y herramientas alimentarias en la Semana de Hábitos de Vida Saludable a través de nuestras redes sociales Instagram, Facebook Twitter
 

 
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¿Cómo comer en esta nueva normalidad?

 

 
• La alimentación tiene un papel fundamental en esta nueva normalidad. La Secretaría Distrital de Integración Social (SDIS) realiza un trabajo constante de informar y motivar a las personas para tener hábitos y estilos de vida saludables.

• Del 21 al 25 de septiembre se desarrollará la Semana de hábitos y estilos de vida saludables, evento de la Subdirección de Nutrición de la SDIS.

• El miércoles 23 de septiembre, a las 10 a.m., la nutricionista dietista Jannet Arismendi hablará a través del FB live de la Secretaría de Integración Social de ingredientes recomendados y sus aportes nutricionales.
 
Véalo, aquí:
https://facebook.com/events/s/come-sin-prohibiciones-en-cuar/1501973179994071/?ti=icl


Bogotá, septiembre 11 de 2020. “¿Cómo comer en esta nueva normalidad?” podría verse como una pregunta curiosa y poco usual. Sin embargo, luego de haber estado en periodos de cuarentena desde el mes de marzo, es posible que los hábitos alimentarios hayan cambiado. Y ahora que vivimos esta nueva etapa de aislamiento selectivo, vale la pena hacerse la pregunta.

“Los hábitos para volver a la normalidad involucran a todo el núcleo familiar. Es importante lograr que la familia empiece a pensar diferente sobre la preparación de los alimentos reconociendo el escenario de la cocina como un espacio de todos los miembros del hogar”, asegura la doctora Jannet Arismendi Jiménez, nutricionista dietista, magíster en alimentación y nutrición, y conferencista que será parte de la Semana de hábitos y estilos de vida saludables, que se llevará a cabo entre el 21 y el 25 de septiembre a través de las redes sociales de la Secretaría.

La nutricionista resalta la importancia de la creatividad y la rotación de que haceres en el hogar para cumplir con este fin y agrega: “Los elementos más importantes de la cocina son la inspiración y el amor. Buscar esos detalles de amor que hacen ver los alimentos con gusto. Ese gusto del montaje y la combinación de colores cuando servimos un plato”.
 
 

La Dirección de Nutrición y Abastecimiento y la Subdirección de Nutrición de la Secretaría Distrital de Integración Social realiza un trabajo constante para acompañar a las personas que asisten a los servicios sociales con apoyo alimentario y a los proyectos que se trabajan en la entidad, con el fin de motivarlas para tener hábitos y estilos de vida saludables.

“Estamos viviendo un proceso de nueva normalidad y es importante que las personas se adapten, no solo a su ciclo de vida, sino también a su entorno. En nuestros programas incentivamos un consumo de alimentos que esté dentro de los patrones de alimentación y nutrición establecidos por el gobierno nacional, desde las guías alimentarias para la población colombiana y de acuerdo con los requerimientos de calorías y nutrientes para cada grupo de edad”, precisa la doctora Jacqueline Londoño, Subdirectora de Nutrición en la SDIS.

Una alimentación sana empieza en casa

En tiempos de pandemia fue necesario, para algunas personas, combinar el teletrabajo con los que haceres del hogar. “Esto pudo tener un efecto negativo hacia los hábitos de consumo. También lo tuvo la afectación de sus ingresos y seguramente se optó por consumir comidas rápidas. Cuando consumimos este tipo de comidas con frecuencia, puede haber desórdenes metabólicos que dan origen a enfermedades potencialmente prevenibles como la obesidad, el sobrepeso, la diabetes y la hipertensión”, agrega la doctora Arismendi.

En esa medida, es fundamental generar escenarios de aprendizaje. Según la doctora Londoño, “las personas que asisten a los comedores comunitarios reciben, a través de nutricionistas, una cartilla llamada ‘Nutricartilla’. Allí aparecen las indicaciones para que puedan seguir parámetros de una sana alimentación junto con un acompañamiento de nuestra parte”.

