Bogotá, agosto 3 de 2018. El bebé, sin parpadear, se embelesa con los atrapasueños que cuelgan de las orejas de su mamá. A 418 kilómetros de su tierra, sus ancestros y sus orígenes Katya Aurora Yukuna, oriunda del Caquetá, le canta una canción, indígena, a su niño mientras lo amamanta sin pena. A escasos centímetros, y totalmente enternecido con la escena, Jhon Jairo Osorio, sus esposo, intenta no expresar su emoción. No lo logra, sus ojos brillan.

Mañana soleada. 4.936 personas, entre mamitas lactantes y acompañantes, esperan sobre el césped del parque ‘Los Novios’ en Bogotá. La escena se repite para donde se dirija la mirada. Entre cobijas, coches, mamelucos y pijamas infantiles, miles de niños son amamantados por sus mamás. No hay presión, no se sienten observadas, no hay pena, solo una fiesta de bebés felices.

En medio de los cánticos infantiles, Katya intenta tararearlos –no le queda fácil porque al tiempo tararea canciones indígenas-, junto con su esposo. Ambos no pueden dejar de observar el niño, es como si fuera una sola aura, totalmente llena de amor. Amor puro.

“Para mí es muy importante la lactancia, porque es el desarrollo del niño desde que nacen, la leche que toman, entonces eso hace que ellos crezcan fuerte y pienso que es lo más importante que puedan tomar los bebés”, dice Katya, un poco apenada. No le gustan las cámaras, ni ver que su voz queda grabada. Sin embargo, cuando se le habla de lactancia materna, sus ojos negros indios titilan.

 

 

 

Y como muestra de lo que debe ser un padre responsable, Jhon la acompaña a todo lado. Habla de lactancia materna, como si fuera él mismo, el que tuviera que alimentar a su bebé. Reconoce la importancia del hecho.

“Es la base de todo para mi vida. Es lo más importante, y así que pues este evento es algo importante en cuanto para el bebé y la lactancia materna. Estar con mi esposa y con mi bebé es muy importante aprovechar estos tiempos”, asegura.

No es el único. Cerca de él hay otras parejas, donde son los padres, quienes cubren a sus bebés y sus parejas, del inclemente sol que golpea el lugar.

“Por lo que hemos aprendido, la lactancia materna, es como la base de que él desarrolle más sus sentidos, tenga una mayor comunicación con su madre y que todos sus órganos estén mejor”, sentencia.

Once de la mañana. El cielo, con algunos vestigios de un chubasco, amenaza la jornada. Pero solo fue un susto, en simultánea y bajo la batuta de un cantante infantil, todas las mamitas hacen que sus bebés se alimenten. Es impresionante la sensación de bienestar que expresan los niños. Definitivamente no hay un alimento mejor.

Pero la fiesta no fue solo en Bogotá. En Cali y Medellín también se presentó el amamantamiento masivo. En Cali, por ejemplo, participaron 1.931 mamitas con sus bebés y en Medellín fueron 1.565. En todo el país, entre madres gestantes y sus acompañantes, fueron más de 12 mil personas las que mandaron un mensaje clave a la sociedad: amamantar debe ser un acto libre, sano y de amor.

Es importante recordar, que en cumplimiento con el acuerdo 480 de 2011, el Distrito tiene 308 ‘Salas Amigas de la Familia Lactante’ en espacios institucionales (jardines infantiles) y laborales en empresas públicas y privadas. Esto sin duda es una estrategia positiva para que la mujer pueda extraer la leche materna cuando haya ausencia temporal del bebé y recibir orientación sobre la práctica adecuada de la lactancia y la alimentación infantil saludable.

Para terminar, es ‘Todos por la Lactancia’ la campaña que busca, entre el Distrito y la Fundación ‘Éxito Gen Cero’, generar conciencia en la ciudadanía sobre la importancia de apoyar a las mujeres, de distintas maneras, en el logro de una lactancia exclusiva desde el nacimiento hasta los 6 meses de edad y complementada con una alimentación nutritiva hasta más allá de los 2 años.