• Se trata de la historia de Clara Inés Díaz Correal, una madre cabeza de hogar que, gracias a las trasferencias monetarias que recibe del Ingreso Mínimo Garantizado, ha logrado sacar adelante 7 hijos.
• Ahora, su mayor sueño es poder arreglar unas 'carretas' y salir a vender en las calles, un proyecto que se vislumbra gracias al respaldo financiero recibido,
Bogotá, D.C., enero 25 de 2023. Clara Inés Díaz Correal forma parte de los 454 mil beneficiarios del Ingreso Mínimo Garantizado que este año, por ser una de las familias con mayor número de integrantes en condición de pobreza extrema, pasa a recibir $860.000 a diferencia del año pasado que recibía $740.000. Ella es una mujer valiente que enfrenta la vida con 7 hijos a su cargo. Su historia es una epopeya de esfuerzo, sacrificio y esperanza.
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Desde el barrio La Paz, ubicado en la localidad de Santa Fe, esta mujer comparte su día a día con una familia diversa en edades, que va desde el mayor, un joven de 17 años, hasta la más pequeña de tan solo 7 años. Su hogar es una constante lucha diaria por un futuro mejor que se convierte en el motor que impulsa cada acción.
Desde que empezó a recibir el Ingreso Mínimo Garantizado, la situación de Clara Inés dio un giro radical. “Me ha favorecido mucho para sacar más adelante a mis hijos”, confiesa con gratitud en sus palabras porque ha logrado mejorar la calidad de vida de sus hijos.
“Yo invierto el dinero en el colegio de mis hijos para las sudaderas, los uniformes o los cuadernos, lo que ellos necesiten”, asegura, porque según antes de recibir el Ingreso Mínimo Garantizado, la vida de Clara Inés era un poco más dura. Le tocaba hacer trabajos extenuantes y vivía en la preocupación constante por satisfacer las necesidades de sus hijos.
La jornada laboral se extendía desde las 8 de la mañana hasta las 7 de la noche, un horario agotador que dejaba poco tiempo para compartir con sus pequeños. Sin embargo, cada esfuerzo estaba destinado a sostener a su familia.
Pero desde que llegó el Ingreso Mínimo Garantizado el impulso por surgir y salir adelante lo ve más cerca, ahora su mayor sueño es poder arreglar unas ‘carretas’ para poder surtirlas y salir a vender en las calles. El respaldo financiero ha permitido a esta familia respirar con más tranquilidad y concentrarse en metas a largo plazo, posiblemente su venta de dulces ambulante se convierta en la base de un proyecto más grande.
La historia de Clara Inés es un testimonio inspirador de cómo las transferencias monetarias pueden cambiar vidas y abrir puertas a un futuro lleno de posibilidades, una prueba de que, con oportunidades justas, incluso las situaciones más difíciles pueden transformarse en historias de éxito y esperanza.
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