La tarea de aprender a alimentarse bien debe empezar desde casa. La doctora Arismendi menciona la importancia de respetar los horarios de comidas con cinco momentos de consumo al día. También de controlar las porciones y buscar un equilibrio entre sabor, color y texturas.

“Se pueden variar las técnicas de cocción. Puede ser al vapor, al horno o salteado, por ejemplo. También es importante garantizar el consumo de dos porciones de verduras y tres porciones de fruta al día. Se pueden mezclar con quinua o semillas de chía, que proporcionan vitaminas y minerales. Es fundamental garantizar que, en cada comida, haya un alimento de cada grupo incluyendo carnes y lácteos que aportan proteínas para la renovación de tejidos. Los minerales son esenciales para el buen funcionamiento del cuerpo; las frutas y verduras aportan vitaminas, minerales y fibra; los cereales, raíces y tubérculos aportan energía”, explica Arismendi.

Los programas de la Subdirección de Nutrición de la SDIS tienen especial énfasis en la infancia. “Vamos a trabajar con los padres de familia para que ellos lleven a su casa la información. Puede que asistan a algún comedor en alternancia o de manera permanente, pero que siempre tengan en cuenta estos hábitos”, comenta la doctora Londoño.

“No podemos satanizar nada. Todo en su medida y en sus debidas proporciones. Debemos mirar la calidad, la porción y la frecuencia del consumo”, precisa la doctora Arismendi.

Nutrientes críticos

La conferencista aconseja que se debe consumir no más de dos preparaciones fritas a la semana y aclara que el aceite de oliva es ideal para aderezar ensaladas, no para fritar. Tampoco recomienda fritar con margarina, este ingrediente puede usarse en preparaciones de repostería.

La sal ayuda al equilibrio de las células y la cantidad recomendada es una cucharadita por persona al día distribuida en las diferentes preparaciones. El azúcar debe ser controlado por su uso en las bebidas en casa como jugos o bebidas calientes y se recomienda mezclar dos frutas para un batido de fruta sin adición de azúcar.

Aprender a comer bien y disfrutar del proceso

Del 21 al 25 de septiembre se desarrollará la Semana de Hábitos y Estilos de Vida Saludables, un espacio en el que con especialistas en temas de salud, alimentación y actividad física, será posible aprender sobre qué significa alimentarnos sanamente, cómo ejercitarnos de manera adecuada y de qué forma podemos hacerlo en casa.

Las conferencias estarán disponibles en las redes sociales de la Secretaría Distrital de Integración Social.

El miércoles 23 de septiembre, a las 10 a.m., Jannet Arismendi hablará en detalle sobre los ingredientes que debemos utilizar, cuáles son sus aportes nutricionales y dará algunos consejos sobre cómo disfrutar de una comida deliciosa que rompa con las rutinas.

Enlaces de interés:

Sitio oficial de Facebook SIDS: 
https://www.facebook.com/integracionsocialbogota

Sitio oficial de Instagram SIDS: 
https://www.instagram.com/integracionsocialbogota/?hl=es-la

Canal oficial de YouTube SIDS: 
https://www.youtube.com/channel/UCjD52Jkh0iIeLStTyRFiFXQ


 

 
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1.175 niños y niñas se benefician del bono canjeable por alimentos en Santa Fe y La Candelaria

 

 
● La Secretaría Distrital de Integración Social es un aliado de las familias más vulnerables en Bogotá.

Bogotá, D.C., 8 septiembre de 2020. La Subdirección Local de Santa Fe y La Candelaria llevó a cabo una nueva jornada de entrega de bonos canjeables por alimentos para las familias participantes de los jardines infantiles en ese sector de la ciudad.

En estas circunstancias de pandemia y sin la presencia de niñas y niños en los espacios físicos, el bono ha servido para la entrega de apoyos alimentarios que refuerzan la alimentación desde los hogares.

Guardando las medidas de bioseguridad, los padres de familia y acudientes de los menores se acercaron para canjear el bono por alimentos. Se entregan desde el proyecto‘Compromiso por una alimentación integral en Bogotá. Se adquieren alimentos que incluyen lácteos, carnes, frutas, cereales y verduras, que aportan el 70 por ciento de los requerimientos nutricionales.

