• También beneficiario de los servicios del comedor comunitario y un bono económico, Pedro desempeña un papel destacado como profesor de sistemas al impartir clases a las personas mayores de la comunidad.
• Su dedicación y habilidades como educador han permitido que muchas personas mayores aprendan de las nuevas tecnologías, enriqueciendo así la vida de todos en la comunidad.
• Sin importar su discapacidad, Pedro se convierte en un ejemplo para la sociedad.
Bogotá, D.C., septiembre 14 de 2023. Los servicios del comedor comunitario y un bono económico que recibe mensualmente de la Secretaría de Integración Social, no solo le facilitan la supervivencia, sino se constituyen en el grano de arena que lo motiva a apoyar a todas las personas vulnerables que aceptan compartir su ayuda y conocimientos.
Se trata de Pedro Antonio Pérez, un boyacense que llegó a Bogotá a los cinco años y hoy a sus 66 dice sentirse en las mejores condiciones, a pesar de padecer Hemiplejia, un trastorno que desde niño le paralizó la pierna y su mano derecha y generada por la enfermedad del Polio.
Y esto no fue ningún impedimento para que estudiara bachillerato y un curso de sistemas en la Universidad Cundinamarca y la Universidad Nacional Abierta y a Distancia (UNAD), convirtiéndose en técnico en sistemas.
En su trasegar por la localidad cuarta de San Cristóbal, conoció a Orfa Saavedra, quien sufre de paraplejía y quien se convirtió en su esposa. Gracias a su capacidad para instalar software, ejecutar planes de mantenimiento de hardware, operar base de datos, implementar y darles mantenimiento a redes, entre otras, decide compartir sus conocimientos con las personas mayores beneficiarias de los servicios del Centro de Desarrollo Comunitario (CDC) San Blas.
Este ciudadano del barrio Calvo Sur, se moviliza caminando por cerca de 40 minutos desde su residencia hasta el Centro de Desarrollo Comunitario (CDC) San Blas, donde los días miércoles imparte sus conocimientos a un grupo de personas mayores y los viernes a otro grupo que hace parte del Comité de Participación Comunitario en salud (COPACO) y veedores de ese mismo sector en la localidad de San Cristóbal.
“Ya tienen un primer nivel y vamos para el segundo con resultados satisfactorios. Ya entran a sus páginas, navegan bien, inclusive manejan la tecnología moderna, incluidos los televisores”, afirma el profe Pedro.
Destaca que hace cerca de 15 años comenzó a masificarse el uso de los computadores y los teléfonos celulares, convirtiéndose en aparatos imprescindibles en nuestra cotidianidad, pero de total desconocimiento para las personas mayores. “Ellos no tenían ni idea de cómo ponerlos a funcionar y hoy con su vida más cerca a los hijos y nietos, ya no los quieren dejar a un lado. Un ejemplo lo vivimos en los cursos que imparto en el CDC, con una señora que siempre vine acompañada de su nieta de 4 a 5 años y es ella quien le colabora a su abuela. Las dos fueron certificadas, pues la niña también logro aprender otras cosas”.
Pedro Antonio Pérez es líder desde hace cerca de 25 años, hizo parte del Consejo de Discapacidad, el Consejo de Cultura a nivel distrital y, actualmente, hace parte del Consejo de Sabios y Sabias, donde culminará su periodo después de 8 años de hacer parte de esta instancia de participación.
“Siempre he tenido afinidad con las personas más vulnerables, lo que me ha permitido conocer muchas personas mayores. Me conocen y he servido de orientador en muchas de sus necesidades y espero que la vida me dé la oportunidad de seguir adelantando esta experiencia, porque quiero seguir enseñando”, concluyó el líder del Calvo Sur.
