• En el Centro de Desarrollo Comunitario (CDC) Julio César Sánchez de la localidad de Usme, alrededor de 50 mujeres y hombres reciben formación diaria en costura y confección, generando sus propios emprendimientos.
• Gracias a una alianza con el SENA, los y las nuevas emprendedoras, cuentan con la posibilidad de vinculación laboral.
En el Centro de Desarrollo Comunitario Julio César Sánchez, ubicado en la localidad de Usme, hombres y mujeres, en su mayoría personas mayores, participan en un taller de confección de 40 horas, donde crean buzos, camisas, sudaderas y una variedad de prendas de vestir. Este taller es posible gracias a una alianza entre la Secretaría de Integración Social y el Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA), que desde hace un año ha asignado al instructor Carlos Eduardo Barrera Cardoso para liderar esta formación.
“Comenzamos con una formación complementaria de 40 horas, que incluye desde el manejo básico de la máquina plana y el enhebrado de la fileteadora, hasta el desarrollo de prendas más avanzadas como sudaderas, pantalones, ropa colegial y bolsas ecológicas. Según el progreso de cada alumno, se logra una formación integral en confección,” explica Carlos Eduardo.
Durante la etapa lectiva, el SENA apoya a los aprendices para que firmen un contrato de aprendizaje con una empresa durante tres meses, recibiendo el 50% de un salario mínimo. En la etapa productiva, se ofrece un contrato de aprendizaje con salario mínimo, además del pago de ARL y servicios de salud.
Yuri Marcela Martínez, colaboradora y vocera del equipo, tiene la tarea de apoyar a los estudiantes en sus dificultades de aprendizaje, gracias a su experiencia en el área. Yuri Marcela, quien lleva 7 meses en el taller, ya cuenta con una fileteadora y una máquina plana en su hogar, adquiridas gracias al ingreso que obtiene por sus prácticas con una empresa.
“Estoy aprendiendo a confeccionar buzos y camisas, y nuestro profesor es un excelente colaborador, muy paciente, especialmente con las personas mayores y un joven con discapacidad que se esfuerza por manejar las máquinas, con el apoyo de su mamá, quien ya tiene un mini taller en su casa,” comenta Yuri Marcela.
Otra beneficiaria, Hilda María Castillo Camelo, oriunda de Aguadas, Santander, y residente del barrio Santander, resalta la importancia de este taller: “Llegué sin saber enhebrar una aguja ni conocer las máquinas, y hoy ya sé confeccionar prendas gracias al potencial de nuestro profesor”.
Yuri Marcela y su compañera Berenice Lancheros han emprendido un negocio propio, confeccionando bolsas reciclables hechas de tela quirúrgica, que venden en diferentes sectores de la localidad con gran éxito. Además, han comenzado a elaborar bolsos de jean a partir de pantalones en desuso, con la meta de confeccionar sudaderas y camisas en un futuro cercano.
Yuri también destaca el apoyo integral que el Centro de Desarrollo Comunitario ofrece, especialmente a las amas de casa desempleadas, quienes además de aprender confección, reciben apoyo psicosocial, lo que les permite un mayor desarrollo personal y mejorar su calidad de vida.
Este taller de confección también ha recibido a numerosas mujeres cuidadoras, quienes se forman, gracias al apoyo del SENA, en áreas como diseño de ropa industrial, deportiva, shorts, blusas, patronaje y ropa masculina, entre otros.
Este taller de confección también ha recibido a numerosas mujeres cuidadoras, quienes se forman, gracias al apoyo del SENA, en áreas como diseño de ropa industrial, deportiva, shorts, blusas, patronaje y ropa masculina, entre otros.