Son 1.175 niños y niñas participantes de los jardines infantiles de Santa Fe y Candelaria beneficiados del servicio y el acompañamiento permanente por parte de las maestras y profesionales que monitorean el estado nutricional de los menores y guían a sus padres o acudientes a minimizar situación por desnutrición.
 

Sandra Marcela Villalba, madre cabeza de familia y quien tiene a su hijo Steven en el Jardín Infantil ATA, expresó su gratitud y lo que significa el bono para ellos. “Esta ayuda es fundamental para mi familia. Tengo dos hijos y por la pandemia no he podido salir a trabajar para conseguir el sustento para mi casa. El bono es fundamental para que mis hijos puedan alimentarse como se debe”, dijo.

Nibelys Reyes, quien tiene a sus hijos estudiando en el Jardín Infantil Atanasio Girardot, se mostró satisfecha por la ayuda recibida. Señaló que “llevo estos alimentos, como carnes, verduras y frutas, para que mis hijos puedan alimentarse muy bien. Me siento agradecida, no solo por recibir el bono, sino porque he sentido el acompañamiento permanente de la Secretaría Distrital de Integración Social”.

Por su parte, Víctor Hugo Valenzuela, subdirector Local de Santa Fe y La Candelaria, reiteró que “nuestros profesionales están en permanente seguimiento vía telefónica con las familias para saber cómo se encuentran los niños y niñas pertenecientes a los jardines de nuestra localidad. Así mismo, adelantamos visitas domiciliarias en casos donde hemos considerado que debemos acudir y brindar un acompañamiento más directo”.

Desde la Subdirección Local Santa Fe y La Candelaria se han adelantado seis jornadas de entregas de alimentos con aportes nutricionales, en donde las familias de los niños y niñas participantes del servicio se han visto beneficiadas con alimentos de gran calidad nutricional en medio de esta pandemia.
 

 
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En la zona rural de Chapinero se siembra y se cosecha con amor

 

 
● El proyecto Compromiso por una alimentación integral en Bogotá de la localidad de Chapinero, por medio de su servicio de entrega de apoyos alimentarios de canasta rural atiende a 49 familias en la zona del Verjón bajo.

Bogotá, D.C., 4 de septiembre de 2020. La localidad de Chapinero es famosa por múltiples razones en Bogotá: se caracteriza por concentrar en la misma zona a universidades, restaurantes, clínicas, bares, discotecas, entre otras. Pero pocos saben que en este tradicional sector de la ciudad existe una zona rural extensa que abastece de alimentos a muchos habitantes dentro y fuera de la localidad, y a donde la Subdirección Local de Integración Social de Chapinero también llega con sus diferentes servicios y proyectos.

En el Verjón Bajo vive Marleny Moreno, oriunda de Marquetalia, Caldas. Ella está en Bogotá desde los 17 años, y en Chapinero lleva dos décadas. Su rostro adornado por una gran sonrisa irradia ese espíritu trabajador. Esposa dedicada y madre incansable, quien empezó a hacer parte del servicio de apoyo alimentario de canasta rural desde hace más de 6 años, junto a su familia.

Desde que se convirtió en beneficiaria de este servicio ella se ha convertido en una líder destacada, todo esto sin dejar de lado su labor principal que consiste en su trabajo en el campo.
 
 

Marleny y su familia, conformada por su esposo y tres hijos, se dedican a la siembra y comercialización de productos como espinaca, acelgas, rúcula, mixuna, perejil liso y crespo, rábanos, cubios, papa nativa, además de venta de huevos criollos y producción de miel, polen, entre otros. Todos de tipo orgánico.

La forma en la que distribuían sus productos antes de la llegada de la pandemia era por medio de diferentes ferias realizadas en Bogotá a donde eran invitados, lugares entre los que se encontraban la Universidad Nacional, la Universidad del Rosario, la Universidad Jorge Tadeo Lozano, la Secretaría Distrital de Desarrollo Económico, la Secretaría Distrital de Salud, el Parque Lourdes, La Plaza de Los Rosales, La Alcaldía Local y La Subdirección Local de Chapinero, entre otras.

