• Néstor Mosquera, un hombre chocoano desplazado a Bogotá a los 11 años, encontró la perseverancia y la determinación para sobrevivir en la capital colombiana.
• Como carretero, Néstor recoge y recicla materiales para subsistir, demostrando un compromiso con el medio ambiente y la comunidad.
• Gracias a la estrategia de Transferencias para la Inclusión, ha experimentado una transformación significativa en su calidad de vida y mantiene la esperanza de un futuro mejor para él y otros carreteros.
Bogotá, D.C., noviembre 9 de 2023. Néstor Mosquera, un hombre chocoano de 39 años, lleva una vida singular en las bulliciosas calles de Bogotá. Acompañado únicamente por su fiel perrita, su historia es un testimonio de perseverancia, determinación y el deseo de superar las adversidades.
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Nacido en una región asolada por la violencia, Néstor vivió la desgarradora experiencia de ser desplazado a la edad de once años. Lejos de su hogar, sin un techo sobre su cabeza, se convirtió en un "caminante" que buscaba oportunidades en la capital de Colombia. Sin embargo, la vida no le dio la espalda. En su camino, encontró una forma de subsistencia como carretero, dedicándose a este oficio durante más de 15 años en Bogotá.
Néstor se levanta cada día con un propósito claro: recoger los desechos que otros descartan. Con su carretilla, se dirige al Centro Carretero de Mártires y lleva a cabo la ardua labor de recolectar materiales reciclables. Posteriormente, vende estos materiales a las recicladoras de la ciudad. Para él, esta actividad no solo es una fuente de ingresos, sino también un compromiso con el medio ambiente y la comunidad.
Una de las principales preocupaciones de Néstor y otros carreteros como él es la falta de empleo estable en un entorno económico incierto. Sin embargo, habla con gratitud de las ayudas gubernamentales, en particular del dinero que empezó a recibir gracias a la estrategia de Transferencias para la Inclusión de la Alcaldía Mayor de Bogotá, la Secretaría de Integración Social (SDIS), la Secretaría de Planeación (SDP) y el Instituto para la Economía Social (IPES).
Este subsidio ha marcado un cambio significativo en su calidad de vida. Con estos recursos, ha logrado pagar su alquiler, comprar artículos esenciales y mejorar su situación económica. En sus palabras, "es un buen apoyo, son ganancias para nosotros que mantenemos en la calle, vivimos en la calle y luchamos todos los días por un arriendo".
A pesar de las dificultades que ha enfrentado, no ha perdido de vista sus aspiraciones y deseos. Aunque no practica deportes actualmente, le encantaría volver a jugar al microfútbol, recordando los días de su juventud. En ese sentido, su mayor anhelo es mejorar su situación económica y aprender actividades manuales que le permitan ganarse la vida de manera más sostenible. La posibilidad de tener una casa propia, en lugar de pagar alquiler, es otro de sus sueños que busca alcanzar.
El programa de Transferencias para la Inclusión, el Ingreso Mínimo Garantizado y la estrategia 'Que la basura no se vuelva paisaje' han sido cruciales en el viaje de Néstor. Estos programas no solo le han brindado apoyo económico, sino que también han inspirado la esperanza de un futuro mejor para él y otros carreteros que luchan por un lugar en la sociedad.
La historia de Néstor Mosquera es un testimonio de resiliencia y superación. Su vida como carretero es un ejemplo de cómo, a pesar de las adversidades, la determinación y el apoyo pueden llevar a una transformación significativa. Su historia nos recuerda que, con las oportunidades adecuadas, todos podemos avanzar hacia un futuro más prometedor y lleno de esperanza.
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