- William Moncada, un exhabitante de calle, recuerda a través de la poesía lo que vivió y luchó para sobrevivir en la calle. A continuación algunos versos.
Bogotá, D.C., diciembre 29 de 2022. William Moncada habitó la calle durante 30 años, el cemento y la intemperie fueron testigos de sus años de consumo y dolor. Y aunque su historia parecía no encontrar salida, a sus 57 años llegó la libertad; Moncada transformó su vida luego de un proceso de recuperación en la Comunidad de Vida El Camino y de un encuentro con las letras y la poesía, que le han dado esperanza en sus momentos de oscuridad.
Él nos recuerda a través de versos lo que vivió, luchó y cómo sobrevivió. Esta es la recopilación de su poesía, que siembra una semilla y deja huella al andar.
El testimonio hecho poesía
Vengo de un pasado triste, oscuro, bullicioso, de mentira y falsedad
Solo por desearte me echaste al fracaso
Sumergiéndome en odio, rencor e indignidad
Pero aquí estoy, radiante de paz, armonía y felicidad
Mientras tú andas y estás en todas partes causando dolor,
miseria, terror y muchas cosas más
De ti me alejé y te abandoné,
que miedo me das.
En el mundo de la droga estaba
con deseos de cambiar
No podía o no quería
La droga me envolvía
Pensaba que con ella moriría
Una luz divina mi mente iluminó
Mi vida cambió
El costal boté
El bazuco se llevó
Hoy vivo en paz, armonía y felicidad
Gracias, Dios por manifestarte a mí,
por darme esas ganas de vivir
Dejando huella
El día culmina su faena y le da paso a la noche
Esta selva despierta con luces multicolores
mostrándose coqueta, amable, seductora, salvaje e indomable
Las horas pasan, se perfila la madrugada
Despierta poco a poco va quedando
Las penumbras de la soledad se confunden con el que deambula en busca de un apartamento a la intemperie
Para descansar de su sueño mentiroso y de su fantasía de colores
Para despertar a un nuevo día con la misma incertidumbre
de la mendicidad, el rebusque y el delinquir.
Los que despertamos de ese sueño mentiroso
haciéndolo visible e invisible
Con poesía sembramos una semilla que deja huella
Sin pisar a nadie generando un cambio social.
El viaje a la droga
Es un mundo de miseria y dolor, de fantasías de colores y de un sueño mentiroso
Despierta del tuyo, mente de mente, vuela de mente
Envíciate a la vida por hoy y para siempre.
Para los que el mundo de la droga nos absorbió
y hoy queremos cambiar
Somos como las rosa,
unos pétalos caen y otros quedan
Sembremos una rosa para que permanezca embelleciendo
el hermoso jardín que es la vida,
que por mucho tiempo se marchitó
Y así mismo florezca el jardín
de quienes nos aman y amarán.
Soy poeta de ocasión
Mi poesía, mis escritos se hacen en mi andar
El sentir de mi tierra que muere lentamente.
El sentir de la gente me da la inspiración
Nace en los suburbios y en las calles
Generando consciencia de un cambio social
Por eso soy poeta, escritor de ocasión.
El amor se acabó
El amor se acabó
La vida te da solamente pasión
Es por eso que te digo cambia la vida, cambia el amor
Haz de ti lo que siempre has querido ser y verás la verdad de amar.
Camina las calles del barrio
Cansada de verlas no las puedes dejar
porque son tu sustento y en ellas estás
Toma en tus manos lo que has vivido en las calles del barrio
y verás que comienza lo que acabó.
Tu vida es la que vale, no la dejes acabar.