La dificultad en ese entonces era el transporte, teniendo en cuenta que dentro de la vereda no se cuenta con una ruta permanente y la vía, en algunos tramos, está en muy mal estado.

Con las nuevas dinámicas de la cuarentena, ella se vio obligada a repensar su negocio, ya que finalmente es el único ingreso económico que tienen ella y su núcleo familiar. Su gran dinamismo y el apoyo de algunas personas la impulsó a comercializar sus productos con las personas que ya conocía por medio de WhatsApp, y aunque la señal en su casa no es la mejor, ella encuentra siempre la manera de dar respuesta a sus clientes.

Cindy Olarte, referente del proyecto ‘Compromiso por una alimentación integral en Bogotá’, se refiere a ella como “una mujer con mucho sentido social, colaboradora y noble, líder en su sector, quien trabaja siempre destacando la labor de las mujeres en la ruralidad y procura estar enterada de todos los servicios que ofrece el Distrito para beneficio de la ruralidad en pro de tener una mejor calidad de vida”.

Por su parte, Eloísa Moreno Briones, referente del servicio Creciendo en familia en la ruralidad, ha sido la profesional que ha apoyado a Marleny de manera constante, motivándola a cambiar la forma de comercialización de sus productos y ayudándole a generar nuevos contactos para esas dichas ventas.

Eloísa agrega que “ella ha encontrado cómo vincularse y conectarse con otras personas que le permiten hacer un despacho o tener la comercialización de sus productos un poco más organizada, ha sido un avance en su línea de comercialización y ha sido un proceso muy bonito ver como esa mujer de hace 6 años ha crecido como persona, se ha fortalecido como comerciante y campesina, ella se encuentra orgullosa de sus productos”.

Marleny afirma que en la vereda “la vida es muy tranquila”, y expresa su profundo cariño y agradecimiento con el servicio, pero no solo refiriéndose a la canasta como tal, sino al apoyo que ha recibido por parte de las profesionales, ella asegura que “ellas siempre están pendientes, dan consejos, nos preguntan cómo estamos y nos ayudan”. También extiende su agradecimiento a las docentes que van hasta la vereda a enseñarles a los niños y niñas, ya que como ella misma lo dice “aquí no hay un jardín ni nada, esas cosas son muy buenas”.

La Secretaría de Integración Social ofrece servicios integrales a sus participantes, que busca una Bogotá más sostenible, incluyente, con más oportunidades, pero sobretodo servicios que ofrezcan una calidad humana. En la zona del Verjón Bajo beneficia actualmente a 49 familias, entre ellas la de Marleny.

Marleny se despide con un mensaje contundente: “los invito para que vengan a conocer la vereda el Verjón Bajo, esto es Chapinero rural. Vengan y conocen nuestros productos, aquí todo es sembrado con mucho amor y cariño. Por favor apoyen el campo, este es un sitio muy bonito”. 
 

 
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“Mis hijos superaron la desnutrición gracias a un comedor comunitario de Integración Social”

 

 
• Niños de una familia de recicladores en Bogotá superaron niveles crónicos de desnutrición tras alimentarse en comedor comunitario. 

• En Bogotá operan 125 comedores comunitarios de la Secretaría Distrital de Integración Social. Cada día se entregan, aproximadamente, 35.670 raciones de comida a las personas que acceden a este servicio.

• Cerca de 800.000 personas al mes reciben apoyo de comedores comunitarios en Bogotá.

Bogotá, septiembre 3 de 2020. Desde hace más de ocho meses, la rutina para la familia Cruz Calderón ha sido la misma: levantarse cada mañana, alistarse para salir y caminar hacia el comedor comunitario de su barrio, en el sector Caracolí de la localidad Ciudad Bolívar. Luego de almorzar “como Dios manda”, según comentan, continúan su quehacer diario con la mejor energía.

Así garantizan una sana alimentación para sus dos hijos, de 9 y 12 años, quienes lograron superar niveles crónicos de desnutrición con el apoyo de este servicio que brinda la Secretaría Distrital de Integración Social (SDIS) .
 
