“No fuimos a abrazarnos con la gente del poder en los cocteles, fuimos a abrazar a los habitantes de calle. Bogotá Humana no puede permitir que a ningún ciudadano se le rebaje su ciudadanía”, Gustavo Petro, Alcalde Mayor de Bogotá.
Cuando hablamos de Bakatá no nos referimos a un complejo arquitectónico que se está construyendo en la capital, nos referimos al Centro de Autocuidado y Acogida para habitantes de calle más grande que se haya construido en el país.
Llegó por fin el día y la hora indicada para darle apertura a una de las apuestas más importantes de la Secretaría de Integración Social: el Centro Bakatá.
El sol se ocultaba poco a poco entre las paredes imponentes del Hospital San José, en la Plaza España pululaban los transeúntes que con curiosidad se preguntaban entre ellos qué fiesta había en este sector de Los Mártires que todas las personas estaban a la expectativa. Entre tanto, poco a poco, algunos habitantes de calle llegaban de todos lados y se aglomeraron a la entrada de un extraño lugar que en su fachada tenía pequeñas siluetas humanas de colores que simulaban darle la bienvenida a esta mágica y extraña edificación. Uno a uno llegaron preguntando qué estaba ocurriendo y porqué se escuchaba música en ese sitio.
La respuesta era sencilla, Bakatá había llegado para quedarse y restablecer los derechos de los habitantes de la calle. Allá en ese rincón de la ciudad donde la vulnerabilidad y el abandono se evidencian en cada calle, esquina, callejones, rincones, paredes, etc, ese día brilló el sol para devolver la esperanza a esta población que entre acera y andenes pasa la vida.
Una vez dentro del lugar cada uno de ellos se ubicó en un lugar privilegiado y reservado exclusivamente para ellos, los protagonistas eran los habitantes de calle. Algunos llegaron con algo de temor porque no sabían con que se encontrarían, para otros por el contrario su felicidad erar ineludible, “la calle me ha golpeado muy fuerte, pero hoy estoy feliz, encontré el hogar que un día perdí por las drogas y el alcohol, esa cama de allá arriba me está esperando para arroparme y darme calor, una sopa caliente me tomaré con mis parceros y amigos de travesía”, comentó Caliche, como le llama su amigo.
El 24 de junio se abrió una página de inclusión en la historia de Bogotá para los habitantes de calle, con ellos se dio inicio a las estrategias y acciones de reducción de los daños asociados al estilo de vida en calle mediante la prestación de servicios de autocuidado y acogida, que en el marco del enfoque de derechos y diferencial contribuyan con la resignificación y transformación de las relaciones consigo mismos, con la sociedad y con el territorio.
Más de 1.000 habitantes de calle harán parte de esta gran apuesta de Bogotá Humana a través de la Secretaría de Integración Social mediante la recuperación de hábitos de aseo, alimentación, higiene del sueño y cumplimiento de algunas rutinas de la vida diaria; iniciar procesos de reconocimiento y restablecimiento de derechos con la población participante mediante la identificación de su estado de garantía y la activación de la oferta de servicios pública y privada de la ciudad, ampliando progresivamente sus capacidades y potencialidades para el desarrollo de una vida autónoma, fuera del circuito de calle.
“El camino de la inclusión social es el garante de los derechos de los ciudadanos habitantes de calle, este centro es una las mayores apuestas de restablecimiento de los derechos que se ha realizado en el país”, comentó el burgomaestre Gustavo Petro. En este magno evento estuvo presente el secretario de Integración Social, Jorge Rojas Rodríguez; el secretario de Salud, Mauricio Bustamante; el secretario de Educación, Oscar Sánchez; la secretaria de Gobierno, Gloria Flores; el subdirector para la Adultez, Daniel Andrés Mora Ávila; el subdirector Local de los Mártires, Juan Fernando Rueda; el coordinador de Bakatá, Haiver Perilla, entre otros funcionarios que hicieron presencia y aportaron su grano de arena a la construcción de los cientos de sueños que desde ya empezaron a tejerse.
“¿Porqué se llama Bakatá, Alcalde? Se llama Bakatá porque así lo decidieron los habitantes de calle para reivindicar el nombre indígena de un poblado que le dio origen a la ciudad, el origen es de la comunidad muisca y quiere decir Centro de Labranza; se llama también Bakatá porque es el nombre de la primera mascota de la ciudad, una perrita abandonada en la calle y adoptada por el Alcalde Mayor de Bogotá, Gustavo Petro; este centro se llama Bakatá porque los habitantes de calle tienen como red de afecto a los animales y ellos quieren que también los cuidemos. Vamos a hacer un centro especial para las mascotas de los habitantes en la calle”, afirmó el secretario de Integración Social, Jorge Rojas Rodríguez.
Y con un aplauso que se escuchó hasta la Plaza España de parte de los habitantes de calle se marcharon uno a uno para llegar muy puntuales a su cita con la libertad y a una vida nueva.