• William Moncada fue habitante de calle por 30 años, a sus 56 encontró en Integración Social y la comunidad de vida El Camino las herramientas que impulsaron su transformación.

 

Bogotá, D.C., octubre 10 de 2022. “Vengo de un pasado triste, oscuro, bullicioso, de mentira y falsedad...” Con este poema, William Moncada inicia su historia, para él no hay otra forma, es a través de la poesía y la escritura que consigue narrar la desolación que vivió durante 30 años en las frías calles de Bogotá. 

Su colchón era el cemento, la basura su alimento y la droga la más infiel compañera que día a día dominaba su ansiedad. Ese era el mundo para él: no tenía salida, no encontraba solución. 

Fue desplazado por la violencia y en 1966 llegó a la capital en búsqueda de un nuevo plan. Lo que no sabía era que las drogas, empezando por la marihuana, hasta llegar al bazuco, lo llevarían a un callejón sin salida, llamado adicción. 

El tiempo y sus decisiones lo fueron dirigiendo a la extinta calle del Cartucho, donde se cruzó con las más grandes atrocidades, la muerte de cerca y una completa degradación. En su crónica Breve historia del barrio Santa Inés, William presenta la miseria que encontró: “Vi salir gente sin brazos, sin piernas, mutilados y muertos [...] También había personas muertas en vida por su decadencia física y moral”. 

Recorrió el callejón de la muerte, lo experimentó, pero a él no lo destruyó, para William había un camino distinto, una nueva oportunidad que abrió sus puertas en noviembre de 2012, cuando fue llevado a una Unidad Permanente de Justicia - UPJ- y un grupo de personas le presentó la posibilidad de iniciar un proceso de recuperación en la comunidad de vida El Camino, de la Secretaría de Integración Social.   

Cansado de las calles, William buscó un espacio en un Hogar de Paso Día y Noche, donde recibió alimento y una cama para iniciar la deshabituación de vida en calle. Allí se mantuvo por dos meses, y posteriormente fue dirigido a la comunidad de vida, donde rodeado de naturaleza y de profesionales dispuestos a ayudarle, vivió un proceso de nueve meses, que le permitió fortalecer sus hábitos saludables, empezar a rediseñar su proyecto de vida y desarrollar capacidades olvidadas como la escritura y la poesía, con las que descubrió un aliciente para su dolor y un medio para llevar a otros su mensaje de transformación. 

Estuvo en decadencia, pero de allí salió, a sus 57 años encontró la libertad. Aunque no fue fácil volver a la vida fuera de las calles, William se esforzó, se hizo merecedor de una mención de la Red Distrital de Bibliotecas Públicas -BiblioRed- por uno de sus relatos, y ha recibido múltiples reconocimientos por las letras con las que narra su historia y le da esperanza a quienes hoy es esfuerzan por dejar atrás las calles y la adicción. 

Ya han pasado cerca de ocho años, ahora trabaja en logística de seguridad y en sus tiempos libres sigue escribiendo, haciendo poesía y visitando los hogares de Integración Social, para decirle al mundo que las segundas oportunidades cambian vidas, y que, sin importar pasado, se puede abrir un nuevo capítulo, que le dé paso a un camino de libertad. 

 

Versos de William Moncada

Homenaje a la comunidad de vida El Camino

 

Eres mi hogar, donde hay reflexión

Tus parques y árboles conjugan un sentir de armonía, paz y felicidad

Para quienes vinimos aquí y tenemos ganas de triunfar

 

Dentro de esta selva de cemento, llena de perjuicios

Eres un oasis para aquellos que vivimos encerrados en nuestra propia soledad

Un manantial de sabiduría con ingredientes campestres […]

 

En poco tiempo me llenaste de triunfos

Gracias por darme tu albergue y esas ganas de vivir.