 
 

“Cuando llegamos por primera vez al comedor, el área de crecimiento y desarrollo hizo una valoración. Nos dijeron que nos iban a colaborar porque los niños tenían desnutrición crónica. Desde ese momento, mis hijos empezaron a subir de peso y, a nivel general, nuestra calidad de vida empezó a mejorar”, aseguró Luz Aida Calderón, recicladora, o recuperadora ambiental como ahora se les conoce a quienes tiene este oficio, y beneficiaria del comedor comunitario Caracolí.

De acuerdo con Boris Flomin De León, director de Nutrición y Abastecimiento de la SDIS, en Bogotá operan 125 comedores comunitarios. Cada día se entregan, aproximadamente, 35.670 raciones de comida a las personas beneficiarias de este servicio. Al mes, esta cifra representa alrededor de 800.000 beneficiarios en la capital.

En el marco de la nueva normalidad, se implementaron nuevas modalidades para los comedores comunitarios. Como primera medida, la asistencia a cada comedor incluye nuevos protocolos de bioseguridad y distanciamiento social, recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Ministerio de Salud en Colombia.

La SDIS entrega a las familias de cada comedor recipientes herméticos donde pueden empacar sus alimentos para llevarlos a casa. Para el caso de personas que no pueden recoger sus alimentos directamente en el comedor (personas con algún tipo de discapacidad, población mayor de 70 años o menores de 4 años con alguna dificultad para movilizarse), hay un suministro de alimentos hasta su lugar de domicilio para que puedan recibir sus raciones de comida caliente.

“Una de las apuestas que hemos querido movilizar es la vigilancia nutricional. Además de recibir comida caliente,a las personas se les hace seguimiento sobre su condición de salud, ligado a su estado nutricional. Dos veces al año hay un monitoreo de supeso, talla y, en general, su estado de salud. Esto permite revisar si hay un impacto o no, de los servicios que prestan los comedores frente a dichas condiciones de salud”, precisó Flomin.

Jhon Cruz, también reciclador y beneficiario del comedor comunitario Caracolí, asegura que este espacio ha sido fundamental para su familia: “Fui habitante de calle durante cinco años y alguna vez estuve en los hogares de paso de Integración Social. Hice un proceso voluntario que me permitió regresar con mi familia. Después nos hablaron de los comedores y, todo empezó a mejorar. Mis hijos superaron niveles crónicos de desnutrición gracias a un comedor comunitario de Integración Social”.

¿Cómo acceder a un comedor comunitario?

El primer paso es buscar un comedor cerca del lugar de residencia. En las localidades están las subdirecciones locales de la Secretaria de Integración Social. Las personas pueden dirigirse allí y recibir información sobre los requisitos, documentos y posibilidades para poder ingresar a los comedores.

Las familias deben presentar los documentos de identidad de cada uno de los miembros del hogar, además de su puntaje Sisbén, la dirección de residencia y un recibo de servicios públicos. Si hay miembros de la familia con alguna condición de discapacidad, es necesario presentar la certificación de estado de discapacidad.

La SDIS revisa la información y focaliza a las personas que necesitan este apoyo para asignarles un cupo. “El comedor es un garante de los derechos en cuanto a nutrición de los niños, niñas y personas en estado de vulnerabilidad de Bogotá. Normalmente no se tienen en cuenta las edades, sino la vulnerabilidad familiar”, aseguró José Domingo Bohórquez, psicólogo y profesional social encargado del comedor Caracolí.

Estos comedores abren sus puertas de lunes a sábado, en horarios de 10:00 de la mañana a 2:00 de la tarde. Los domingos y festivos no hay servicio.

Alimento para el cuerpo, la mente y el alma

Los comedores comunitarios son espacios que propician escenarios de crecimiento colectivo y hay un componente fundamental de inclusión social, asociado a la alimentación.

“Cada grupo poblacional tiene unas dinámicas alrededor del consumo de alimentos. De una u otra manera, los comedores se convierten en un dispositivo movilizador que les permite a las personas tener nuevas oportunidades a nivel social y personal. La seguridad alimentaria es el primer peldaño para generar esa movilidad social”, precisó Flomin De León.

