- Gracias a los talleres artísticos que reciben los participantes del Centro Día La Fraternidad, las personas mayores han logrado sanar heridas y afrontar la vida con otros ojos.
- El equipo de profesionales se encarga de motivarlos y ayudarlos a salir de la rutina.
Bogotá, D.C., 29 de enero de 2023. El Centro Día ‘La Fraternidad’ es un lugar donde las personas mayores de la localidad de Antonio Nariño tienen la oportunidad no solo de romper su rutina, sino de encontrar un espacio donde se descubren o se refuerzan talentos que se plasman en diferentes representaciones artísticas como la pintura y el trabajo de esculturas.
Gilma Fernández, quien es beneficiaria de este servicio desde hace varios años, señaló sobre su participación en los talleres artísticos: “Para mí fue una experiencia fabulosa porque nunca había trabajado esculturas en yeso ni pintura… estas actividades nos ayudan a salir de nuestra rutina en el hogar y a olvidar pesares”, y agregó que “asistir al Centro Día fue terapéutico, pues había sufrido la pérdida de su nieto y dos hermanos”.
Resalta la labor que realizan los docentes, pues asegura que en ellos siempre encuentran palabras de ánimo, comprensión y un trato digno para todas las personas mayores.
“Los profesores de Centro Día ‘Fraternidad’ nos impulsan día a día a enfrentar todas las situaciones. Gracias a los talleres que recibimos, entendemos que nada nos queda grande”, Indicó Gilma.
Nathaly Terreros, artista y profesora de ‘La Fraternidad’, explicó que el motivo de ofrecer estos talleres a las personas mayores es el de busca potenciar la creatividad y enseñarle otro tipo de cosas que pueden fortalecer su talento y, a su vez, que puedan hacerlo tangible a través del arte.
“La idea de espacios como los cursos artísticos, es introducir el arte en las personas mayores, porque encontramos que hay participantes muy talentosos que tienen una llama creativa dentro de ellos, y solo necesita ser impulsada”, precisó Nathaly Terreros, artista y profesora del Centro Día ‘La Fraternidad’.
Arte para sanar
Gilma aseguró que una de las actividades realizadas durante este curso artístico le ayudó a sobrellevar sus emociones. “Gracias al taller de pintura sobre madera logré canalizar mis sentimientos de tristeza, como fue la pérdida de mi nieto, ya que después de su muerte se sembró un árbol en honor a él, y yo quise plasmar esa imagen a través de la pintura en un cuadro que yo he llamado El Árbol de la Esperanza”, finalizó Gilma.