La expedición (georeferenciación) nos condujo al cuadrante de Los Mártires. Allí entre tejas, lonas de plástico y llantas empezaron a aparecer Marco, Javier, ‘Pecoso’, Sandra y ‘Shakira’.  Cada uno a su estilo respondió a un amable “buenas noches” de los funcionarios de la Secretaría. Algunos asustados o como ellos dicen ‘paniquiados’, producto del consumo de drogas o del ‘licor’ que ingieren, el ‘chamber’, -mezcla de alcohol antiséptico y saborizante- (jugo de sobre).

 

En el caso de Marco, un octogenario que dormía en la escalinatas de la Plaza de Mercado de Paloquemao, nuestro interlocutor fue el celador del lugar, porque el adulto mayor no musitó palabra y nos miraba receloso, quizás aún adormilado y temeroso.

 

 

Javier y ‘Pecoso’, dos muchachos con edades entre los 25 y 35 años, tras devorar con ganas los refrigerios que distribuyeron los integrantes del equipo de identificación manifestaron su intención de volver a Bakatá y agradecieron el apoyo que han tenido por parte de psicólogos, nutricionistas y trabajadores sociales que los han orientado para superar su adicción a las drogas.

 

Sandra y ‘Shakira’ de manera más parca manifestaron su deseo de asearse debidamente y comer algo decente.  “Estamos cansadas de esta vida, del menosprecio de la gente y de la ‘maldita bazuca’.  Muchos de los que nos miran mal no saben cómo es esto y simplemente nos juzgan.  Queremos salir adelante y agradecemos la ayuda que nos dan”, dijo Sandra.         

 

Para Miryam Cantor, subdirectora para la adultez de la Secretaría de Integración Social, quien también acompañó el recorrido, “el habitante de calle es una realidad con la que convivimos diariamente y que el gobierno de la ‘Bogotá Mejor Para Todos’ quiere cambiar”.

 

“Esta georeferenciación pretende ubicar los ‘parches’ que frecuentan los habitantes de calle y sus características  particulares para ofrecerles la ayuda específica que necesitan según cada caso.  La idea es que ellos acepten ir a los cuatro centros de atención que tenemos para iniciar el proceso de deshabitualización de calle  y de consumo.  Salir y caminar hacia  los ‘cambuches’ nos permite tener de primera mano el insumo necesario que muchas veces bajo las frías estadísticas de una oficina se pierde”, puntualizó Cantor.

 

Casi sobre las 5 AM los integrantes de los equipos que en terreno adelantaron la actividad con los habitantes de calle, extenuados por la maratónica labor de georeferención durante tres días, se marcharon a sus hogares con la satisfacción de aportar un grano de arena en la reconstrucción del tejido social de la ciudad. 

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