Estos espacios van más allá de su propósito enfocado en la alimentación saludable. Las personas que acceden a estos comedores reciben capacitaciones sobre procesos ambientales, prácticas sostenibles como agricultura urbana, asuntos de emprendimiento e, incluso, manejo de situaciones en el hogar y a nivel social en general. Algunos tienen convenios con fundaciones y las personas se pueden inscribir a cursos de panadería, cocina, entre otros. 
 

 
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En Suba, Integración Social hace seguimientos nutricionales en casa

 

 
Cada mes, en sus ciclos vitales entrega 12.030 apoyos alimentarios. 

Bogotá, D.C., 31 de julio de 2020. Un gran reto de los nutricionistas de la Secretaría Distrital de Integración Social (SDIS) es continuar con el seguimiento virtual a los beneficiarios que reciben servicios de alimentación en las diferentes modalidades, como entrega de paquetes y canastas, bonos canjeables o alimentos calientes a través de los comedores comunitarios.

Durante la actual cuarentena, el equipo de nutricionistas de la localidad, cumpliendo con los actuales protocolos de seguridad, ha tomado peso y talla de manera excepcional únicamente a los menores de edad con reporte de desnutrición aguda.

Por el estricto seguimiento nutricional y tamizajes de talla y peso (datos antropométricos) a los beneficiarios de los diferentes servicios en sus respectivas modalidades,la Localidad de Suba cuenta con 14 profesionales en nutrición, que por la cuarentena en casa hacen seguimiento de manera virtual y telefónico a las personas vinculadas a los servicios.
 
 

Adriana Venegas, nutricionista del proyecto' Compromiso por una alimentación integral en Bogotá’, destaca que “desde el componente de vigilancia y nutrición, durante la actual emergencia sanitaria, hemos realizado seguimiento telefónico a los casos reportados por malnutrición y, en articulación con la Subred Norte, se han identificado ciudadanos que cumplen requisitos, a los cuales se les hace el ingreso para recibir apoyo alimentario por parte de la Secretaría Distrital de Integración Social”.

De la misma manera, se apoya con entrega de alimentos en la puerta de la casa a beneficiarios activos en mayor riesgo por enfermedades crónicas, como pulmonar o renal, personas con diagnóstico de cáncer, obesidad, afecciones cardiacas graves, diabetes o personas mayores de 70 años.

Jazmín Parra, beneficiaria de la canasta rural de la vereda Chorrillos y quien también en el pasado recibió el apoyo del servicio ‘Creciendo en Familia’ dice que “reconozco el trabajo de las nutricionistas, quienes hacen la toma de talla y peso de todos los integrantes de la canasta rural, nos guían y entregan información sobre los buenos hábitos de alimentación en casa para el bienestar de nuestras familias”.
 

‘Creciendo en Familia’ ha venido atendiendo a las familias a través de llamadas telefónicas que realizan los profesionales de la salud, psicología, nutrición, pedagogía y comunitarios. Hacen el seguimiento para ver las características y necesidades específicas de las familias durante esta cuarentena en casa.

Elsa Mocada, nutricionista de ‘Creciendo en Familia’, que atiende a madres gestantes, niños y niñas menores de dos años, indica que “a través del servicio se promueve que la base de la vida se forme en los 1.000 primeros días con la lactancia materna exclusiva hasta los seis meses y mínimo hasta los dos años, con alimentación saludable. Además, las familias gestantes y lactantes reciben orientación individual y grupal frente a temas de crianza, cuidado, desarrollo infantil en el hogar y cada mes un bono canjeable por alimentos”.

Con la premisa “los cuidamos y nos cuidamos”, la SDIS sigue tomando las medidas necesarias para preservar la vida y la salud de las familias más vulnerables de la localidad de Suba. A través del Plan de Desarrollo ‘Un nuevo contrato social y ambiental para la Bogotá del Siglo XXI’ se avanza hacia la igualdad de oportunidades, recuperando la pérdida económica y social derivada de la emergencia por el Covid-19, capitalizando los aprendizajes y los canales para atender y mitigar los efectos de la pandemia en construcción con la ciudadanía.
 

