• Félix Pulido fue abandonado en las calles del barrio Santander y, tras décadas enfrentando adicciones y dificultades, encontró una oportunidad de cambio gracias a la Secretaría de Integración Social.
• El centro de atención para habitantes de calle y el Comedor Comunitario 12 de Octubre le abrieron las puertas al cambio, ofreciéndole alimentos nutritivos y un entorno de calidez y apoyo, lo que ha sido esencial para su bienestar.
Bogotá, D.C. mayo 27 de 2024. Camina lento y seguro, mostrando sus zapatos bien lustrados, su impecable traje negro, camisa blanca y corbata morada. ¿Quién es este hombre de sonrisa franca y admirado por su sencillez?
Una fría mañana de 1961, una pareja recorriendo las calles del barrio Santander encontró a un bebé recién abandonado. Se encariñaron con el niño, y él con ellos, hasta que los dejó nueve años después al descubrir lo que hoy conocemos como violencia intrafamiliar.
Su hogar fueron las duras calles, y su educación formal llegó hasta cuarto grado de primaria. Conoció el alcohol, el bazuco y las calles de El Cartucho y El Bronx, siendo víctima de la llamada "limpieza social", de la cual sobrevivió para tener una nueva oportunidad, gracias a los servicios de la Secretaría de Integración Social.
Félix Pulido, un bogotano de 63 años, desconoce a sus padres y posibles hermanos tras haber sido abandonado una semana después de su nacimiento. “No los juzgo porque nunca tuve la oportunidad de hablar con ellos”, señala.
Desde niño conoció la violencia intrafamiliar, lo que lo llevó a abandonar a la familia que lo recogió y crio. “Dormía donde me cogiera la noche, debajo de aleros y antejardines, y me fui formando como habitante de calle. Comencé a reciclar y a involucrarme con los vicios a los 16 años, con el bazuco, el demonio de la juventud”.
Durante décadas, Félix lidió con la adicción y las dificultades de la vida callejera, pero encontró una oportunidad de cambio gracias a la Secretaría de Integración Social.
El 3 de marzo de 2012, tras un ataque que casi le cuesta la vida, Félix fue atendido en el hospital El Tunal y luego ubicado en un hogar de atención transitoria de la Secretaría de Integración Social. Allí, recibió apoyo y orientación, lo que marcó el inicio de su recuperación.
Hoy, Félix vive en el barrio JJ Vargas y es conocido y querido por sus vecinos. El Comedor Comunitario 12 de Octubre ha sido fundamental en su vida, ofreciéndole no solo alimentos nutritivos, sino también un entorno de calidez y apoyo. Para Félix, este comedor es un pilar esencial de su bienestar.
Félix invita a otros habitantes de calle a aprovechar los servicios de Integración Social. "La gente nos quiere ayudar. Acójanse a estos servicios y no dejen que se apaguen sus sueños. Hagámoslo por nosotros", concluye con determinación.