 
 
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Los comedores comunitarios son una apuesta de inclusión social

 

 
La Localidad de Kennedy cuenta con 11 comedores comunitarios con un cobertura de 3.210 participantes. Su reapertura se da en medio de estrictas medidas de bioseguridad.
 
Bogotá, D.C., 29 de julio de 2020. Los comedores comunitarios son un servicio social de la Secretaría Distrital de Integración Social (SDIS) dirigido especialmente a niñas y niños entre los 3 y 17 años, mujeres gestantes y lactantes y adultos mayores. La prioridad son personas con discapacidad y ciudadanos en general en situación de inseguridad alimentaria.

Se les brinda alimentación y un acompañamiento desde el componente social para fortalecer capacidades en las personas y familias a través de procesos de inclusión social para una mejor la calidad de vida.

Comprometida con las personas más vulnerables que se encuentran dentro del servicio social de ‘Bogotá Te Nutre’, la SDIS ha dispuesto en esta situación de cuarentena por el Covid-19 un protocolo estricto para la entrega de alimentos en los comedores comunitarios.
 

Liliana de la Hoz, proveniente del estado de Zulia (Venezuela) y con raíces colombianas, es madre cabeza de hogar de tres hijos. Llegó a la ciudad hace más de cuatro años, sin redes de apoyo y sin conocer a nadie. Emprendió una nueva vida afrontando situaciones como dormir en un parque y estar sin trabajo por la falta de documentación

Su recorrido la llevó a vivir en la Localidad de Kennedy. Allí escuchó sobre los servicios de la SDIS, en donde según ella, encontró calidez, una voz de aliento y gente con un gran compromiso de servicio que le brindaron apoyo a través del Comedor Comunitario Bellavista.

Gracias a este beneficio pudo encontrar trabajo, dejar algunas preocupaciones y mejorar así la calidad de vida de su familia.

Hoy, en compañía de sus hijos, se siente feliz por la reapertura del Comedor Comunitario Bellavista, entendiendo que deben continuar con todos los protocolos de bioseguridad, distanciamiento y demás acciones para minimizar la propagación de la pandemia del Covid-19.
 

“Para mí es muy emocionante volver, ya que este es mi segundo hogar, no solo por el apoyo alimentario, sino porque mis hijos han logrado recuperar su estado de nutrición acordes con su edad y salud. Asimismo, hemos aprendido muchas cosas y nos impulsan a una inclusión social desde los profesionales del servicio”, destaca Liliana.

Felipe Ramírez, referente del proyecto ‘Bogotá Te Nutre’, destaca que “en la localidad estamos muy contentos, pues es gratificante que en medio de la emergencia sanitaria provocada por el Covid-19 se realice la reapertura de los comedores Bellavista, Saucedal y Timiza. La idea es garantizar la seguridad alimentaria de las familias más vulnerables. Lo más enriquecedor para nosotros es ver la sonrisa en los participantes en estos tiempos de aislamiento preventivo obligatorio”.

En los comedores comunitarios, desde su componente de inclusión social, se realizan actividades y acompañamiento profesional a las familias basado principalmente en el desarrollo de capacidades para una vinculación educativa, laboral y cultural. Además de la referenciación a entidades públicas y privadas en la activación de rutas de atención. También se desarrollan acciones de vigilancia nutricional y se promueven estilos de vida saludables en dos vías: hábitos nutricionales adecuados y actividad física.

Atendiendo los protocolos de bioseguridad y distanciamiento social, el servicio de comedores comunitarios se ofrece en las siguientes modalidades:

• Presencial: consumo de los alimentos en el comedor, cumpliendo con las normas sanitarias de prevención para evitar el contagio por el Covid-19.

• Para llevar: los participantes o un representante del grupo familiar deberá recoger los alimentos en el comedor en recipientes herméticos.

• Entrega en casa: a los grupos de riesgo mayores de 70 años y demás grupos que no puedan presentarse en el comedor se les llevarán las raciones a su domicilio, evitando exponer a este tipo de población a un contagio por Covid-19.
 

 
 
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